EL TERROR QUE PRODUCEN LOS MUROS en el circuito de Mónaco ES INIGUALABLE. Retrae al espectador a su propia niñez, al tren de la bruja o la gruta del terror…, o a cualquier otra situación en la que se sabía demasiado pequeño e insuficiente para enfrentar lo terrible e inesperado.
Cierto que hay otros circuitos urbanos en los últimos tiempos, y que todos son muy interesantes:
Marina Bay
Miami
Australia
Abu Dhabi
Bakú…
Pero ninguno tiene tantos fantasmas, tanta solera y magia, despierta tanta inquietud y emoción en el espectador, como el de Mónaco.
En los últimos minutos de la clasificación de 2022 la bandera roja que todo lo cambia o lo puede cambiar impidió al gran Fernando Alonso colocarse aún mejor para la parrilla. Y Verstappen se quedó fuera del triunvirato dominante, y derrotado por su compañero, por Checo Pérez, cada vez más grande, y haciéndose ver y notar cada vez que se le brinda la ocasión.
Y qué decir de cómo han conducido tanto el viernes como el sábado los dos pilotos de la Ferrari. Por algo se van a quedar ambos con la primera línea de salida.Impresionante Charles Leclerc: cinco poleposition en siete carreras.
Pero más allá de la anécdota puntual de cada año, de quién es el piloto que queda primero o décimo o dominan las tres mangas de la clasificación, lo grande en Mónaco es el propio Mónaco. Cómo se recupera la importancia de LAS MANOS DE LOS PILOTOS y disminuye un poco la de la máquina sobre la que cabalgan.
Y todos esos fantasmas felices: Niki Lauda y Jackie Stewart y Juan Manuel Fangio y Ascari y Ricciardo…, sí, ¡Ricciardo también tiene su propio fantasma flotando para siempre sobre las calles de Mónaco, porque ya no es el que era hace unos años…
Fantasmas felices por doquier, y el público encantado, dejándose aterrorizar y sintiendo que la seguridad absoluta de su sillón o sofá frente al televisor no es tal, que en cualquier momento puede suceder algo terrible, no solo al piloto, sino también a ellos, a cada espectador le puede suceder algo terrible. O eso sentimos todos mientras miramos, como si fuese una deliciosa película de terror, cómo se juegan la piel los pilotos en el Gran Premio de Mónaco. La piel y la integridad de la máquina.
Ya sabemos que es difícil adelantar en Mónaco, casi imposible. Ya sabemos qué Liberty Media está convirtiendo todo en show siguiendo los patrones norteamericanos, pero ¿qué importa? Ojalá no prescindan los nuevos dueños del Gran Circo de la maravilla que es el GRAN PREMIO DE
MÓNACO: nunca.
Nunca nunca. Jamás jamás.
Tigre Tigre
