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Miembros del Gobierno de Unidas Podemos constatan las presiones de la patronal para volver al trabajo

Irene Montero asegura que la obligación del Ejecutivo de coalición es “resistir” ante las injerencias del frente común formado por la CEOE, las derechas y la banca, mientras Garamendi niega que haya influido en la decisión de Pedro Sánchez de recuperar la actividad económica no esencial

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análisis

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Cada hora que pasa resulta más evidente que en el Gobierno hay dos formas de entender cómo debe ser la “desescalada” frente a la epidemia, es decir, cómo debe ser la recuperación de la actividad económica tras el confinamiento. Mientras unos ministros entienden que se debe ir abriendo el país a la economía desde hoy lunes, otros creen que debemos seguir siendo conservadores y mantener la apuesta por la paralización de todas las empresas (salvo las de aquellos sectores esenciales). Pero la clave está, tal como publicó Diario16 el pasado fin de semana, en si se está dejando influir o presionar el gabinete de Pedro Sánchez por la pinza diabólica que han formado por un lado las élites empresariales y financieras españolas (patronal CEOE, multinacionales del Ibex 35 y la banca) y de otra parte, en el frente político, las derechas: PP, Vox y Ciudadanos.

En una entrevista concedida a La Vanguardia este fin de semana, la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha confirmado abiertamente esas presiones al asegurar: “Creo que todos en el Gobierno somos conscientes de que nuestra obligación es ser extremadamente prudentes en cada decisión que tomamos y no olvidar nunca que no hay nada más importante que salvar vidas y proteger la salud de la ciudadanía y el interés general. Habrá presiones de ciertos poderes económicos que quieran recuperar la actividad a toda costa. Sabemos que nuestra obligación es resistir a todas las presiones y defender el interés general. Los trabajadores que usan el transporte público, los que no pueden teletrabajar, son la primera línea en el eventual proceso de ‘desescalada’; no podemos ponerles en riesgo”.

La declaración de Montero choca con la de otro representante del Gobierno, el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska, quien esta misma mañana, en una entrevista con Angels Barceló en la Cadena Ser, ha negado cualquier tipo de presión por parte de las élites para que el país vuelva al trabajo cuanto antes, aunque ello suponga poner en peligro la vida de millones de personas, con el consiguiente rebrote de la enfermedad. En un momento de esa entrevista, Barceló le pregunta al ministro: “¿Están recibiendo algún tipo de presión para empezar a levantar el confinamiento? Se lo digo porque hay una entrevista de la ministra de Igualdad, hoy en La Vanguardia, que anuncia que habrá presiones de sectores económicos para recuperar la actividad cuanto antes. ¿Están recibiendo ya algún tipo de presión en el Gobierno?” La respuesta de Marlaska entra en franca contradicción con lo que mantiene Montero, su compañera de gabinete: “Yo no he recibido ningún tipo de presión. Y creo que es difícil que a un Gobierno que ha demostrado que tiene por objetivo principal garantizar la salud pública, vencer en primer lugar al virus, y luego trabajar en la reconstrucción social y económica, entiendo que será difícil cualquier circunstancia (…) Seamos conscientes de que los agentes sociales, sindicatos, empresarios, el conjunto de la ciudadanía, lo que quiere evidentemente es vencer al virus, con lo cual yo creo que no hay ningún tipo de insolidaridad por parte de ninguna institución”. De esta manera, el ministro del Interior rechaza cualquier clase de injerencia por parte de la patronal, avalando las palabras del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien en las últimas horas ha calificado de “falsas” las informaciones publicadas por medios de comunicación que como Diario16 vienen denunciando las supuestas presiones de los empresarios sobre el Ejecutivo de coalición.

Resulta evidente que Grande-Marlaska ha querido huir de cualquier polémica que pueda erosionar la imagen de unidad del Gobierno. Así, sobre las críticas que apuntan a que Pedro Sánchez no ha contado con la patronal y los sindicatos a la hora de trazar sus planes contra la epidemia, el ministro del Interior responde: “Bueno, yo creo que razonablemente hay una comunicación permanente, una información de lo que se entiende conveniente realizar. He comentado previamente que estas semanas anteriores ha habido reuniones importantes con la patronal, con los sindicatos, con el objeto de, teniendo en consideración que hoy se volvía al confinamiento −vuelvo a decir la palabra, confinamiento−, en términos del 14 de marzo, tomar medidas precisas y necesarias para garantizar la seguridad de los trabajadores. Y si la seguridad de los trabajadores que hoy se incorporaban a sus puestos de trabajo no quedaba garantizada evidentemente no se iniciaba la actividad”.

Las discrepancias en el seno del Gobierno sobre la oportunidad de levantar hoy lunes la paralización para determinadas actividades económicas no esenciales como la construcción y la industria han quedado al descubierto. Pero es que además el fin de semana ha dejado numerosas escenas que así lo atestiguan. Mientras en su rueda de prensa del pasado sábado el ministro de Sanidad, Salvador Illa, negaba que se produjesen tales diferencias internas con respecto a ese asunto (indicando que en todo momento ha habido consenso en el Consejo de Ministros), dirigentes de Unidas Podemos expresaban todo lo contrario en sus redes sociales. A determinados altos cargos morados no les ha gustado que la nueva prórroga del estado de alarma de Sánchez permita reiniciar la actividad en determinados sectores productivos, poniéndose en riesgo la salud de los trabajadores.

El propio líder de la formación y vicepresidente segundo del Ejecutivo, Pablo Iglesias, ha compartido en sus foros un artículo titulado Bérgamo, la masacre que la patronal no quiso evitar, sobre la región italiana más afectada por la pandemia de coronavirus, aunque sin mencionar en ningún momento el nuevo decreto del Gobierno español. El párrafo que rescata Iglesias en su cuenta de Twitter, con toda la intención, es el siguiente: “El presidente de la patronal dijo: Ya perdemos 100.000 millones al mes… La secretaria del sindicato respondió: Hace 40 años que soy sindicalista y no he pedido nunca el cierre de ninguna fábrica pero ahora está en riesgo la vida de las personas…”.

En la misma línea se ha pronunciado la directora del Instituto de la Mujer, Beatriz Gimeno, quien afirma que “resulta indescriptible que no puedas estar con tus padres que se mueren el domingo y el lunes puedas estar con tus compañeros de trabajo”, algo que considera “difícil de tragar”, según informa Europa Press. Y la portavoz de Unidas Podemos en las Cortes Valencianas, Naiara Davó, se suma a las críticas al afirmar que “no es el momento de echar al traste con todos los esfuerzos mantenidos hasta el momento para aplanar la curva y salvar vidas. O paramos el país o nos quedamos sin país. Debemos sostener un poco más los sacrificios”, asevera. Por su parte, la diputada en el Congreso por Sevilla María Márquez ha compartido este domingo una información en la que se dice que ministros de Unidas Podemos rechazan que se retome ya parte de la actividad laboral, al igual que la responsable de Memoria de IU, Esther Barceló, quien añade un “evidentemente” para corroborar esa afirmación. El debate está servido. Ahora cabe preguntarse si estamos ante un escollo más que ponga en riesgo la viabilidad de un Gobierno con dos almas.

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3 COMENTARIOS

  1. La patronal siempre ha presionado y lo seguirá haciendo. Para eso además tiene a sus partidos pensando en las puertas giratorias siempre dispuestas en continuo movimiento para que no les falten posibilidades a sus amiguetes en cualquier momento que lo necesiten.
    Me parece muy bien que UP no esté de acuerdo con PxxE en estas circunstancias. Pero una vez que en el gobierno se toma una determinación práctica, incluso aunque esta no fuera la mejor, todavía la empeora más el sacar los trapos a relucir.
    Y también perjudica ayudar a poner el foco de la noticia en los trapos.
    No es el momento

  2. La irene montero lo que tiene que hacer es callarse la boca ,el daño ya lo hizo,ahora que quiere que la gente trabajadora se quede sin poder dar de comer a sus hijos.Claro ella y el marques no pasan hambre,entonces a los demas que les den.Esta es la gente a la que dieron el apoyo los mas …… del pais.Se rieron de los trabajadores,ellos ahora no son pueblo, son casta.

  3. Menosmal que hay umpartido como UP que noesta deacuerdo con CEOE y se preocupa por los más desfavorecidos. Aunque eso le cueste alguna discursión Pero ati no teachica nadie ante los poderosos dique si Pablo iglesias loque tu noconsigas no loba a conseguir Nadia

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