Dicen que somos mentes dormidas, pendientes del aleteo de una mariposa que nos haga cambiar. Crisálidas en ebullición en busca de un lugar donde “Tejer el capullo de seda”.
Pero cuándo hay que buscar ese cambio, dónde hacerlo, es necesario…
No puedo saberlo, somos tan distintos e iguales, tan perfectos e imperfectos, tan previsibles a veces y tan inconscientemente irracionales. Esa es nuestra esencia desde mis ojos. Caminantes que parecemos errantes y que, sin embargo, todos llevamos un rumbo, un sino que nos lleva hacia un lugar incógnito, una cascada de vida que según el momento que nos abraza es un torrencial de aguas provenientes del deshielo y cuya garganta se seca al llegar el estío.
Ese es el lugar del crecimiento que nos da miedo, pero desconocemos cómo hacerlo, pues en la universidad de la vida pocos son los iluminados y muchos los llamados en la búsqueda. Y ahí entra mi experiencia. Estas vacaciones, después de un cambio vital, provocado por la vida misma, decidí emprender ese crecimiento en un lugar distinto y destinado al encuentro de la felicidad. Y os preguntaréis, ¿lo has logrado?
Responder podría ser fácil, cuando no eres consciente del salto que has de dar, cuando te abandonas en cuerpo y alma a tu ser, cuando miras hacia dentro y todo lo proyectas con luz y visión cristalina, pero a veces ese miedo a despertar, que ya conscientemente abrazas, te muestra que el espejo aún tiene que demostrarte mucho. Por ello, aún sigo en el camino, aunque de forma diferente y sabiendo que mis emociones transitan por mi ser como si fueran las dueñas de la propiedad más cara del mundo, mi corazón.
Despojarse de aquello que has llevado siempre dentro, dominándote, creyendo que sólo las emociones te hacen sentir, y que sin ellas eres un cuerpo vacío, es una limitación más del hombre y de la mujer. Hay una parte más elevada, esa que da pánico por ser la más complicada en habitar, esa que sólo ves tú, esa que sólo se muestra cuando quieres encontrarla pase lo que pase. Y lo que ocurra hasta llegar a ella es un camino incierto.
La bajada hacia ti mismo sólo lo puedes hacer tú, pero gracias a la vida, existen lugares donde perderse y dar el salto al vacío, aquí me hallo, en un lugar para el alma.
Mi carta de hoy va dedicada a ese Mundo Consciente y todas las personas que he conocido en esta preciosa semana.
Brillante Cruz, el camino es largo para recorrerlo sola, siempre hay personas correctas en el sitio indicado. Descubrirte cómo lo estas haciendo es entrar aún más en tu eséncia
Extrañando la carta de ayer, leyéndola hoy, me regodeo al hacerlo porque, sin duda alguna siguen el lineamiento de las primeras que leí con satisfacción plena.
Hace bien a las almas que la calidez humana se demuestre también con palabras escritas como vos lo haces. La excelencia de tu redacción hace que, hasta los puntos y las comas, acaricien a los lectores para hacer surgir en ellos los sentimientos más profundos y entre ellos, el del Amor.
Nuevamente gracias por expresarte asi Cruz Galdon y gracias otra vez a Cambio 16 por permitir que vuelen tus palabras.