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MI6 y Mossad monitorizaron el 11S, y fue preámbulo del 11M

Daniel Ponce Alegre
Daniel Ponce Alegre
Técnico Superior Análisis de Laboratorio, *Teología en Pontificia Universidad Lateranense. *Historia Antigua en Pontificia Academia de Ciencias Sociales y Políticas. *Comunicación en Universidad de Navarra - COSO
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análisis

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En el momento de dar inicio a estas líneas han pasado 48 horas de las 08:00 en Nueva York (15:00 en España) momento en que el ataque terrorista sobre la primera torre del World Trade Center ya se había producido y faltaban escasas momentos para que se conociesen los ataques sobre El Pentágono y sobre el avión de American Airlines. 

De estas acciones coordinadas, con el resultado de casi 2000 muertos han pasado 21 años.

En un contexto internacional de »pseudo Guerra Fría» y en el que los servicios de inteligencia anglosajones y el Mossad están señalados como autores intelectuales del asesinato (bajo apariencia ucraniana) de una periodista rusa, el periodista y analista de inteligencia Wayne Madsen señala que el 11S fue una acción terrorista coordinada por los servicios de inteligencia exterior »De su Británica Majestad» (cuya muerte se dio a conocer el pasado día 8) el MI6, junto al Mossad, uno de los servicios de inteligencia del Estado de Israel.

El MI6 informó en febrero de 2002 (en Comisión Secreta cuyos resultados han sido filtrados recientemente) que el Mossad (mediante sus operativos infiltrados en la CIA) dirigió las células de secuestradores que luego fueron culpadas, por la Comisión del 11S del Gobierno de los EE. UU., de llevar a cabo los ataques aéreos contra el World Trade Center y El Pentágono.

Wayne ha recibido detalles del informe de inteligencia británico, al que hemos tenido acceso parcial, y que fue suprimido por el Gobierno del entonces Primer Ministro Tony Blair con la expresa dirección del Gabinete de la Reina Isabel II y sus asesores especiales Rothschild.

La unidad del Mossad estaba compuesta por seis judíos nacidos en Egipto y Yemen que tomaron contacto con las células de «Al Qaeda» en Hamburgo (la célula Atta-Mamoun- Darkanzali) en el sur de Florida y Sharjah, en los Emiratos Árabes Unidos, en los meses previos al 11 de septiembre.

El Mossad no sólo tenía el control de dichas células (crías suyas realmente y del MI6-CIA) sino que comenzó a darles órdenes específicas que finalmente culminarían con su embarque en cuatro vuelos regulares con origen en Boston, Washington Dulles y Newark, en Nueva Jersey el 11S.

El equipo de »infiltración» del Mossad estaba compuesto dos células de tres agentes, quienes recibieron entrenamiento especial en una base del Mossad en el desierto del Negev para el futuro control y manejo de las células de «Al Qaeda». Una célula del Mossad viajó a Ámsterdam, donde se sometió al control operativo de la Estación Europa del Mossad, que opera desde el complejo de la aerolínea israelí El Al, en el Aeropuerto Internacional de Schiphol.

La unidad de tres hombres del Mossad luego viajó a Hamburgo donde se puso en contacto con Mohammed Atta, quien creía que habían sido enviados por Osama Bin Laden.

De hecho, fueron enviados por Ephraim Halevy, el jefe del Mossad con estrechos contactos con la familia Bush y el Partido Republicano de los EEUU por medio del Comité Judío Americano.

El segundo equipo de tres hombres del Mossad voló a Nueva York y luego al sur de Florida donde comenzaron a dirigir las células de «Al Qaeda» que operaban desde Hollywood, Miami, Vero Beach, Delray Beach y West Palm Beach.

11S

La inteligencia francesa determinó que otros agentes del Mossad judíos nacidos en Egipto y Yemen se infiltraron en Sharjah, en los EAU, como miembros radicales de la Hermandad Musulmana. 

Sin embargo, los agentes de la «Hermandad Musulmana», en realidad estaban involucrados en el suministro de fondos israelíes encubiertos para las actividades de «Al Qaeda».

El 21 de febrero de 2006, Wayne ya informó sobre el despido del Secretario del Tesoro de EE. UU. por parte del presidente Bush debido a información descubierta en Cuentas de «Al Qaeda» en los Emiratos Árabes Unidos:

«Personas de la banca en Dubái informan que en marzo de 2002, el Secretario del Tesoro de EE.UU., Paul O’Neill, visitó Dubái y pidió documentos sobre una transferencia de dinero de $109.500 desde Dubái a una cuenta conjunta mantenida por los secuestradores Mohammed Atta y Marwan al Shehhi en Sun Trust Bank en Florida». 

Todo apunta a que esta fue una acción de George Bush para ocultar su conocimiento de la Operación 11S.

O’Neill también pidió a las autoridades de los Emiratos Árabes Unidos que cerraran las cuentas utilizadas por Al Qaeda.

Los Emiratos Árabes Unidos se quejaron de las demandas de O’Neill a la Administración Bush. La presión de O’Neill sobre los Emiratos Árabes Unidos y los saudíes contribuyó a que Bush finalmente lo despidiera como Secretario del Tesoro en diciembre de 2002.

O’Neill también tropezó  con el Mossad de la «Hermandad Musulmana», operativos que operaban en los EAU y que dirigían fondos a «Al Qaeda».

Los falsos miembros de la Hermandad Musulmana del Mossad de Egipto y Yemen controlaban el financiamiento de «Al Qaeda» a través de las cuentas de HSBC en Sharjah.

Dominik Suter del Mossad también trató con HSBC en los Estados Unidos.

El principal agente antiterrorista del FBI que investiga a Al Qaeda, John O’Neill se dio cuenta de que los mecanismos de financiación «únicos» de Al Qaeda eran en realidad judíos y sionistas.

No fue un error que a O’Neill se le asignara el puesto de Director de Seguridad del World Trade Center la víspera del ataque. O’Neill pereció el 11S.

Es frecuente que el Mossad utilice a judíos nacidos en países árabes o de apariencia árabe (un buen diplomático americano me dijo en una ocasión: »no olvides que ellos son árabes») para hacerse pasar por árabes.

A menudo llevan pasaportes falsificados o robados de países árabes o naciones de Europa que tienen grandes poblaciones de inmigrantes árabes, particularmente Alemania, Francia, Gran Bretaña, Dinamarca, Suecia y los Países Bajos. Ahora también de Venezuela, Colombia y México.

Para el Mossad, la exitosa operación terrorista de «bandera falsa» del 11S fue un éxito que superó las expectativas.

La Administración Bush, respaldada por el Gobierno de Blair, atacó y ocupó Irak, depuso a Saddam Hussein y aumentó la presión sobre los otros adversarios de Israel, incluidos Irán, Siria, Pakistán, Hamás y Hezbollah.

Los israelíes también vieron que EE. UU., Gran Bretaña y la ONU comenzaba a tomar medidas enérgicas contra el negocio de diamantes chiítas libaneses en la República Democrática del Congo y África Occidental, y con ello, la logística contrasionista quedaba dañada.

El apoyo brindado por las compañías de aviación resultó en mano libre para que Tel Aviv se involucrara en negocios ilícitos de todo tipo como narcotráfico, trata de blancas y pedofilia, Jeffrey Epstein era uno de sus operativos.

El entonces Ministro de Finanzas israelí, Binyamin Netanyahu, comentó sobre los ataques del 11S en CCN, poco después de que ocurrieran: «¡Es muy bueno!».

Con ello, Netanyahu, hizo estallar la tapadera del Mossad como autores intelectuales del 11 de septiembre.

Nuestro admirado Wayne Madsen, como hemos dicho al principio de este artículo, es un periodista de investigación, autor de muy serios y documentados análisis de inteligencia y columnista con sede en Washington, DC. 

Es compañero habitual en Russia Today y comentarista frecuente de política y seguridad nacional en Fox News y en ABC, CBS, CNN, BBC y  Al Jazeera.

Fue invitado a testificar ante la Cámara de Representantes de EE. UU., el Tribunal Penal Internacional de la ONU para Ruanda y en un panel de investigación especial sobre terrorismo del Estado francés.

Su lealtad y patriotismo se consolidaron formando parte del Equipo Trump y asesorando a sus miembros en todo el mundo. 

Es un verdadero honor contar con su ayuda e inteligencia.

Los atentados del 11S fueron la excusa que necesitó la Administración de los EEUU, y sus grupos de presión armamentístico-sionista, para reactivar los planes bélicos, empresariales y, en suma, globalistas.

Este punto quedó demostrado de tal manera que, los periodistas de investigación que dedicamos de nuestro tiempo y recursos a esta cuestión de Seguridad Nacional, concluímos: Existió una participación directa (e indirecta determinante) de las Instituciones políticas y de Inteligencia. En suma:

Fue un autoatentado y de falsa bandera.

En determinados sectores dedicados a la Seguridad del Estado en España, con los que este Digital ha podido conservar, se ha apuntado a que el 11M es un calco muy aproximado del 11S y una creación de los servicios de inteligencia de la UE, bajo directrices anglosajonas y del Mossad, con el mismo objetivo catalizador:

Provocar un cambio de Gobierno en España que sirviera de punto de inflexión para someter aún más a la UE a las directrices anglo y así, indirectamente, »fortalecerla» en un escenario de Nuevo Orden Mundial.

Si el 11S fue »casus belli», el 11M sería también, por los mismos medios de autoatentado, causa de guerra y de adopción de medidas antiterroristas represivas para hacer frente a la amenaza.

No he reflexionado poco sobre este supuesto, he conversado con buenos analistas, y he llegado a la conclusión, junto con ellos y otros, que el 11S y 11M son dos golpes simultáneos con una diferencia de tres años y una clara connotación proglobalista.

Una de las respuestas más beneficiosas para el sionismo angloamericano y globalista del 11M fue la retirada de las tropas de Iraq por parte de España, esto hizo aumentar sus efectivos y beneficios, sobre todo militares, armamentísticos y energéticos.

Por otro lado, al observar las sorprendentes similitudes entre los »señuelos islamistas» del 11S y 11M llegamos a la conclusión de que la mano que mece esta cuna es la misma mano anglosionista bajo cobertura gubernamental.

En España, y el resto de la UE, ha supuesto un mayor control legislativo represivo contra nosotros, al que en la actualidad añadimos las medidas »pandémicas» del COVID para llevar a cabo la Agenda 2030 del llamado Nuevo Orden Mundial.

Como conclusión, recordar que los actos terroristas de Al Qaeda, y otras de sus pérfidas crías, lo que hacen, muy convenientemente, es refrendar las medidas represivas y totalitarias propias del NOM.

El 11M prorroga aún más estas medidas y las extiende en los ámbitos policial, militar y financiero-usurero.

Termino con dos preguntas retóricas, ¿por qué cada vez que se manifestaba el saudí Bin Laden, lo hacía a beneficio angloamericano y sionista? ¿Estaba sirviendo a sus socios angloamericanos y sionistas de siempre, en especial a los Bush, como lo hizo también el británico-israelí Al Baghdadi, líder de ISIS?

Desde este Digital seguiremos investigando ambos atentados gemelos, Dios mediante.

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1 COMENTARIO

  1. Los atentados yihadistas cometidos el 11 marzo 2004, tres días antes de las Elecciones Generales, desataron en España un terremoto político cuyas consecuencias aún estamos digiriendo. Tal conmoción llevó a una parte del Gobierno a acusar a la banda criminal ETA. El presidente llamó a directores de periódicos y se precipitó con un telegrama a embajadas y organismos internacionales el mismo día 11, a las 17:30 hrs. Origen y causa de la manipulación mediática que vino después.
    Pedro J Ramírez, Casimiro García Abadillo y Jiménez Losantos, con mentiras y medias verdades, acusaron a policías, jueces y fiscales de conspirar para encubrir a terroristas (por ejemplo, «Informe ácido bórico», 2006). Ignoraron y despreciaron las sentencias de Audiencia Nacional (2007) y Tribunal Supremo (2008). Con el apoyo político de Eduardo Zaplana (300 preguntas parlamentarias), Ángel Acebes, Esperanza Aguirre y otros, continuaron con sus “teorías de la conspiración del 11 M” varios años más.
    Aún, en junio de 2009, estos periodistas seguían insistiendo en la autoría de ETA con la promoción del libro «Titadyn» (nombre de dinamita utilizada por ETA). García Abadillo lo prologó con una extensa recopilación de las “teorías” difundidas únicamente por El Mundo y la Cope. Ningún otro medio hizo caso a sus alocadas y dañinas especulaciones.
    Con su mala praxis periodística dividieron a las victimas y causaron la crispación social y política cuyas secuelas aún están presentes.
    Nunca debió de darse esta situación. Los TEDAX, dos horas después de las explosiones y antes de neutralizar dos bombas que no explosionaron (Atocha y El Pozo), observaron que la sustancia explosiva era de color blanco. No de color rojo como la dinamita Titadyn utilizaba ETA. Datos comunicados inmediatamente a las autoridades policiales.
    Así consta en página 30 y en documento nº 5 del anexo del libro «Las Bombas del 11-M. Relato de los hechos en primera persona». Acceso gratuito biblioteca universitaria Dialnet:
    Se ha estrenado en Netflix una película-documental 11 M (2022)

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