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Menuda chapuza de EE.UU. con su OTAN y acólitos en la guerra de Ucrania

Antonio Aguado
Antonio Aguado
Militante de los sindicatos ingleses (Trade Unions) desde 1971 y hasta mi regreso de Londres en 1976. Afiliado a la UGT y al PSOE en Londres desde junio de 1972. Cofundador y coordinador sindical de la F.A.E.E.R.U. (Federación de Asociaciones de Emigrantes Españoles en el Reino Unido). Fundador de la cooperativa de servicios PAILARCA (Pablo Iglesias-Largo Caballero). Miembro de los dos primeros comités regionales del Partido Socialista Canario -PSOE- 1977-1985 y por esas mismas fechas, miembro de las primeras ejecutivas insulares de Gran Canaria del PSOE y de la UGT. Cofundador en 1980 de Izquierda Socialista y su coordinador en Gran Canaria hasta 1989. Miembro del primer Consejo Federal de la Emigración del PSOE. Presidente del 1er. Comité de Empresa por la UGT del Hospital Materno Infantil de Gran Canaria. Concejal de deporte y de los distritos: Isleta, Santa Catalina y Guanarteme del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, legislatura 1983.1987. Miembro de la Comisión Permanente de Deporte de la FEMP (Federación Española de Municipios y provincias) y del pleno del CSD (Consejo Superior de Deporte). Cofundador en 1991 de la Fundación Juan Negrín y su secretario durante 23 años (hasta 2014).
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análisis

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Sino fuera por el drama tan grave que se ha originado con tantas miles de victimas inocentes y millones de desplazados, lo que ha venido ocurriendo con la invasión de Ucrania por Rusia, podría asemejarse a un autentico esperpento. Y es que, al principio, con todas las medidas coercitivas que se le estaba aplicando al gobierno presidido por Putin, sobre todo en materia económica mediante el embargo de sus cuentas internacionales en general y en particular las que gran parte de su oligarquía, tienen depositadas en entidades bancarias por todo el mundo, parecía iba a ser suficiente para hacerle desistir en su empeño invasor.

En esa misma línea, estaban encaminadas las medidas para boicotear los productos agrícolas, metalúrgicos y energéticos rusos, tratando de que su economía se resintiera y la caída de su moneda el rublo le afectara en sus transacciones comerciales. Pues bien, si nos atenemos a los resultados obtenidos hasta ahora, el efecto ha sido de boomerang y es que, se ha podido comprobar la gran dependencia que tiene la Unión Europea de Rusia, empezando por Alemania en lo que respecta como mínimo al gas, hasta el extremo de plantearse unas grandes restricciones en su población, extensivas al conjunto de los países de la U.E.

La guerra de Ucrania nos ha puesto ante la realidad y es que, aparte de no ser tan sencillo hacerle frente militarmente a Rusia, tampoco como se ha venido demostrando lo es desde otros muchos  aspectos. Solo con desabastecer de gas a Alemania la crisis que por su gran dependencia le produciría a este país seria de incalculables consecuencias, afectándole mucho a los servicios requeridos por su población y el incremento en los precios. La inflación que ya es una realidad en el conjunto de la Unión Europea, puede verse incrementada corriéndose el riesgo de recesión.

Las sanciones a Rusia parecía iban a ser la panacea para doblegarle, pero se ha comprobado no haber surtido el efecto esperado. La normalidad de las relaciones de Rusia con otros países sobre todo los más habitados como China, India y Paquistán, ha propiciado que el petróleo ruso tenga salida hacia esos países y a Europa a través de la India.

Ucrania es la más afectada por el gran drama que viene sufriendo su población, también Rusia, aunque esta da la impresión de no estar empleándose a fondo para acabar la guerra y más bien, pretende dejar claro su intransigencia y rechazo en contra de la expansión de los Estados Unidos con su OTAN, a las inmediaciones de sus fronteras. Algo normal y que, en su caso, tampoco seria consentido por EE.UU.

Tanto Putin como Zelenski con sus ultranacionalismos y utilizando ambos un lenguaje populista, han visto incrementadas su popularidad. En la otra parte Estados Unidos, con los apoyos de sus acólitas naciones europeas,  ha logrado incrementar su expansión con la entrada en la OTAN de Suecia y Finlandia, países tradicionalmente neutrales y de paso, potenciar su industria armamentista y exportar su gas y productos agrícolas a la Unión Europea. O sea, que no le ha salido nada mal la jugada, sin importarle como le suele ocurrir los muy graves daños ocasionados.   

Entre las tragedias humanas de las naciones en guerra Ucrania y Rusia y la inseguridad e incertidumbre que se ha creado en la Unión Europea, con la grave crisis económica y social que viene padeciendo su población, cada vez es mayor el porcentaje de europeos a favor del dialogo y restablecimiento de la paz.

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