La neutralidad climática de cero emisiones netas es el objetivo que las empresas deben cumplir para alinearse con los objetivos del Acuerdo de París. En cambio, una nueva investigación de South Pole, «Reivindicar la neutralidad climática: las cuatro prioridades principales», ha descubierto que, de aproximadamente 60.000 empresas globales monitoreadas, solo 1075, menos del 2 %, tienen un objetivo corporativo de «neutralidad climática», lo que indica que la ambición climática del sector privado, por no hablar de la acción, sigue siendo lamentablemente inadecuada si se quiere alcanzar las emisiones netas cero para 2050.
Aunque de estas 1075 empresas, el 40 % afirmó que ya había logrado la neutralidad climática, sólo alrededor de una quinta parte, el 18%, ha establecido o se ha comprometido a establecer un objetivo basado en la ciencia (SBT, por sus siglas en inglés), que actualmente es el objetivo más importante. Esto muestra claramente que las empresas aún necesitan incentivos para comprometerse con la acción climática. De las pocas empresas que se comprometen y declaran la neutralidad climática, el 82 % aún no alcanza los planes creíbles y basados en la ciencia para descarbonizar.
South Pole ha recomendado a las empresas que empleen un enfoque doble para establecer e implementar objetivos de descarbonización. «Por un lado, es imperativo establecer un objetivo con base científica y establecer planes detallados para alcanzarlo. Por otro, las empresas deben compensar las emisiones inevitables que se produzcan en el camino. Sendas estrategias son necesarias para cumplir con la ambición climática y no deben enfrentarse entre sí».
Marcas y sostenibilidad
Las marcas y las empresas tienen mucho que ganar integrando la sostenibilidad en su propuesta de valor para los consumidores. Los hogares conscientes del medio ambiente tienen un valor de 443.000 millones de euros para la industria de bienes de consumo de rápido movimiento, pero las acusaciones de greenwashing -lavado verde- se han incrementado y los casos de litigio relacionados con reclamaciones en este terreno se han duplicado entre 2017 y 2020, según el Informe de Litigios Climáticos Globales de la ONU 2020. Y es que la neutralidad climática puede dar lugar a acusaciones de lavado verde si no está respaldada por objetivos basados en la ciencia, algo vital para establecer una hoja de ruta creíble para la descarbonización.
«A pesar del rumor en torno a un número récord de afirmaciones de neutralidad climática, la realidad es que la gran mayoría de las empresas todavía están sentadas. Esperamos que entiendan que esta es una oportunidad para mostrar el progreso que están logrando en su viaje climático, en lugar de tener miedo al escrutinio. South Pole puede apoyar y ayudar, brindar orientación sobre el uso de las etiquetas correctas y proporcionar expertos que comprendan la terminología en este sector desde dentro y hacia afuera «, dice Renat Heuberger, director general de South Pole.
Las etiquetas de neutralidad climática de South Pole se adhieren a la guía de informes de buenas prácticas. Esto significa que las organizaciones pueden realizar afirmaciones sólidas en línea con los últimos hallazgos de la ciencia del clima y los clientes pueden estar seguros de la estricta metodología a la que se someten las organizaciones para lograr la etiqueta.
Líder en descarbonización
La base de datos de información de mercado de South Pole contiene y supervisa cerca de 60.000 empresas globales, incluidas Global Fortune 500, los principales índices bursátiles y todas las empresas que informan CDP y GRI, y sus datos de compromisos de sostenibilidad divulgados públicamente.
South Pole, una empresa social reconocida por la Fundación Schwab del Foro Económico Mundial, es hoy el principal proveedor de soluciones climáticas y desarrollador de proyectos de carbono del mundo. Desde su creación en 2006, ha desarrollado cerca de 1.000 proyectos en más de 50 países para reducir más de un gigatonelada de emisiones de CO2 y brindar beneficios sociales a las comunidades menos favorecidas y vulnerables al cambio climático. Los proyectos van desde la agricultura sostenible, la conservación de bosques, la gestión de residuos hasta la eficiencia energética y la energía renovable descentralizada.
