Tal y como publicábamos en Diario16, los megabuques de transporte de contenedores se están convirtiendo en un problema para la humanidad porque no sirven más que para aumentar los beneficios de las dictaduras del capital deshumanizado que no tienen más objetivo en la vida que saciar su codicia.

Sin embargo, las consecuencias para las personas son terribles. La National Oceanic and Atmospheric Administration publicó un estudio en el que se demostraba cómo los megabuques representaban casi un tercio de las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera. Sólo las 15 embarcaciones de transporte marítimo más grandes del mundo contaminan el equivalente a 760 millones de coches.

Esta es una de las muchas razones por las cuales la Unión Europea debe actuar de inmediato. Según un documento del Parlamento Europeo, fechado en septiembre de 2020 y al que Diario16 ha tenido acceso, se indica que «El transporte marítimo tiene un impacto en el cambio climático, en la biodiversidad marina, en la calidad del aire y en la salud pública como resultado de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) generadas y otras emisiones que genera, como el metano, los óxidos de nitrógeno, los óxidos de azufre, las partículas y el hollín. En 2015, emitió el 13% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de la Unión procedentes del ámbito del transporte. Se espera que las emisiones marítimas internacionales aumenten entre el 50% y el 250% de aquí a 2050. A menos que se tomen medidas adicionales, se espera que las emisiones marítimas relacionadas con el EEE aumenten un 86% por encima de los niveles de 1990 antes de 2050, a pesar de la adopción de normas mínimas de eficiencia para los buques por parte de la Organización Marítima Internacional (OMI). El transporte marítimo internacional sigue siendo el único medio de transporte no incluido en el compromiso de la Unión para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La OMI adoptó el 13 de abril de 2018 su estrategia inicial sobre la reducción de las emisiones de GEI procedentes de los buques. Se requieren urgentemente medidas para aplicar esta estrategia, tanto a escala mundial como a nivel de la Unión, a fin de garantizar que se adoptan medidas inmediatas para reducir las emisiones marítimas, contribuir a la aplicación del Acuerdo de París y alcanzar el objetivo de neutralidad climática a escala de la Unión, sin socavar los esfuerzos realizados por otros sectores».

Es decir, que la Unión Europea no incluyó al transporte marítimo, y, en consecuencia, al tráfico de megabuques en su compromiso por reducir las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera que provocan el cambio climático.

Por eso, en el documento del Parlamento Europeo se señala en una enmienda que «los esfuerzos rápidos por descarbonizar el sector del transporte marítimo son aún más importantes a la vista de la Declaración del Parlamento, de 28 de noviembre de 2019, sobre la situación de emergencia climática y medioambiental […] Las políticas de reducción de las emisiones basadas en el mercado, por sí solas, no bastan para alcanzar los objetivos de reducción de las emisiones de la Unión, y deben ir acompañadas por políticas vinculantes de reducción de las emisiones que se ejecuten de manera adecuada».

Se trata, por tanto, de tomar medidas drásticas por más que puedan afectar a los balances o las cuentas de explotación de las grandes corporaciones o de las grandes fortunas. Se trata, en consecuencia, de prohibir que los megabuques transiten por las aguas territoriales de los países de la Unión Europea o de que atraquen en los pocos puertos con capacidad para recibirlos.

En este sentido es una lucha contra el capitalismo más inhumano y, por eso, los intereses económicos se pondrán en contra de la ciudadanía. La UE tiene una oportunidad que no puede dejar pasar de demostrar a los hombres y mujeres que sufren las consecuencias del cambio climático que el compromiso de la Unión está con las personas, no con las élites.

Sobre todo, cuando la Comisión Europea manifestó en su Comunicación sobre el Pacto Verde (2019) su intención de adoptar medidas adicionales para abordar las emisiones procedentes del sector marítimo, y en particular de ampliar el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la UE (ETS) al sector marítimo, de regular el acceso de los buques más contaminantes a los puertos y de obligar a los buques atracados a utilizar electricidad en puerto. En su propuesta de Reglamento por el que se establece el marco para lograr la neutralidad climática, la Comisión confirmó que es necesario adoptar medidas suplementarias para alcanzar el objetivo de neutralidad climática en 2050 y en que todos los sectores tendrán que contribuir, ya que se espera que las políticas actuales reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero únicamente en un 60% de aquí a 2050.

Por otro lado, la prohibición de los megabuques, además de beneficios para la salud tendrá una consecuencia directa para la economía y el empleo, sobre todo en el sector de la fabricación de barcos.

Las grandes compañías de transporte marítimo siguen encargando la construcción de estos megabuques a los únicos astilleros que tienen capacidad para ello, es decir, los de China, Japón y Corea del Sur. En la actualidad, el volumen de encargos confirmados de construcción de este tipo de embarcaciones supera los 7.000 millones de dólares. Sólo en 2021, los astilleros coreanos han firmado órdenes para construir 30 megabuques más por un valor de 3.000 millones de dólares.

Por tanto, la prohibición de faenar por aguas territoriales de la UE y de atracar en los puertos, supondrá la apertura de un nuevo mercado comercial que dará trabajo a los principales astilleros de Europa, principalmente en España, Italia, Francia, Finlandia y Países Bajos.

Una medida de este tipo sería histórica, porque, por primera vez, un grupo de países antepondría los intereses de los ciudadanos a los de las élites inhumanas del capital. Por primera vez, se haría efectiva la frase del mayo del 68 de «somos realistas, pedimos lo imposible». Pues ese imposible se puede convertir en realidad si el compromiso de la UE con las personas es real y no sólo palabras hermosas plasmadas en un papel. Llegó la hora de actuar y no se puede perder ni un minuto porque el capitalismo ha lanzado su ataque definitivo contra la humanidad. Eso no se les puede consentir. 

1 COMENTARIO

  1. Seguro que el articulista tiene toda la razón, pero ….. si se prohibieran esos 15 megabuques, dada la actual estructura socio-económica mundial, habría que sustituirlos por otros mas pequeños que posiblemente contaminarían mas aún.
    Y decir que las emisiones subirán entre un 50 y un 250 % es como decir, o el perro se cura o se muere.
    Lo que hay que cambiar es la la estructura socio-económica mundial, y eso me temo que el capitalismo no lo va a consentir.
    Así que ……….. apaga y vámonos.

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