La Fiscalía ha estimado que Vanesa Gesto García, víctima falsa que simuló su secuestro y una agresión con pegamento en la vagina, entre a prisión para cumplir la condena de 11 años y 8 meses por intentar privar de libertad a su exnovio. De este modo, el ministerio público, le atribuye los delitos de detención ilegal en el concurso medial y dos delitos de denuncia falsa, por los que también tendrá que responder un amigo de Vanesa y su presunto cómplice.
La rocambolesca historia de la fabrense, mantuvo en vilo a toda su provincia que confiaba que un asunto de tal envergadura fuera una triste realidad. Según Vanesa, su ex pareja la retuvo en contra de su voluntad hasta llevarla a Bembibre. Sin embargo, las investigaciones de la guardia civil pudieron demostrar, a través de las cámaras colocadas en la vía pública, que quien le había llevado a Bembibre era su amigo y, por tanto, se trataba de una farsa.
Del mismo modo, la confesión de su cómplice, Fernando V.A, que se sentará en el banquillo de los acusados por su implicación en el caso, propició la detención de la mujer en las dependencias de los Juzgados de Ponferrada, donde había sido citada para ser sometida a una prueba médica forense.
Después de que Vanesa reconociera de que su intención era privar a su ex pareja de libertad y se produjera su detención, Iván R.G, que estaba en prisión como presunto autor de los delitos de detención ilegal y quebrantamiento de condena que había denunciado su exmujer, obtuvo su inocencia.
El relato de Vanesa
La versión de Vanesa, sostiene que el lunes 19 de octubre de 2016, cuando salía de su casa para pasear a su perro, alrededor de las 23:00 sufrió un secuestro. “Me llamó la atención que las luces del edificio estuvieran apagadas, pero al salir me agaché para atarme los cordones de los playeros y en ese momento me agarraron por el cuello, me empujaron contra la pared y me amenazaron de matar a mi hijo si gritaba” argumentó.
Su imaginación le permitió continuar con la historia y alegar que fue introducida en un vehículo, dónde se produce el traslado desde Fabero a Bembibre, localidad natal de su ex pareja. Fue allí, dónde se habrían producido los abusos sexuales hasta el punto de rociarle la vagina en pegamento. “Me dejaron desnuda y maniatada en una zona oscura del barrio de la Estación”.
No era la primera denuncia presentada contra su ex pareja. En el periodo de un año que Vanesa e Iván habían estado separados, ella llegó ha tramitar hasta once denuncias contra su ex pareja. Por aquel entonces, aseguraba que creía “estar con una persona que conocía y la realidad fue que estaba metiendo a un psicópata en mi casa” y ahora, se enfrenta a las consecuencias de una denuncia falsa.
