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Más de un tercio de las mujeres de cuatro países de ingresos bajos sufrieron maltrato durante el parto

La Organización Mundial de la Salud ha publicado un estudio del que se desprende que las mujeres más jóvenes y con menos formación son las que corren mayor riesgo de sufrir malos tratos

Eva Maldonado
Eva Maldonado
Redactora en Diario16, Asesora de la Presidencia de la Conferencia Eurocentroamericana.
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análisis

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Un nuevo estudio dirigido por la OMS y publicado en la revista The Lancet demuestra que más de un tercio de las mujeres de cuatro países de ingresos bajos sufrieron maltrato durante el parto en establecimientos de salud.

En el estudio se concluye que las mujeres más jóvenes y con menos formación son las que corren mayor riesgo de sufrir malos tratos, que pueden incluir el abuso físico y verbal, la estigmatización y la discriminación, la realización de procedimientos médicos sin su consentimiento, el uso de la fuerza durante los procedimientos y el abandono o la desatención por parte de los trabajadores sanitario.

El estudio, realizado en Ghana, Guinea, Myanmar y Nigeria, reveló que 838 (42%) de 2016 mujeres sufrieron maltrato físico o verbal, estigmatización o discriminación. El 14% sufrió maltratos físicos, por lo general bofetadas, golpes o puñetazos. También hubo altas tasas de cesáreas, episiotomías (cortes quirúrgicos realizados en la abertura de la vagina durante el parto) y exámenes vaginales no consentidos.

Las directrices de la OMS promueven una atención respetuosa de la maternidad para todas las mujeres, esto es, una atención que mantenga «la dignidad, privacidad y confidencialidad, garantice la ausencia de daños y malos tratos y permita una elección informada y un apoyo continuo durante el trabajo de parto y el parto».

Altos niveles de maltrato verbal y físico

En el estudio se observó a 2016 mujeres durante el trabajo de parto y el parto en Ghana, Guinea, Myanmar y Nigeria. También se realizaron entrevistas a 2672 mujeres después del parto, que evidenciaron niveles de maltrato similares a los de las observaciones directas.

En lo que respecta a las 2016 mujeres observadas por los investigadores, se realizaron sin el consentimiento de la mujer 35 cesáreas (13%), así como 190 de 253 episiotomías (75%). Los exámenes vaginales se realizaron sin el consentimiento de la mujer en el 59% de los casos (2611 de 4393 exámenes).

Además del maltrato físico, se observó que 752 (38%) de las 2016 mujeres experimentaron altos niveles de maltrato verbal, tratándose la mayoría de las veces de gritos, regaños y burlas. Once mujeres experimentaron estigmatización o discriminación, normalmente con respecto a su raza u origen étnico.

Camino a seguir

Para hacer frente a los malos tratos durante el parto, los sistemas de salud deben rendir cuentas, y se ha de disponer de recursos suficientes para proporcionar una atención de la salud materna de calidad y accesible, así como de políticas claras sobre los derechos de la mujer. Los prestadores de atención de la salud también necesitan apoyo y capacitación para velar por que las mujeres sean tratadas con compasión y dignidad.

Las posibles estrategias son:

Rediseñar las salas de parto para satisfacer las necesidades de las mujeres, en particular en lo que respecta a la privacidad y la presencia de un acompañante durante el trabajo de parto; mejorar el proceso de consentimiento informado en todas las intervenciones médicas; proporcionar suficiente orientación y apoyo a los trabajadores sanitarios para ayudarles a prestar una atención de mejor calidad; permitir que todas las mujeres que lo deseen estén acompañadas por una persona de su elección durante todo el trabajo de parto y el parto; aumentar la demanda pública de servicios de maternidad de alta calidad que proporcionen una atención centrada en la mujer y que no toleren ninguna forma de maltrato.

Las asociaciones profesionales también pueden desempeñar un papel crucial en la promoción y el apoyo de la atención respetuosa entre el personal de partería, los obstetras y otros prestadores de atención materna, y en la salvaguardia de sus derechos. La OMS hace un llamamiento a estas entidades para que colaboren con el fin de garantizar que se identifiquen y denuncien sistemáticamente los malos tratos durante el parto y se apliquen medidas apropiadas a nivel local.

Los resultados del estudio deberían utilizarse para orientar las políticas y los programas con el fin de que todas las mujeres tengan experiencias positivas en el embarazo y el parto, con el apoyo de personal sanitario capacitado dentro de sistemas de salud que funcionen correctamente.

Esta investigación fue posible gracias al apoyo de los estadounidenses a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y el Programa Especial PNUD/UNFPA/UNICEF/OMS/Banco Mundial de Investigaciones, Desarrollo y Formación de Investigadores sobre Reproducción Humana (HRP) del Departamento de Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS.

Nota para los editores

En 2014, la OMS emitió una declaración sobre la prevención y eliminación de la falta de respeto y los malos tratos durante el parto en los centros de salud. En la declaración de la OMS, el maltrato durante el parto se consideró como una violación de los derechos de la mujer y una ruptura de la confianza entre las mujeres y sus proveedores de atención sanitaria. También se pidió que se intensificaran la acción, el diálogo, la investigación y la promoción.

En las recomendaciones de la OMS de 2018 sobre los cuidados durante el parto para una experiencia de parto positiva se destaca la importancia de una atención centrada en la mujer para optimizar la experiencia del trabajo de parto y el parto para las mujeres mediante un enfoque holístico basado en los derechos humanos. Esto incluye la prestación de una atención respetuosa de la maternidad que mantenga la dignidad, privacidad y confidencialidad de la mujer, le permita tomar una decisión informada y recibir apoyo continuo durante todo el trabajo de parto y el parto, y garantice la ausencia de malos tratos.

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1 COMENTARIO

  1. No existe lo correcto sin confrontación al error. No existe (o sea, no existen posibilidades de existencia) un bien sin una CONFRONTACIÓN ÉTICA al mal que impide a ése bien. Así es. Las buenas intenciones son papel mojado, estafa o, en suma, un cruel equivocar a los demás; al igual que las promesas o los buenismos o los positivismos o los maquillajes subliminables o las retóricas que conducen siempre a la confusión de lo más esencial.
    Los que utilizan algo parecido a lo que ha dicho ya Pablo Iglesias (de Podemos), en EL OBJETIVO (LaSEXTA) «No me gustan que sufran los animales, pero que lo decida el pueblo» como un decir «no quiero ése mal, pero me lavo las manos» siendo la gran mentira que también utilizan todos para una cosa u otra. El lema de fondo es: No me gusta que Jesucristo esté crucificandose, ¡pero no puedo hacer nada o no voy a hacer nada! Sí, al final lo que ocurre es que no se mueve nadie PARA CONFRONTARSE a un mal, ni nadie dando la cara y ofreciéndose a moverse ya y a hacer todo lo racionalmente necesario PARA QUE NO SIGA UN MAL. Miserablemente no se hace lo correcto-equilibrado, porque las retóricas de todos (en tanta falsedad) ganan. Yo no quiero que una mujer sea víctima del machismo (dice cada uno), pero !yo no puedo hacer nada!, he ahí la gran mentira. http://delsentidocritico.blogspot.com/

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