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Más de 115 farmacéuticas de Asia, África y América Latina tienen potencial para fabricar vacunas ARNm

Eva Maldonado
Eva Maldonado
Redactora en Diario16, Asesora de la Presidencia de la Conferencia Eurocentroamericana.
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análisis

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A pesar de que ha pasado más de un año de que múltiples vacunas eficaces contra el coronavirus fueran introducidas en el mercado, asistimos al fracaso en la vacunación global y la distribución de las vacunas sigue siendo muy desigual. Las marcadas diferencias en las tasas de vacunación se deben, en gran medida, a las desigualdades en el suministro: El 74% de todas las vacunas dispensadas en 2021 se destinaron a los grupos de edad de países de rentas altas y medias, mientras que alrededor del 1% se destinó a países de ingresos bajos.

«A medida que nos enfrentamos a variantes en constante evolución y a otros virus nuevos que pueden surgir, las vacunas de ARNm ofrecen una gran ventaja para salvar vidas si Moderna y Pfizer-BioNTech compartieran la tecnología con el resto del mundo», afirma Alain Alsalhani. La plataforma de vacunas de ARNm permite una rápida modificación de las vacunas contra las nuevas variantes y tiempos de producción relativamente cortos. En el escenario probable de que el virus de la COVID-19 continúe mutando en nuevas variantes de preocupación, el acceso distribuido geográficamente a la tecnología de vacunas de ARNm en todo el mundo permitiría una rápida adaptación de la vacuna y una respuesta dirigida a las necesidades locales.

El análisis elaborado por Prabhala y Alsalhani demuestra que sería posible aumentar la producción de vacunas de ARNm fuera de Estados Unidos y Europa si Moderna, Pfizer y BioNTech compartieran ampliamente sus conocimientos y tecnología. Los Gobiernos de Estados Unidos y Alemania deben tomar todas las medidas a su alcance para garantizar que los fabricantes de la vacuna COVID-19 transfieran la tecnología a productores con capacidades y al centro de transferencia de tecnología de ARNm de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con sede en Sudáfrica. Ni una sola de estas empresas se ha unido a las iniciativas lideradas por la OMS, la plataforma de Acceso Mancomunado a la Tecnología contra la COVID-19 (C-TAP) y el centro de transferencia de tecnología de las vacunas de ARN mensajero contra la COVID-19, para poner en común y compartir la propiedad intelectual.

Los acuerdos de «llenado y acabado» como el firmado entre Pfizer-BioNTech y el fabricante sudafricano BioVac son insuficientes porque requieren que el fabricante asociado dependa del desarrollador para producir la vacuna. Para aumentar la producción a la escala necesaria, el mayor número posible de fabricantes debe tener acceso a todos los componentes y conocimientos técnicos de la producción de vacunas, y este acceso debe incluir desde los primeros pasos de la producción hasta la fabricación y el envasado.

El Gobierno de EE. UU. proporcionó casi 8.900 millones de euros a Moderna para la investigación y el desarrollo de la vacuna contra el coronavirus y la compra anticipada. Los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses financiaron las innovaciones fundacionales que hicieron posible las vacunas COVID-19 de Moderna y Pfizer-BioNTech. BioNTech se benefició de un fuerte apoyo público a través del Gobierno alemán y otras fuentes públicas. BioNTech recibió una subvención de 375 millones de euros del Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania, 100 millones de euros en financiación de deuda del Banco Europeo de Inversiones y una inversión de 250 millones de dólares por parte de un grupo de inversores dirigido por Temasek, un fondo soberano del Gobierno de Singapur.




Empresas con instalaciones de fabricación de productos farmacéuticos inyectables estériles que han recibido la certificación de buenas prácticas de fabricación por parte de la Agencia Europea de Medicamentos y/o la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos y/o la Organización Mundial de la Salud. Fuente: AccessIbsa y MSF Access, diciembre 2021

MSF reitera su llamamiento a las corporaciones farmacéuticas Moderna y Pfizer, y a su socio BioNTech, para que compartan urgentemente la tecnología de las vitales vacunas de ARNm con todos los fabricantes mundiales. Compartir la tecnología y los conocimientos técnicos podría impulsar la producción y el suministro de vacunas a nivel mundial en cuestión de meses, ayudando a los países de ingresos medios y bajos a ser autosuficientes para hacer frente a las pandemias actuales y futuras, y salvando innumerables vidas.

MSF también insta a todos los gobiernos a apoyar de forma financiera y política el Centro de Transferencia de Tecnología de Vacunas de ARNm contra la COVID-19 de la OMS, a respaldar la propuesta de exención de los ADPIC en la Organización Mundial del Comercio (OMC) para renunciar a los monopolios de propiedad intelectual en todas las vacunas, pruebas, tratamientos y otras herramientas médicas contra la COVID-19 durante la pandemia; y a utilizar todas las herramientas legales y políticas para facilitar la producción ininterrumpida y la diversidad en el suministro de herramientas médicas contra la COVID-19.

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