Artur Mas, durante su intervención en la Oxford Union Society.

El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha condenado a Artur Mas a dos años de inhabilitación por desobediencia en la consulta del 9-N. Las exconselleres Joana Ortega e Irene Rigau también han sido condenadas a un año y nueve meses y a un año y seis meses de inhabilitación. Los tres han sido absueltos del delito de prevaricación.

En paralelo al fallo conocido este lunes, el Tribunal Supremo está pendiente de dictar su sentencia del 9-N. Los tres políticos, en especial el expresident, se consideraron responsables políticos del 9-N, pero al mismo tiempo argumentaron que obedecieron al TC en todo momento y que dejaron la consulta en manos de los voluntarios una vez el Constitucional la suspendió. La Fiscalía, por contra, consideraba que los tres políticos siguieron adelante con el 9-N pese a la suspensión, por lo que pedía diez años de inhabilitación para Mas y otros nueve para las exconselleres por los delitos de desobediencia y prevaricación.

El presidente del TSJC, Jesús María Barrientos, que presidió el juicio a Mas, Ortega y Rigau, ha sido el ponente de la sentencia, a la que se han adherido por unanimidad los otros dos magistrados que formaron el tribunal, Carlos Ramos y Eduardo Rodríguez.

El expresidente catalán Artur Mas ha afirmado hoy que recibe la sentencia condenatoria por el 9N con «plena serenidad y disconformidad», ha avanzado que la recurrirá hasta «las últimas instancias europeas» tras pasar por el Supremo, aunque «no se arrepiente de nada» y volvería a organizar el 9N.

Mas ha comparecido en rueda de prensa en la sede del PDeCAT junto con las otras dos condenadas, la exvicepresidenta Joana Ortega y la exconsellera de Enseñanza Irene Rigau; el presidente catalán, Carles Puigdemont, el portavoz en el Congreso, Francesc Homs, y otros dirigentes del partido, todos ellos con una chapa en la solapa con el lema «Ho tornaría a fer» (Lo volvería a hacer).

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