¡En una esquina, con calzón negro, el campeón del mundo!
¡En la otra, con calzón rojo y azul, el aspirante y favorito el combate de hoy!
Las apuestas están volcadas a favor del luchador del calzón rojo y azul, y joven Max Verstappen, dueño de un juego de piernas y una velocidad de movimiento alucinantes.
El hombre del cazón negro, el gran fajador y dueño de un martillazo implacable, baja la cabeza y se lamenta antes de que empiece el combate.
Un combate a dos asaltos dividido. El primero dividido en tres partes.
Al principio parece que el hombre del calzón azul y rojo va a ser capaz de hacer bueno el pronóstico.
Pero no. Increíblemente no, nadie se lo espera. Y menos que nadie el aspirante al título, el joven Max, el hombre del calzón azul y rojo.
Siente el martillazo en el hígado y se queda sin aire. Boquea. Se le desorbita la mirada. Le flaquean las piernas. Parece a punto de perder el equilibrio y caer al suelo.
Se ríe, intentando disimular su alegría salvaje, el campeón, el nombre del calzón negro, Martillazo Hamilton.
Los espectadores del mundo entero están atónitos. Unos contrariados, otros eufóricos, pero todos, absolutamente todos, atónitos.
Las apuestas cambian de plato en la balanza.
Aún queda el asalto definitivo mañana, pero LA FÓRMULA 1 EN EL MES DE NOVIEMBRE de 2021 se ha convertido en EL MÁS APASIONANTE de los campeonatos de boxeo.
Casi un Alí contra Foreman.
Hasta sería posible que Valtteri Bottas acabase campeón del mundo, aunque para eso tendría que suceder algo demasiado terrible como para siquiera pensarlo.
Atónitos. Flipados. Alucinados. Así estamos todos.
Tigre Tigre
