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Marruecos, España y la libertad de prensa

Pedro Lechuga Mallo
Pedro Lechuga Mallo
Pedro Lechuga Mallo nació en la localidad leonesa de Valencia de Don Juan en 1978. Es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia de Salamanca. Ha desarrollado su actividad profesional en la radio, la televisión, la prensa escrita y la comunicación corporativa. Es autor del libro 'COVID-19-PERIODISTAS'. En la actualidad es presidente de la Asociación de Periodistas de León y decano del Colegio Profesional de Periodistas de Castilla y León.
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análisis

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Cuando parece que la reciente crisis diplomática entre España y Marruecos ha perdido intensidad y, me atrevería a decir interés de gran parte de la población, ambos países han vuelto a ser noticia por los ataques a la libertad de prensa y de expresión acaecidos en ambos territorios. Curiosamente en una misma semana se han conocido dos hechos totalmente repudiables y que ponen otra vez el foco en la importancia de defender sin fisuras la libertad del periodismo.

Integrantes del equipo del programa ‘Salvados’ de la Sexta, con su presentador Fernando González ‘Gonzo’ a la cabeza, fue expulsado de Marruecos cuando estaban documentándose sobre el accidente ocurrido el pasado febrero en el que murieron 28 personas electrocutadas, 20 de ellas mujeres, cuando un taller textil ilegal se inundó. El argumento esgrimido por las autoridades marroquíes es que no tenían los permisos pertinentes. Que un grupo de periodistas tengan que tener autorización gubernamental para documentarse y hablar con personas relacionadas con el caso en el que trabajan, explican por qué nuestros vecinos están en el puesto 136 del ranking de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras.

Por suerte, nuestro país ocupa el lugar 29 en esta misma clasificación, pero cuidado, no caigamos en la autocomplacencia. El último ejemplo que demuestra la estrategia impulsada desde hace ya varios años por diferentes sectores de la sociedad, entre ellos el político, en contra de la libertad de prensa es el señalamiento de Vox al editor de ‘El Jueves’, Ricardo Rodrigo Amar, invitando a que se le exijan responsabilidades cuando salga de su despacho, indicando el correspondiente nombre de la calle. Si, como según ellos, esta publicación incita al odio, no tienen más que poner la correspondiente denuncia y que la justicia dictamine si es así o no. Lo que es inadmisible es promover los ajusticiamientos populares a periodistas y medios de comunicación, una moda que cada vez está más en auge gracias, en parte, a ciertos actores políticos.

Defender y promover la libertad de prensa es obligación de todos, de la sociedad y de los propios periodistas. Por esta razón, es nuestra obligación también hacer autocrítica y corregir los errores que debilitan la calidad y la independencia del periodismo. No podemos olvidar que ni los políticos deberían jugar a ser periodistas y autoproclamarse garantes de la verdad, ni nosotros deberíamos enfundarnos el disfraz de políticos, como en ocasiones sucede.

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