La mayor parte de los libros que se editan y venden hoy en día son carne de supermercado, pero aún sucede que en ocasiones un editor le pone inteligencia y mimo a una publicación, y consigue que un libro deje de ser un simple producto y se convierta en objeto de deseo.
Es el caso de la muy atractiva edición que ha hecho Juan Casamayor -el capitán del barco conocido como Páginas De Espuma- de los Cuentos Completos de D. H. Lawrence.
Hasta da pena quitar el plástico que lo envuelve (y habrá quien no lo quite nunca y lo guarde para siempre en su biblioteca eternamente nuevo). Pero quien se atreva a retirar el plástico se encontrará con un papel tentador como la piel de una mujer, una maqueta elegantísima y, sobre todo, con la inspirada traducción de Amelia Pérez de Villar.
Lo primero que hice -confieso- fue consultar el índice, para averiguar qué relatos del autor de El amante de Lady Chatterley estaban incluidos en este primer volumen.
Y sí, allí estaba mi relato predilecto de Lawrence:
El olor de los crisantemos, o El aroma de los crisantemos (en esta traducción de Amelia Pérez de Villar).
El relato, había olvidado casi todos los matices, es una maravilla: el alma de una mujer, dibujada de modo magistral en el momento que espera que regrese de la mina el hombre durísimo, casi un animal, que tiene por marido.
Lo que sucede en el relato es lo más inesperado, y hace daño y conmueve.
Maravilloso.
En suma, un libro de compañía perfecto para estos días de lluvia que ya han llegado y parece van a prolongarse largamente: Los Cuentos Completos de DH Lawrence, para que no olvidemos que somos frágiles y soñadores; los únicos animales conscientes del milagro que es estar vivo.
(Mecanografía: MDMF)
