Teodoro García Egea, secretario general del Partido Popular, podrá opinar pero no decidir sobre la formación de gobierno en Castilla y León. Así de contundente ha sido Alfonso Fernández Mañueco al ser preguntado sobre las declaraciones de García Egea en las que el murciano defendió un gobierno en solitario tras los resultados en las elecciones celebradas ayer.
Mañueco ha marcado territorio y, en una entrevista en Onda Cero, ha dejado claro, para evitar equívocos ni intromisiones del aparato de Teodoro García Egea, que las negociaciones que se puedan llevar a cabo para formar gobierno serán pilotadas desde el PP de Castilla y León y no desde Génova, que era lo que esperaba el secretario general.
El actual presidente autonómico ha defendido que el Partido Popular tiene que sentarse a negociar con todas las fuerzas políticas con representación en las Cortes para «hablar de programa y gestión» porque los problemas de los castellanoleoneses no se pueden tratar desde Madrid.
Teodoro quiso imponer su ley
En los últimos meses, el secretario general del PP ha sido acusado de ser una persona autoritaria que pretende imponerse a costa de lo que haga falta. Hoy ha vuelto a dar un ejemplo cuando ha afirmado que «son las siglas y la papeleta del partido las que ganan las elecciones».
Con esta afirmación, García Egea ha pretendido imponer su ley sobre los barones populares y dejar claro que ni Alberto Núñez Feijoo, Alfonso Fernández Mañueco, Juanma Moreno ni, por supuesto, Isabel Díaz Ayuso ganaron sus respectivas elecciones, sino que fue el PP.
El primero, el PSOE
Mañueco ha anunciado que con quien primero se sentará a hablar será con el Partido Socialista y ha enfatizado que en la situación actual de atomización política habrá que ver «la capacidad de cada formación de flexibilizar sus posiciones para llegar a un punto de encuentro».
A mi juicio, puede opinar el partido pero la decisión corresponde al representante autonómico. ¿O no?