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Maldito 155: a diestro y siniestro

Manuel Bueno
Manuel Bueno
"Jurista, licenciado en Derecho y Geografía por la UAB, especialista en derecho administrativo y Seguridad pública. Posgraduado en liderazgo político y políticas sociales, y en medio ambiente. Cursos de doctorado en seguridad pública. Profesor de derecho y medio ambiente de la UAB. Durante años fue concejal socialista de Sant Celoni donde fue teniente alcalde y otras responsabilidades (Seguridad ciudadana, juventud, Servicios generales, Recursos humanos y Economía, y también presidente del Consejo de Pueblo de la Batllòria), fundó las juventudes socialistas del municipio en 2003. Y formó parte de la candidatura de José Montilla por el PSC en las elecciones al Parlamento catalán de 2006. Dejó la militancia en el PSC en el 2014 para votar libremente en la consulta del 9 de noviembre. Actualmente forma parte del movimiento socialista de Avancem y militante d’Esquerra Repúblicana de Catalunya, ha formado parte de la candidatura de ERC al Congreso de los Diputados de 2015, 2016 y 2019. Es vicepresidente de Súmate. Nacido en Barcelona, hijo de andaluces y criado entre Cataluña y Granada. Sus valores: Pluralismo y diversidad, es suma de la dignidad "
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análisis

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Quien le iba a decir a don Mariano Rajoy, que la aplicación del 155 le iba a traer tantos problemas, que incluso ha sido el monstruo jurídico, naturalmente constitucional, para que Ciudadanos i PSOE se amparen para reclamar la unidad indisoluble de la Nación Española.

Un 155 que le ha hecho incluso, peligrar- o eso parecía- los presupuestos generales hasta el último momento. Claro que mucha nación española, mucha solidaridad recogida en la constitución, pero hemos visto como el PNV, controlando los tempos y su mensaje de mediador y de intentarlo todo hasta el final; pero que ha dado finalmente su voto a los presupuestos del PP. Y es que solidaridad la justa, y más cuando topamos con el dinero.

O quizás, prefiera un gobierno del PP con Rajoy al frente, que unas elecciones generales donde Rivera podría alzarse con la victoria, y naturalmente, el concierto vasco no solo peligraría, sino que podría desaparecer. Y ya saben aquel dicho que dice, “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”, y eso ha hecho el PNV, curarse en salud. Dejando gobernar tranquilamente a un PP moribundo, a cambio de más beneficio económico para el País Vasco, i en medio de un mensaje de conciliación y de niño bueno para con Cataluña. También, consciente, que, aunque hubiese un gobierno efectivo en la Generalitat de Cataluña, el 155 no desaparecería, porque los barones de la corte de don Mariano, han renovado, por no decir, han prorrogado, el acuerdo de seguir controlando, si cabe más, la intervención de las cuentas de la Generalitat, aunque se levantara el veto del 155.

Ahora bien, deben saber los amigos vascos, que cuando la corte pase a manos del color naranja, y necesiten de la solidaridad del pueblo catalán, nosotros nunca les dejaremos con la miel entre los labios. Porque siempre ayudaremos aquellos pueblos vecinos que un estado centralizador y arcaico, como es el español, quieran arrebatarle sus competencias y sus derechos. Los catalanes somos solidarios por naturaleza, no racial como se empeñan algunos para insultarnos, sino por naturaleza social; una naturaleza construida por el paso de mucha gente de orígenes diversos que han ido construyendo este país de acogida que quiere convertirse en una República social, no una y grande, sino en justa, solidaria, fraternal y progresista.

Contaban las crónicas del Rey Felipe, que, por aquellos días de aquel octubre victorioso de democracia en Cataluña, y de decadencia de aquella Mi querida España, esta España mía de Cecilia, don Mariano se mostraba reacio a la aplicación del desconocido 155. Y cuentan, también las crónicas, que solo lo pondría en marcha si lo hacía con el apoyo unánime de Ciudadanos y naturalmente del PSOE. Y así fue, como se inició la maquinaria para poder aplicar un 155 en tierra de nadie y sin saber cómo hacerlo. Pero que, de un apoyo en principio de mínimos por parte del PSOE, se ha convertido en una veneración casi mística de los socialistas al artículo, que no solo le ha servido para luchar entre titanes y conseguir más votos, sino para destruir las instituciones que presidentes de su partido, como Maragall y Montilla habían defendido, e incluso habían solicitado mayor autodeterminación para Cataluña.

El PSOE se presenta como aquel niño que no le gusta el juguete que le regalan sus tíos, pero que cuando empieza a jugar con él, se encariña tanto, que incluso come con él y duerme con él.; y se convierte en imprescindible para su supervivencia. De ahí que veamos un PSOE radicalizado, yo diría, sentado casi a la diestra de sus compañeros naranjitos, gritando a ver quién puede más de ellos, defender España y humillar más a los catalanes.

El famoso grito de guerra “A por ellos”, decretado por su majestad también, se ha convertido, no solo en el lema de aquella policía represora, sino en el de los naranjitos también, con su hada madrina cantando el himno nacional – claro que ya está acostumbrada a cantarle al estado, lo hizo hace años atrás ante los soldados en aquella guerra absurda del Golfo Pérsico-. Y naturalmente, se ha convertido en el lema del PSOE y del PSC. Figuraros que poder tiene semejante griterío, que el PSOE ha pasado de defender una España Federal donde Cataluña se sintiera cómoda, a querer modificar el Código Penal para hacer que quepa una rebelión absurda– inexistente en Bélgica y Alemania- y encarcelar, definitivamente, aquellos que se prestaron exclusivamente al mandato del pueblo, al mandato democrático, al de las urnas.

Pero, es que ese grito de guerra, propiciado por el gobierno de la nación española, como se autodenominan ellos, se le ha convertido a don Mariano, en un grito de desesperación. Porque naranjitos y rojitos, no solo lo gritan contra Cataluña, sino que lo hacen contra el PP. Un Albert Rivera que los quiere quitar del medio, y los presiona con vehemencia, y los tacha de poca mano dura. Y un Pedro Sánchez, que por quitarle los votos que les ha dado a Ciudadanos, se muestra como un personaje sin compasión, frívolo e insultante, propio de los partidos como Forza Italia, muy distante de aquel presidente que marcó una época por su buen talante.

Maldito 155, debe de pensar don Mariano, que no solo no ha resuelto el problema con Cataluña – ha creado más independentistas, y que los catalanes se unan más para defender sus instituciones y sus valores democráticos, y defiendan una Cataluña plural, diversa, en catalán y en castellano, que defiendan los valores republicanos de la justicia social y solidaridad de todo un pueblo-; sino que va acabar también con su propio gobierno y su partido en el poder de esa España: una, grande y libre.

Y es que lo que no sabía don Mariano, es que el 155 sería el desenlace de su propia existencia. Quien iba a decir que del trío 155, don Mariano sería el más moderado, y Sánchez el más duro. El 155, no solo ha destruido las instituciones catalanas, sino que ha destruido el gobierno del PP, ha deshumanizado un PSOE agonizante que prefiere pasarse a la derecha – a sabiendas que nada tiene que hacer- capaz de insultar al presidente de Cataluña desmesuradamente. Un 155 que ha hecho visible lo que muchos ya sabíamos, que todavía estamos en un estado autoritario, con síntomas crecientes del movimiento nacional franquista, escondido entre unas instituciones judiciales arcaicas y discrecionales, y el resurgimiento de un partido nuevo aparentemente, pero que predica lo mismo de aquellos que antaño acabaron con la segunda república.

Maldito 155, que ha arrasado con todo a diestro y siniestro. Con todo no, no ha podido, ni podrá con el pueblo catalán. Porque la democracia, los valores republicanos y, sobre todo, la dignidad de su gente diversa y plural, son valores tan fuertes, que ante la represión todavía nos alzamos más, y persistiremos y no nos cansaremos de defender vivir en paz y en libertad.

Maldito 155 sí, pero bienvenido por conseguir ver realidades presentes pero ocultas de un estado antidemocrático. Y gracias- aunque sea con la boquilla chica-, porque por su aplicación, el pueblo catalán, un solo pueblo, diverso y plural, se ha unido más que nunca, para defender la dignidad de toda y cada una de sus gentes en la defensa de los valores de una república naciente; que, como los soldados republicanos del poema de Alberti, no dejaremos de galopar para defender nuestra dignidad como pueblo,

 

“Las tierras, las tierras, las tierras de España,

las grandes, las solas, desiertas llanuras.

Galopa, caballo cuatralbo,

jinete del pueblo,

al sol y a la luna.

 

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;

que es nadie la muerte si va en tu montura.

Galopa, caballo cuatralbo,

jinete del pueblo

que la tierra es tuya”

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