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Madrid en obras: La guerra sin pausa

Marta Cabeza de Vaca
Marta Cabeza de Vaca
Marta trabaja en el sector financiero y es una escritora secreta.
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análisis

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Es muy deprimente. Sales de casa y cada vez hay más zanjas como trincheras y aceras levantadas por doquier. También zonas delimitadas por vallas, sin carteles explicativos de ningún tipo; vacías del todo o con coches de calle aparcados dentro o palas o taladradoras o simplemente material acumulado; a veces hasta un retrete portátil.

Por todos sitios y en todos los barrios. No se sabe dónde se abrirá la siguiente ni cuando cerrarán las infinitas que salpican la ciudad de Madrid; Mad Madrid, más Mad Madrid que nunca. LA CIUDAD DESTRIPADA. En algunas ZANJAS o zonas delimitadas por vallas a veces hay obreros, uno se mueve perezosamente y quien le acompañe, uno o dos, supervisa su trabajo.

Hace unos meses, muchos ya, una mañana salí de casa de mis padres y me encontré con que la acera de la calle, que estaba en perfecto estado, había sido levantada. Ya en ese momento pensé que no había ninguna necesidad. Me reí cuando bastantes días después, sin ninguna prisa, la acera levantada había sido sustituida por otra absolutamente idéntica. Estos políticos siempre buscando comisiones, me dije a mí misma, pero tampoco le di mayor importancia. Aunque era una obra claramente innecesaria. Ahora mismo, sólo meses después, nadie puede distinguir qué tramos se han cambiado y cuales siguen siendo los antiguos. Nadie dijo nada. En un blog leí que era costumbre en Rusia, lo de cambiar las aceras todos los años pues se puede recurrir a mano de obra poco cualificada, que en Moscú era un medio clásico para hacer que se moviese el dinero: a río revuelto ganancia de pescadores (y de los ladrones de pescado).

Luego fue la acera de enfrente. Esta vez sí que cambiaron el dibujo del enlosado; quizá ya no quedaba más del viejo en las naves y almacenes; o quizá simplemente alguien dijo a los responsables de la obra innecesaria que disimulasen un poco. Los habitantes de Madrid seguimos sin protestar ni decir nada. Algunos comenzamos a murmurar cuando zanjas recién cerradas volvían a abrirse sin que nadie comprendiese el motivo o la razón.

-Son unos fondos de la Comunidad Europea que hay que gastar para que no te los quiten.

¿Arreglemos algo que no está estropeado porque lo paga un supuesto otro? Como si España no pagase impuestos a Europa, como si Europa y sus funcionarios administradores fuesen de fiar y los árabes no pudiesen comprar a sus más altos representantes con maletines de dinero en efectivo para llevar el mundial de fútbol, o las carreras de F1, adonde les diese la gana a quienes obligan a sus mujeres a ir el rostro tapado.

Aún intenté mantener cierto optimismo, quise pensar que era una gripe y no un nuevo virus diseñado para machacarnos; no imaginaba cómo se iba a extender el SRAS de las obras. Sin fechas que anunciasen siquiera al menos un final teórico. Buscando en internet OBRAS EN MADRID Y FECHAS LÍMITE DE TERMINACIÓN no aparecía nada coherente. La página del ayuntamiento es cualquier cosa menos informativa y transparente. Basura.

Se buscase como se buscase no había manera de saber cuando iban a acabar las obras. Y cada vez había más, más calles infectadas. Igual que con el Covid, y haciendo gala siempre del desprecio más absoluto hacia el ciudadano. DESPRECIO ABSOLUTO AL CIUDADANO. Se nos miente y engaña e ignora sin pausa. Porque no importa. Porque nadie se rebela. Como mucho gruñimos en privado. Quedó demostrado con el Covid cuando nos encerraron, cuando en Madrid no nos dejaban pasear ni siquiera en solitario y por la noche para calmar la ansiedad.

Si no protestamos con el encierro y el toque de queda tampoco vamos a hacerlo por las obras. Porque estén fatal programadas. Porque no hagan falta. Porque nos desvían y molestan y nos hacen perder el tiempo. Porque huelen a negocio sucio de quienes las autorizan.

¡Que se aguanten!

Madrid volverá a votar a Almeida, el peor alcalde que jamás ha conocido la ciudad,  a pesar del modo descarado con el que maltrata y desprecia incluso a sus votantes: que le odian y maldicen porque no cumplió sus promesas electores respecto a los coches. Con lo fácil que sería hacerlo bien respetando las normas de Europa pero también respetando a los ancianos y a quienes tienen poder adquisitivo escaso.

-¿Respetaros? Si ni siquiera son capaces de defenderse, si ni siquiera protestan. ¡Borregos! Al que se desmande le echamos los perros y ya se arrodillará temblando y suplicando.

Empobrecidos, humillados, sin voz… así somos los millones de personas que vivimos en este Madrid de aceras levantadas e isletas marcadas con vallas de alambre por todos lados.

¿Qué nos estamos dejando hacer? Éramos un lugar fantástico en el mundo… y mirad ahora.

Manda fotos a Diario16, a nuestro twiter o al facebook con las aceras de Mad Madrid destripadas, y deja tus comentarios más abajo si sientes el dolor de ser despreciado y ninguneado. ¿Quién sabe? Soy consciente de que soy una optimista endémica, una imbécil de tan optimista, pero quizá sí, quizá aún podamos levantarnos, parar a los miserables para quienes apenas existimos excepto para sangrar a impuestos y votar una vez cada cuatro años.

¿Queremos dejar en herencia un Madrid convertido en parque temático para turistas en el que sólo puedan tener su propio coche los millonarios?

¿No os acordáis?, ¡fuimos libres!… y hasta parecía que nos trataban como a auténticos seres humanos.

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