Madrid: El Arte del Cinismo

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Según el diccionario de la Real Academia Española, el cinismo es;

1. Desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables.

2. Impudencia, obscenidad descarada.

3.Doctrina de los cínicos, que expresa desprecio hacia las convenciones sociales y las normas y valores morales.

En cualquier caso, da igual cuál de las tres acepciones escojamos (o las tres a las vez) no hay mejor concepto para definir la gestión caótica de la pandemia que el gobierno de PP y Cs de la Comunidad de Madrid ha arrastrado a millones de  madrileños, a los que les votaron, y a los que no…. a todos. Sin duda, en el arte de ponerlo en práctica hasta el límite, la presidenta Díaz Ayuso y su peón Ignacio Aguado, se llevan la palma de oro.

Desde antes de la declaración de la pandemia  por la OMS el pasado 11/03, en declaraciones a Espejo Público el día 26/02/2020 Díaz Ayuso afirmaba “ Es más peligroso el miedo, que el propio virus” y en la misma entrevista confirmaba “Contamos con uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo” omitiendo los 25 años de gobiernos populares de Gallardón, Aguirre ,González y Cifuentes donde los recortes, la externalización de servicios, la concesión a perpetuidad de los nuevos hospitales prometidos en la campañas electorales de 2004 y 2008 y el intento de privatización de la sanidad pública madrileña durante los gobiernos de Aguirre y González, paralizada, por cierto, en los tribunales, desgarraron un sistema público de salud, dejándolo desprovisto de recursos, sin medios, sin personal sanitario, con menos camas y con plantas enteras cerradas..

 Y de repente, el virus  fue más peligroso que el miedo: El mito de “uno de los mejores sistemas sanitarios” se caía y con él, salían a la luz los espurios intereses económicos que habían movido los hilos de la fracasada privatización ,acordada entre los populares y los empresarios afines que querían hacer negocio con la salud de todos; Los contagios no cesaban, las urgencias se vieron desbordadas y las UCIS abarrotadas de enfermos graves que se debatían entre la vida y la muerte; El servicio madrileño de salud  presentaba signos evidentes de fragilidad a tal punto que, el Ministerio de Defensa, a  través del Ejército, se vio obligado a montar un improvisado hospital de campaña en las instalaciones de IFEMA para aminorar el impacto de la pandemia en la región  y con el único objetivo de salvar vidas.

Tras varias semanas en activo y con la disminución de los niveles de contagios, la Presidenta Díaz Ayuso lo bautizaría como “El Hospital Milagro” en un cierre que, más que un homenaje a los sanitarios que arriesgaron su vida y a los pacientes recuperados,  se asemejaba a un guateque que incluía reparto de bocatas de calamares, bailes de conga y series propios de una celebridad, todo en un contexto de confinamiento estricto para el resto de ciudadanos donde ni la Presidenta  ni los miembros de su gobierno y del ayuntamiento respetaron la distancias de seguridad impartidas desde el Ministerio de Sanidad, constituyendo un acto innegable de irresponsabilidad.     

Asimismo, el Covid 19, golpeó sin paliativos las residencias de mayores, muy especialmente en Madrid con más de 5800 fallecidos de un total de 17756, hecho que motivó la primera grieta en el gobierno de coalición madrileño al solicitar su Consejero de Servicios Sociales, Alberto Reyero, la intervención de la UME para retirar los cuerpos de los abuelos fallecidos en las mismas, gestionadas  mayoritariamente por empresas privadas.Al no poder destituir al Consejero bajo órbita de su vicepresidente de Ciudadanos, Ayuso reaccionó retirándole las competencias y cediéndoselas a su consejero de Sanidad. Desde el punto de vista político, Díaz Ayuso no iba a asumir ninguna responsabilidad, al contrario, disparó contra el Vicepresidente de Asuntos Sociales, Pablo Iglesias, olvidando que la gestión de la residencia de mayores es de ámbito exclusivamente autonómico. No obstante, si bien Díaz Ayuso podrá buscar culpables fuera, está por verse el recorrido judicial de las distintas querellas presentadas en los tribunales por familiares de los mayores fallecidos en residencias de su comunidad.

En las primeras semanas de confinamiento, Díaz Ayuso, con la ayuda inestimable de su prensa afin, entró en una alocada carrera con Pablo Casado para erigirse y autoproclamarse como el azote del gobierno central, llevándole a perder dos aviones con material sanitario y no encontrándolos durante 10 días, a hacer desplantes a Moncloa, llegando 2 horas tarde a la Conferencia de Presidentes por unas fotos en Barajas o retirándose antes para ir a una misa a La Almudena. En pocas palabras, el postureo para instagramers y twitteros por sobre la salud de todos; cuestión de prioridades.

 Y en ese posicionamiento de ataque continuo de exigir rendición de cuentas al gobierno de Sánchez-Iglesias en el Congreso, Díaz Ayuso estuvo más de mes y medio sin dar explicaciones en la Asamblea de Madrid y, cuando desde la oposición, lograron un pleno telemático, casualmente, en el momento que la presidenta de Madrid debía iniciar su comparecencia, la conexión se cayó.

Una semana más tarde, ya de forma presencial en la Asamblea , Díaz Ayuso, más como empleada de hamburguesería norteamericana  o de pizzería italiana que en su rol de Presidenta de la Comunidad de Madrid, subió su listón de cinismo al defender las cualidades nutricionales de los menús de pizza, bocadillos , patatas y refrescos para todos los niños con beca de comedor, omitiendo que fue suya la decisión de rescindir los contratos con las empresas de catering de las escuelas que presentaban el servicio y que fue suya, también, la decisión de contratar con tres empresas de comida rápida para su sustitución .

Asimismo, en esta misma semana donde el Partido Popular se oponía rotundamente a la prolongación del Estado de Alarma, como medio para tumbar al gobierno central, el viraje de Ciudadanos con Inés Arrimadas como nueva líder, forzó a Pablo Casado a la abstención pero que ,en la práctica, lo llevó a la irrelevancia . No obstante, sin el SI de Arrimadas y del PNV, de hecho, el gobierno central hubiera perdido las facultades de controlar la desescalada y hoy estaría en manos de las comunidades autónomas… y menos mal que no fue así.

A cuenta del plan de desescalada, un día después, en Madrid estallaba la polémica; Ayuso se demostraba dubitativa de pasar a la fase 1 y su socio Aguado insistía que la Comunidad estaba en condiciones porque “es necesario reactivar la economía”, evidenciando que la salud de los madrileños está en un segundo plano, al menos, para el Vicepresidente. A  pesar de las discrepancias internas, el gobierno madrileño decidía, solicitar el cambio a fase 1 pero surgía la dimisión inesperada de Yolanda Fuentes, Directora de Salud Pública que acrecentaba la crisis y que forzaba a la Comunidad a presentar la petición absolutamente fuera de plazo y sin firma.

Con estos mimbres, era de esperar que el Ministro Salvador Illa  y el Comité de Expertos rechazaran tal solicitud pero, una vez más, el Partido Popular sacaba pecho públicamente en Twitter acusando al gobierno “El PSOE está tan asustado ante ña magnifica gestión de Díaz  Ayuso y se siente tan pequeño políticamente, que aun gobernando España, se dedica hacer a oposición a la oposición. Ladran, luego cabalgamos. Seguimos trabajando. Gracias Ayuso”.

Con más de 15.000 Fallecidos de los 26.000 en toda España y más de 5800 en residencia de mayores de Madrid y donde la presidenta Díaz Ayuso ha hecho de su cuenta de Twitter, un escaparate de donantes de empresarios privados para dotar de recursos un sistema de salud diezmado, el Partido Popular  presume de gestión sin ambigüedades. Cinismo en estado puro.       

Pero su socio de coalición y Vicepresidente Ignacio Aguado de Ciudadanos no quiere ser menos y afirma en su cuenta de Twitter “ Lamento que el Gobierno no nos autorice a pasar a la dase 1.Eso supone que miles de autónomos, bares y pequeños comercios no podréis abrir este lunes…” como si a los madrileños nos importara más ir de cañas que nuestra salud….O quizás es esa su intención, que vayamos de terrazas y de bares para olvidar su caótica gestión de residencias de mayores, sus aviones perdidos, sus menús de comida basura, sus fotos en Barajas, sus bocatas de calamares en IFEMA, las promesas de regeneración política, su lucha contra la corrupción….   …..En definitiva, su cinismo.         

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