El pasado sábado se produjo una gran manifestación en el centro de Madrid para protestar contra las medidas adoptadas por el nuevo gobierno del Ayuntamiento formado por las tres derechas de la Plaza de Colón. Decenas de miles de personas se sobrepusieron a las altas temperaturas para protestar contra las medidas que el nuevo alcalde, José Luis Martínez-Almeida, con el apoyo de la ultraderecha de Vox y de Ciudadanos, quiere implementar en Madrid Central.

Hoy se iniciaba la moratoria por la cual se retiraban las multas a los vehículos contaminantes que tenían restringido el paso a este área para proteger a la ciudadanía de los altos grados de contaminación atmosférica. Un tema que parece no preocupar al «trifachito».

El pueblo de Madrid sigue reaccionando y activistas de Greenpeace han bloqueado el acceso a Madrid Central dejando sólo libre de paso el Carril Bus. Bajo el lema «Madrid Central funciona» han querido que su protesta sea vista como una exigencia para que se mantenga una medida que ha reducido los elevados índices de contaminación a unos niveles de hace década.

Estas protestas han provocado diferentes reacciones en el gobierno municipal. Por un lado, Begoña Villacís, de Ciudadanos, ha abierto la puerta a que el tiempo de la moratoria se reduzca y ha asegurado que la medida del gobierno de Manuela Carmena no se va a revertir. «Transformación, información y mejora. Ese es el proceso», ha afirmado la vicealcaldesa.

Por su parte, el alcalde José Luis Martínez-Almeida, en vez de reflexionar sobre el desprecio que su propia ciudadanía está teniendo respecto a las medidas en favor de la contaminación ambiental del Ayuntamiento, ha ironizado respecto a que los activistas tienen mucho tiempo libre: «Envidio la cantidad de tiempo libre que tienen estos piquetes, hay que reconocer que es envidiable el tiempo libre del que disponen para hacer estas actuaciones», ha dicho, además de culpar a los activistas de provocar más contaminación porque sus protestas generan atascos.

Lo peor que puede hacer un gobernante es ponerse en contra de su pueblo y las derechas de la Plaza de Colón (PP, C’s y la ultraderecha de Vox) lo están haciendo.

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