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Los ricos cazados en los ‘Pandora Papers’ quedarán impunes por regularizaciones exprés o prescripción de delitos

Gestha reclama más medios antes de que los evasores fiscales se escapen por resquicios legales

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análisis

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El inmenso escándalo de los ‘Pandora Papers’ va camino de quedar en nada. El caso del rey emérito ha sentado un mal precedente desde el punto de vista tributario y las grandes fortunas de este país que han sido cazadas en paraísos fiscales pretenden emular al monarca y recorrer el mismo camino procesal para irse de rositas. ¿Pueden hacerlo? ¿Pueden evitar la acusación de delito regularizando antes su situación irregular con el fisco? Los técnicos del Ministerio de Hacienda asociados al sindicato Gestha creen que sí hay base legal para la impunidad. Es más, advierten de que eso es justo lo que va a ocurrir.

Gestha sospecha que las personas señaladas en los ‘Pandora Papers’ regularizarán su situación fiscal antes de que la Agencia Tributaria reaccione, por lo que piden a la ministra, María Jesús Montero, que permita a los técnicos iniciar inmediatamente la inspección de las grandes fortunas y sociedades que ya se conocen. En el fondo estamos hablando de una cuestión de medios humanos y materiales. Es decir, de inversión que en los últimos años no llega por culpa de los recortes. Tras años de abandono de los sucesivos gobiernos de uno y otro color, el cuerpo de inspectores está bajo mínimos, en cuadro, y no puede hacer frente a un asunto de la envergadura del que ha destapado el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

Gestha ha lamentado a través de un comunicado que la “lentitud” en formar los expedientes retrasará en cuatro meses el inicio de la inspección de las grandes fortunas y sociedades relacionadas en los ‘Papeles de Pandora’. En cuatro meses a un evasor le da tiempo a hacer muchas cosas, como destruir pruebas y documentos, liquidar sociedades offshore, borrar todo rastro de dinero negro oculto en bancos y depósitos privados y poner a buen recaudo los fondos opacos. Es lo que en el argot delincuencial se conoce como “cambiar el lagarto de sitio”, o sea, llevarse el dinero defraudado a otras latitudes más seguras.

En concreto, Gestha señala que cuando la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) de la Agencia Tributaria reciba de La Sexta y El País toda la información requerida, entre la que figurará la de las 601 personas de nacionalidad española y 751 sociedades offshore relacionadas, comprobará si los residentes han incluido esas propiedades en el modelo 720 de bienes en el exterior, y si las rentas obtenidas están declaradas en el IRPF y la titularidad en el Impuesto sobre el Patrimonio.

En caso contrario, elaborará una propuesta para incluir en el plan de inspección a las personas y entidades que no hayan declarado. “Sin embargo, en ese tiempo, estas grandes fortunas habrán presentado las declaraciones complementarias que les habrán preparado los grandes despachos de la asesoría española”, han advertido los técnicos.

Pese al tiempo al que hacen referencia los ‘Papeles de Pandora’, si estas personas no han incluido la titularidad de esas empresas offshore o las propiedades en el extranjero en el modelo 720, esos importes se calificarán como una ganancia patrimonial no justificada que tributará al tipo marginal máximo del IRPF del último año no prescrito, entre el 43,5% y el 48% en 2017.

Un antecedente nos puede dar una pista de lo que va a ocurrir con el escándalo de los ‘Pandora Papers’: los llamados papeles de Panamá, una filtración informativa de documentos confidenciales de la desaparecida firma de abogados panameña Mossack Fonseca, el bufete cuyo objetivo presuntamente era ocultar grandes fortunas en paraísos fiscales. Aquello ocurrió en 2016 y hoy por hoy la mayoría de las causas han prescrito o han quedado en sanciones simbólicas. Los miles de documentos sustraídos del bufete Mossack Fonseca y publicados por la prensa internacional provocaron un escándalo mundial, pero hoy aquella polvareda se ha diluido y nadie se acuerda de los nombres ilustres que quedaron manchados para siempre.

“En muchos casos los papeles sólo muestran –y no es poco– el rastro de una operativa determinada, pero con consecuencias mucho más estéticas que legales. Los presuntos delitos fiscales cometidos por sus protagonistas o no están en absoluto claro o, por el tiempo transcurrido, habrían prescrito”, publicaba en su día El País a propósito de los Papeles de Panamá. En definitiva, más ruido que nueces en estos macroasuntos que dan para portadas durante un tiempo: papeles que se los suele llevar el viento.

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