Dado que los Reyes Magos viajan en camello, y este no puede montar en avión, no les quedará más remedio que tomar un barco en dirección a Europa. Además, es conocido por todo el mundo que los reyes son muy dados a las tradiciones, por lo que no les gusta aquello de montar en un vehículo que vuela. Ellos prefieren el transporte terrestre o, en su defecto, el marítimo, como se ha viajado toda la vida. Me imagino a Melchor, Gaspar y Baltasar, rodeados de decenas de personas que buscan cruzar el Mediterráneo, haciendo cola para subirse a la embarcación neumática de un contrabandista, uno de los medios más habituales en nuestra época.

En este sentido, cabria preguntarse si las autoridades europeas, en caso de que la embarcación llegase a tierra, permitirían la entrada de tres extranjeros vestidos con ropas de otras culturas. «No les dejéis, que vienen a quitarnos el trabajo», dirían las personas que han interiorizado el discurso xenófobo que crece en Europa; y, claro, si los reyes no pueden cruzar la frontera, la población se quedaría sin regalos. De todos modos, que sus majestades lograsen llegar con vida a Europa es una posibilidad remota e inverosímil, ya que una media de 14 personas fallecen al día en el Mar Mediterráneo, según ACNUR. Sí, 14 seres humanos mueren ahogados al día mientras intentan llegar al continente, huyendo de la guerra o de la pobreza, como ya hicieron miles de familias españolas el siglo pasado.

En el año 2015, en plena crisis de refugiados, murieron 3.771 personas; en el 2016, a pesar de que un menor número de personas han cruzado el Mediterráneo, se ha alcanzado “la peor cifra anual de víctimas que se haya observado jamás” (William Spindler, portavoz de ACNUR). Para concretar, según cifras dadas por esta organización, el año pasado fue el peor de toda la historia en número de fallecidos: más de 5.000 víctimas mortales. Llegado este momento, hay que recordar que el 26% de los migrantes que cruzaron el Mar Mediterráneo el año pasado eran menores.

Por suerte, los Reyes Magos no van a perder la vida en el Mediterráneo porque no existen. Sin embargo, las más de 5.000 personas que murieron en 2016 sí existían, y a las autoridades no pareció preocuparles lo más mínimo. Hoy morirán otras 14. Mañana, otras 14. Pasado, otras 14. Y así sucesivamente. Pero las personas de traje, compuestas por órganos de acero, no harán nada por evitarlo. Únicamente les importa que los Reyes Magos continúen viviendo en la tradición, puesto que es un buen modo de distraer a las masas y hacerles olvidar lo que les ocurre a los migrantes “reales” que intentan venir a nuestros países. Es inexplicable que las autoridades se gasten millones de euros para mantener vivas a tres personas no reales, cuando las reales están muriendo en el mar. Tan solo con el dinero que los países desarrollados gastan en armamento o pierden debido a la corrupción, se podría acabar con esta barbarie. ¡Basta ya!

Como se dijo en ‘Astral’, el documental de Jordi Évole y su equipo de ‘Salvados’, alguien no está haciendo los deberes, porque no es difícil ni caro. Algún día, y espero que no sea tarde, las nuevas generaciones mirarán este momento histórico con incredulidad y rechazo, pues no comprenderán cómo se permitió que algo así sucediera. Cuando llegue ese momento, se construirán monumentos y se realizarán visitas turísticas por los puntos negros del Mar Mediterráneo. Sin embargo, cuando hay que actuar es ahora, no cuando sea demasiado tarde.

3 COMENTARIOS

  1. Es una triste realidad. Se nos debería caer la cara de vergüenza. Nos gastamos millones de euros en cabalgatas de reyes y las personas están muriendo en el mar… Muy bien dicho: hay que actuar ahora porque todavía podemos salvar muchas vidas. De nuevo pedazo de artículo de Escritor Crítico. Grande.

  2. Cuánta razón, nuestros nietos estudiarán esto como UNO DE LOS MAYORES GENOCIDIOS DE LA HISTORIA CONTEMPORÁNEA, y nos preguntarán ¿abuela, y cómo en el mundo permitisteis esto? Gracias por el artículo!!

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