El columbario de la Basílica de la Macarena, en Sevilla, inaugurado en plena pandemia en noviembre de 2020, está ubicado exactamente bajo los pies del camarín de una de las imágenes religiosas más veneradas del mundo católico y en principio es el lugar donde la familia del genocida fascista Gonzalo Queipo de Llano y la Hermandad de la Macarena han previsto que reposen sus restos mortales en aplicación de la nueva Ley 20/2022 de Memoria Democrática. De este modo, los restos del militar genocida fascista se encontrarán aún más cerca físicamente de la imagen de la Virgen Macarena de lo que ya han estado durante más de 70 años tras su fallecimiento en 1951 y enterramiento a escasos veinte metros del lugar donde se expone al culto la imagen de la Virgen.
La Hermandad y los familiares del instigador de la ejecución de al menos 45.000 republicanos diseminados en más de 700 fosas comunes en la actualidad al fin han mostrado su voluntad de trasladar los restos y hacer cumplir la ley, aunque paradójicamente no estarán visibles al público en general, a excepción de los familiares de hermanos que reposen en estos nichos, aunque sí se reduciría incluso la distancia física entre la venerada imagen religiosa y los restos del genocida en caso de que finalmente reposen en el columbario.
El columbario está construido exactamente bajo el camarín de la Virgen Macarena y tiene capacidad para unas 3.000 urnas
La construcción del columbario, excusa aportada durante años tanto por la Hermandad de la Macarena como por los familiares del general franquista para evitar trasladar sus restos como también exigía la ley autonómica en vigor desde 2017, finalizó en noviembre de 2020. Desde este instante hasta la actualidad, ni familiares ni Hermandad ni las instituciones públicas implicadas en este asunto de memoria histórica han movido un dedo para hacer cumplir las normas hasta entonces vigentes. Sólo ha sido a raíz de la reciente entrada en vigor la nueva Ley estatal de Memoria Democrática cuando tanto el Gobierno como familiares del genocida y la Hermandad de la Macarena han hecho pública su disposición para “cumplir escrupulosamente la ley”, como ha indicado a través de un comunicado de cuatro párrafos la Hermandad de la Macarena, que no nombra en ningún momento al militar genocida.
El secretario de Estado para la Memoria Democrática, Fernando Martínez López, envió este pasado lunes 24 de octubre una carta al Hermano Mayor de la Hermandad de La Macarena para que proceda “a la mayor brevedad” a la exhumación y posterior traslado de los restos de Queipo de Llano y Bohórquez, en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática. La Hermandad, por su parte, también emitió posteriormente un comunicado donde mostraba su plena disposición al traslado sin concretar más detalles.
El artículo 35 de la nueva ley estatal relativo a ‘Símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática’, en su apartado 5 señala: “Cuando los elementos contrarios a la memoria democrática estén ubicados en edificios de carácter privado o religioso, pero con proyección a un espacio o uso público, las personas o instituciones titulares o propietarias de los mismos deberán retirarlos o eliminarlos, en la forma establecida en el presente artículo”.
El columbario de la Basílica de la Macarena donde a priori se pretenden trasladar los restos de Queipo está ubicado en el interior del mismo recinto religioso donde se encontraban. Aunque no estarán tan expuestos al público como hasta ahora lo han estado, el columbario donde podrían reposar sus restos puede ser visitado por todos los hermanos o familiares de los fallecidos cuyos restos han sido allí depositados.
Queipo, padrino de la Basílica
La construcción de la Basílica de la Macarena comenzó poco después de finalizada la guerra civil, en 1941, y el genocida Queipo de Llano fue su padrino en el año 1949, cuando se finalizó la obra y fue bendecida el 18 de marzo de aquel año por el arzobispo de Sevilla, Pedo Segura. Sin ir más lejos, y entre otras atrocidades cometidas, en las murallas de la Macarena, aledañas a la Basílica, fueron ejecutados por orden directa de Queipo más de 3.000 personas al inicio de la guerra civil.
El columbario de la Macarena tiene capacidad para un total de 2.876 urnas, que pueden ampliarse en 860 más en caso de que sea necesario. Este recinto está previsto para depositar los restos de hermanos y también de otros feligreses no hermanos, aunque en todo caso siempre tendrán preferencia los primeros.
