Ya es oficial. Los nuevos nombres del presidente en el Parlamento: Héctor Gómez, portavoz en el Congreso; Eva Granados, portavoz en el Senado; y Rafaela Crespín, secretaria general del Grupo.
Tanto Gómez, como Granados y Crespín eran hasta la crisis de Gobierno de julio personas bien vistas en Moncloa, pero a partir de ahora son las personas en las que Pedro Sánchez vuelca su confianza en el Congreso y el Senado.
Y fue ayer desde Ferraz la propia Adriana Lastra, que aunque sigue en el partido, también se ha visto relegada por Pedro Sánchez al tener que dejar de ser portavoz del PSOE en el Congreso, quien ha informado de la aprobación por parte de la Ejecutiva de los nuevos nombramientos en la dirección el Grupo Parlamentario Socialista.
Lastra, aún así, mantiene su cuota de poder en el PSOE, frente a José Luis Ábalos que dimitió en la ejecutiva del PSOE al ser destituido como ministro de Transportes.
Ambos, Lastra y Ábalos, como también la ex vicepresidenta Carmen Calvo, mantienen eso sí su escaño en el Congreso.
“El Grupo queda en las mejores manos, son la mejor demostración de que este partido tiene un gran banquillo, ha dicho Lastra.
Asimismo, ha añadido que ha sido “un inmenso honor haber dirigido el Grupo Parlamentario Socialista. Toda mi vida agradeceré el apoyo, la dedicación y el afecto de mis compañeros y compañeras”.
Obsérvese la vuelta a la sumisión por dictado de los barones. Todo un festival de hipocresía propio de la era post-felipista y la inconsistencia de Sánchez como líder. Sin fortaleza, Pedro… Hay una fábula de Esopo, que vivió entre los siglos VII y VI a.c. que hace mención a un viejo, un mozo y un burro. Sería conveniente su lectura para todos los miembros de la ejecutiva del PSOE.
Criterio. Eso. Primero se discute lo que vamos a hacer para tener claros los objetivos, y después criterio. No es a ver qué nos dicen ahora que nos vemos forzados a pactar las tablas, o no cuadra nuestro planteamiento y hay que huir como sea del debate. Me recuerda aquel teléfono de quejas; «…anda, ponte tú…»