Tras  varios años de experiencia en bolsa es imposible negar la realidad del gran miedo, que tienen la mayoría de inversores a futuras caídas en el mercado. Sin lugar a duda, podemos afirmar que el miedo que se avecina a enfrentarse a un mercado bajista, paraliza completamente al inversor.

Es muy probable que después de estar en una idílica situación observando como nuestra rentabilidad crecía gracias a la localización de nuestras posiciones en renta variable,  no se nos iba de la cabeza la idea  que un mercado bajista pudiera dilapidar todo nuestro beneficio, dejándolo muy mermado o incluso en número rojos.

La verdad es que los años pasan y el miedo sigue siendo el mismo,  pero la diferencia con el paso del tiempo se amplía notablemente por una gran pérdida de correlación.
Desde que se empezaron a trabajar activamente los derivados financieros se empezó a dotar al mercado de gran liquidez, aparte de flexibilidad. Estos productos que comenzaron a emplearse hace muchos años en el mercado, no fue hasta hace poco cuando los inversores retail pudieron tener acceso a los mismos.

La flexibilidad que otorga a los inversores el poder posicionarse en ambas direcciones de mercado,  es una gran ayuda a la hora de entrar en el mismo sin ningún tipo de limitaciones.
De hecho es como si en una ruleta sólo pudieras apostar a rojo,  en vez de poder elegir entre rojo y negro.

El principal problema es que la mayoría de derivados financieros se trabajan con apalancamiento financiero y, en algunos casos,  precisamente esto puede convertirse en un arma de doble filo de cara al cliente.
La cuestión principal es que una vez asumidos los riesgos que  conllevan los productos apalancados y como se trabajan los derivados, podemos afirmar que estaremos preparados para el próximo mercado bajista, donde antes veíamos un problema con miedo, ahora permaneceremos impasibles por esta circunstancia.

Daniel García, analista de XTB

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