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Los Imbrodazos

Reestructurar el Sistema Educativo

Francisco Silvera
Francisco Silverahttp://www.quenosenada.blogspot.com.es
Escritor y profesor, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y Doctor por la Universidad de Valladolid. He sido gestor cultural, lógicamente frustrado, y soy profesor funcionario de Enseñanza Secundaria, de Filosofía, hasta donde lo permitan los gobiernos actuales.
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análisis

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Si lee usted esto la mañana del día 4 de marzo de 2020, quien escribe andará por Sevilla manifestándose por la Enseñanza Pública contra el Imbrodazo de Escolarización, que obliga a situar en “condiciones de igualdad” (lástima no poder meter aquí un emoticoño de ésos) centros educativos que no sean Públicos aunque no estén cercanos realmente en la zona de influencia para el personal matriculable.

La culpa, como casi todo, es del PSOE. No sólo consolidó la estructura de la enseñanza privada y se ahorró dar esos Servicios Públicos (casi siempre vinculados a la Iglesia Católica) sino que legalmente instituyó una coexistencia sin término ni singularidad que ha propiciado que el PP (Ciudadanos y Vox) hagan un Decreto 21/20 en el que, si todo es lo mismo, pues que elijan los progenitores con “libertad”; de aquellas aguas, estos lodos.

Y no seamos hipócritas, ir a un concertado (no digamos ya a un privado) en muchísimos casos es una doble garantía, por un lado distinción: la clase y las relaciones sociales son fundamentales para todo en esta vida; por otro, un cierto control efectivo sobre las enseñanzas, no importa lo que se enseñe: hay un acuerdo que es sacar para delante al imberbe o a la zascandila, que aprobará tarde o temprano con todo un sistema encauzado en ese objetivo. Está el inconveniente de pasar la Selectividad pero dado el nivel exigido, cada vez lo es menos: y añadan la proliferación de Universidades de ésas en las que se compran los títulos, y ya tiene el niño o la niña la carrera hecha y una vida resuelta.

La Pública es distinta, para lo bueno y lo malo: todo depende del profesional que te toque, en general se pierde la opción de las relaciones sociales, se hacen amistades, pero a veces con la “chusma” de la que huyen aquéllos; añadan que para el Sistema (estatal nada menos) el alumnado no existe, vuelvo a decir: una profesionalidad comprometida (y es frecuente) saca adelante a miles de churumbeles que deberán su vida al colegio o instituto en el que estuvieron, aunque no lo reconozcan ni falta que hace, pero hay otros miles que se irán por el sumidero del fracaso que no importarán a nadie y que, junto a los otros, a final, aunque fuera en un colegio del Opus pagando un pastón, tendrían sus títulos y terminarían de distinguidas dentistas carniceras o elegantes abogados golfos de universidades de apoquine.

Lo triste es que los fracasados de la Pública son la carne de picar de los imposible-que-fracasen de la concertada-privada. Imbroda llama a esto “libertad” de elección y una parte importante del personal de alto rango de las Consejerías, electo o de oposición, no usa escuelas públicas, o sólo algunas muy determinadas y prestigiosas coinciendo con la zona en la que están.

Me hace gracia que esa normativa hace alusión a que no se puede impedir la matriculación en un centro a nadie por motivos de raza, religión, etc., vamos, que Mohamed el musulmán se puede meter en los Maristas si quiere, y las Teresianas tienen abiertas sus puertas para Lupescu la ortodoxa. ¡Ja!

Toda esta locura pasa por reestructurar el Sistema Educativo y sentarse a negociar la desaparición de los conciertos en favor de la privacidad liberal real, por supuesto amortiguando el impacto laboral y social que produciría, no hablamos de un vuelco de la situación sino de una transformación progresiva. Y eso incluye inversión Pública y la construcción de colegios e institutos en los centros “ricos” de las ciudades y pueblos, y bajar las “ratios” y devolver la fuerza reequilibradora social que la Enseñanza Pública debe tener, tal y como está planteada en la Constitución que tanto nombran y nadie cumple.

Y un detalle no baladí; el PP (con Ciudadanos y Vox) gobierna porque lo hemos votado, es decir, que hay una mayoría que está encantada con este Imbrodazo y lo desea, es lo que tiene la democracia. Protestar es un derecho pero sin olvidar que la mayoría quiere esto, se trata de hacer ver, de persuadir, de demostrar que esta propuesta es mala para la mayoría, nada más. El problema de este país es que la izquierda ni está ni se le espera, y nunca ha tenido una derecha liberal de verdad, sí un melancólico psedoimperialismo tradicionalista al que palabras hueras como familia, patria, bandera, Dios o pueblo les rellenan los intersticios donde no han desarrollado redes neuronales. Lástima de nosotros.

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