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Los gobiernos de Merkel y los socialdemócratas sabotearon las políticas medioambientales con garantías de 12.000 millones

Dos asociaciones alemanas de defensa del medioambiente han publicado un informe en el que se asegura que el gobierno federal de la República Federal de Alemania saboteó las políticas medioambientales al dar garantías públicas a proyectos de la industria petrolera y gasística

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análisis

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La sociedad alemana es una de las más concienciadas de Europa respecto a la lucha contra el cambio climático y en defensa de la transición energética. Sin embargo, el gobierno de Angela Merkel dejó un legado que va en contra de la reclamación popular de políticas verdes.

Según un informe de las organizaciones medioambientales Urgewald y Deutsche Umwelthilfe (DUH), al que Diario16 ha tenido acceso, el último gobierno de Merkel apoya proyectos de gas y petróleo que dañan el clima. Todo ello, acompañado de garantías por valor de miles de millones de euros. 

En el documento, un reporte de su investigación, estas organizaciones muestran las garantías de crédito a la exportación relacionadas con el petróleo y el gas que dañan el clima y las garantías de crédito financiero sin consolidar (garantías UFK) desde 2015 a mayo de 2021.

Durante este tiempo, el gobierno alemán de la gran coalición entre la CDU y el SPD aprobó 144 garantías de exportación en el sector del petróleo y del gas con un volumen, a través de la aseguradora Euler Hermes AG, superior a los 11.750 millones de euros. Ya no sorprende que el SPD, un partido en cuyo ideario debería estar, entre otras cosas, la defensa medioambiental, pero que, como toda la socialdemocracia, está vendido a los intereses del capital y de las élites. 

El informe se basa en cifras que el gobierno alemán puso a disposición de las dos organizaciones a través de una solicitud de la Ley de Libertad de Información alemana.

Las garantías de exportación, también conocidas como «garantías Hermes» porque son procesadas por Euler Hermes AG, se otorgan a empresas y bancos con sede en Alemania para asegurar contra impagos sus operaciones de exportación, sobre todo en países en desarrollo y emergentes. Las garantías de crédito financiero sin consolidar (garantías UFK) se otorgan a los bancos si participan en operaciones que sirven para suministrar materias primas a Alemania. Durante el periodo analizado no se emitieron garantías de este tipo, no porque el gobierno de Merkel y los socialdemócratas se hubieran pronunciado en su contra, sino porque las solicitudes fueron rechazadas o no presentadas después de investigaciones preliminares.

«Es impactante ver cómo el gobierno alemán está saboteando la transición energética internacional con estas garantías al ayudar a cimentar el uso continuo de petróleo y gas a nivel internacional. En particular, es insostenible que Alemania continúe clasificando el gas natural como una materia prima que vale la pena promover, aunque su efecto dañino para el clima ya ha sido científicamente probado», afirma Andy Gheorghiu, uno de los autores del informe.

El informe del DUH y Urgewald presenta una serie de proyectos problemáticos que fueron apoyados con garantías gubernamentales durante los gobiernos de coalición entre la CDU y el SPD:

  • la petroquímica Amurwerk en Ostrussland,
  • los gasoductos Nord Stream 1 y 2,
  • el complejo de gas natural licuado Yamal LNG en Rusia
  • la terminal de gas natural licuado y la central Gas Natural Acu en Brasil.  

El informe también destaca el proyecto Arctic LNG 2 solicitaron una garantía alemana. El proceso aún está en estudio y el gobierno alemán, tras el paréntesis provocado por las elecciones, aún no ha tomado una decisión final. 

Por otro lado, según el documento, también se presentaron solicitudes de garantías para este proyecto en Italia y Francia. A pesar de que el grupo francés Total es uno de los principales patrocinadores del mismo, el presidente Emmanuel Macron indicó a principios de septiembre de 2021 en el Congreso Mundial de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, celebrado en Marsella, que su gobierno no apoyaría el proyecto por razones de clima y biodiversidad. En Italia, con la presencia en el gobierno de los socialdemócratas de Matteo Renzi junto al exbanquero de Goldman Sachs Mario Draghi, puede pasar cualquier cosa.

«El gobierno alemán no puede apoyar este proyecto si quiere mantener un mínimo de credibilidad en su política climática. En la propia Euler Hermes, el proyecto figura con impactos ambientales, sociales o de derechos humanos potencialmente significativos. En el caso de Arctic LNG 2, las licencias de producción del gas se extenderán hasta 2100, mucho más allá del momento en el que el mundo tiene que ser climáticamente neutro», afirma Regine Richter, experta en energía de Urgewald y coautora del informe.

Ante este despropósito por parte del gobierno de la gran coalición, tanto DUH como Urgewald hacen cinco demandas centrales al gobierno federal:

  1. La estrategia de materias primas del gobierno alemán y los criterios para las garantías UFK deben cambiarse para que el suministro de combustibles fósiles (incluido el gas natural) ya no sea elegible para la financiación.
  2. Para las garantías de Hermes, el gobierno alemán debe definir criterios de exclusión claros para todos los combustibles fósiles y materias primas y las cadenas de valor asociadas.
  3. En la evaluación del proyecto, las violaciones de los derechos humanos y los daños ambientales, incluida en particular la destrucción y contaminación de los recursos hídricos, la pérdida de biodiversidad o los impactos climáticos negativos, deben examinarse de forma intensiva y amplia. Es posible que no se financien los proyectos con una calificación negativa en una de estas categorías.
  4. Los proyectos que afecten los derechos de los pueblos indígenas deben ser excluidos si estos últimos no han dado su consentimiento libre, previo e informado.
  5. Es necesario mejorar la transparencia sobre las garantías y los proyectos que apoyan.

El director general de DUH, Sascha Müller-Kraenner, es contundente al señalar que «con la promoción de proyectos de petróleo y gas en el extranjero, el gobierno alemán está calentando aún más la crisis climática. Esto no sirve a los intereses alemanes y pone en riesgo el futuro de los jóvenes. Para cumplir con los límites climáticos de París, la producción de gas natural y petróleo debe detenerse lo antes posible. El gobierno británico ya está mostrando el camino puesto que ya no dará dinero ni apoyará a los combustibles fósiles en el extranjero, un ejemplo que el nuevo gobierno alemán deberá seguir».

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