La semana pasada conocíamos el punto de vista de la Comisión Europea al respecto de las aplicaciones que se están estudiando para poder rastrear los contactos de las personas infectadas por COVID-19. Advertían desde la UE de que se debería tener siempre presente el respeto al derecho a la intimidad y que los datos recabados no podrían controlar los movimientos de las personas.
Además, se señalaba que el uso de estas aplicaciones debería ser siempre voluntario y que no se podrían interponer medidas sancionadoras para quienes no quisieran utilizarlas.
Los expertos hoy advierten, a través de un artículo en The Guardian, de que el seguimiento de contactos digitales fallará a no ser que se respete la privacidad.
Los gobiernos han de elaborar la tecnología necesaria de forma que la privacidad sea respetada, según afirman un grupo de más de 300 expertos. Apuntan al hecho de que si las aplicaciones transmiten datos superfluos, habrá dificultades para ganarse la confianza suficiente de los usuarios, lo que conllevaría que la aplicación al final no tenga el éxito deseado.
A través de una carta firmada por académicos de 26 países de todo el mundo se destaca el potencial que tiene el rastreo de contactos digitales para ayudar a prevenir los brotes de COVID-19 mientras se suavizan las medidas de contención. Sin embargo, han advertido que la efectividad no es una excusa para evitar la protección de la privacidad.
Señalan en su carta que «de lo contrario, estas aplicaciones pueden reutilizarse para permitir discriminación y vigilancia injustificadas». Añaden que «es crucial que los ciudadanos confíen en las aplicaciones para producir una captación suficiente de información para marcar la diferencia en la lucha contra la crisis. Es vital que, al salir de la crisis actual, no creemos una herramienta que permita la recopilación de datos a gran escala sobre la población, ya sea ahora o más adelante».
«Las soluciones que permiten reconstruir información invasiva sobre la población deben ser rechazadas sin más discusión», afirman.
El rastreo comenzó en Singapur en marzo
El rastreo digital de contactos, iniciado por Singapur a finales de marzo, utiliza la conexión Bluettoth en los teléfonos inteligentes modernos para realizar un seguimiento de las reuniones entre individuos, a fin de permitir que las instrucciones de autoaislamiento se envíen automáticamente a todas las personas con las que un paciente recién diagnosticado ha interactuado mientras era infeccioso, señala The Guardian.
Es posible llevar a cabo este seguimiento, apuntan, sin necesidad de construir una base de datos centralizada de cada reunión entre individuos, que podría ser un abuso por parte d gobiernos autoritarios.
