Diaro16 ha logrado tener acceso a la proposición no de Ley de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea en la que se pone de manifiesto que “RTVE, como entidad pública, tiene que disponer de una información veraz e independiente, con programas y espacios entretenidos, dignos y estimuladores de una visión crítica y participativa”, subrayando que “sus profesionales tienen el compromiso de ofrecer a los ciudadanos contenidos que impulsen la libertad de opinión, el espíritu crítico, la convivencia y la cohesión de ciudadanos y comunidades como miembros de un espacio democrático compartido”.

El escrito también alega que “la sociedad española es muy diversa, plural. En España conviven personas de muchas ideologías y de distintas creencias religiosas: católicas, islamistas, evangelistas, ortodoxas, ateas, agnósticas o judías”, defendiendo que todas ellas son igual de importantes; pues “son formas todas ellas muy legítimas de entender el mundo”. Motivo por el cual se expone que “ante la imposibilidad de dar cabida a todos y cada uno de estos sistemas ideológicos y conjunto de creencias, y para que ninguna persona pueda sentirse discriminada, la actitud más sensata de una televisión pública es la de absoluta neutralidad en materia de ideologías, religión o creencias”. Para seguidamente pedir “el cese de las emisiones televisivas de determinados ritos religiosos, misas católicas básicamente, que actualmente se emiten”.

Pero es en este apartado donde surgen una serie de controversias al respecto. Por una parte, el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) publicó a principios de año los resultados de un estudio realizado en 2016 en el que se afirmaba que el 70% de la población española se consideraba católica, frente a un escaso 15% que aseguraba no profesar ninguna religión.

Otro estudio desvela que Castilla y León es la Comunidad Autónoma con más habitantes católicos, además de ser los que mayor seguimiento proporcionan a la retransmisión de la Eucaristía, rozando el 18%. El resto de Comunidades se sitúan muy lejos de esa cifra; siendo Madrid, Cataluña, Aragón, La Rioja, Asturias, el País Vasco y las Islas Baleares las que menos espectadores recoge.

Asimismo, una encuesta realizada por el confidencial pone de manifiesto que el 22% del público que cada domingo enciende el televisor para ver la misa es, en su mayoría, mujeres mayores de 65 años. El resto de la población adolescente, joven y adulta apenas logra alcanzar el 4% entre todas ellas. De lo que se puede deducir que ‘La Santa Misa’ la siguen personas mayores a las que cada día se les hace más complicado acudir a la iglesia para oír misa o prefieren escucharla desde casa, mientras que la ciudadanía más joven opta por no seguir este espacio.

Finalmente, la propuesta concluye haciendo hincapié en que la televisión pública no debe albergar en su parrilla espacios de índole religioso. “Simplemente se trata de que nuestra televisión pública no privilegie a una parte de la sociedad por sus creencias religiosas o ideología, sino que sea plural, aconfesional y acorde con la Constitución. En particular, una televisión pública sin espacios que privilegien a determinadas confesiones religiosas”.

3 COMENTARIOS

  1. Una cosa es la estadística y otra muy distinta la realidad. Me gustaría ver la financiación de la iglesia católica si en lugar de los 11.000.000.000 anuales de euros que pagamos TODOS (agnosticos, ateos, musulmanes, hebreos, evangelistas, católicos,…) tuvieran que sacar los fondos de ese 70% que se dice católico. ¿Cuántos de esos sostendrían mediante una tasa a la iglesia?
    La misa, es verdad que es para gente enferma y mayor. En este país dónde el 99% del territorio tiene covertura TDT en el que hay varios canales, entre ellos uno de la Conferencia Episcopal, que la misa sea por la TV pública es como decir que emitan La TuerKa por la 2 porque a muchos nos gusta.

  2. Habría que ver de donde sale el dato del 70%, aun así sería un 30%, casi un tercio el que no lo es. Teniendo en cuenta que la iglesia tiene en su poder una emisora propia, no es un servicio público la retransmisión de esas misas. Por otra parte se detrae ese mismo tiempo de otros contenidos más educativos. Y ya para terminar, el uso de una plataforma pública para hacer proselitismo de una determinada ideología política por parte de la iglesia, descarta aun más la emisión de estos espacios. Deberíamos ir aun más lejos cuando se abusa del medio para ir en contra e incluso sabotear los programas de integración (LGTB) o de sanidad (uso de preservativos, etc.

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