Tal y como publicamos en Diario16, los trabajadores de Santander Consumer USA mantuvieron una reunión en el Congreso de los Estados Unidos en la que denunciaron las prácticas bancarias poco éticas que el banco imponía a sus trabajadores para la venta de préstamos. La denuncia iba acompañada de un extenso informe que fue estudiado por los legisladores norteamericanos. En esa misma reunión, los empleados expusieron las condiciones de trabajo que sufren día a día.

Esta situación fue expuesta por un representante de UNI Global Union, en nombre de los empleados estadounidenses del Santander, Angelo Di Cristo, en la Junta General de Accionistas, lo cual provocó que Ana Patricia Botín escuchara de viva voz las demandas y denuncias de sus empleados en Estados Unidos.

El representante de los empleados hizo referencia a las prácticas poco éticas del Santander en la concesión de préstamos para la compra de automóviles y las multas impuestas por los reguladores americanos por «no proporcionar a los clientes información completa, por recuperación ilegal de vehículos y otras violaciones de las prácticas justas de concesión de préstamos», afirmó Di Cristo.

Por otro lado, hizo referencia a que los empleados norteamericanos del Santander han solicitado en diferentes ocasiones poder asociarse sindicalmente para negociar sus condiciones de trabajo y «negociar acuerdos colectivos que corrigen las prácticas laborales que les afectan a ellos mismos y a los clientes (…) Sin embargo, los trabajadores de Santander Consumer USA  —quienes a diferencia de los trabajadores de todas las operaciones del Banco Santander a nivel mundial— no tienen ninguna representación sindical, han expresado temor de represalias o despidos si elevan sus preocupaciones sobre las metas punitivas y las prácticas que consideran dañinas para los clientes vunerables», dijo el representante de UNI Global.

Di Cristo hizo referencia a que el Santander había realizado reuniones de trabajo, asambleas de trabajadores y cuestionarios. Sin embargo, estas medidas no cumplen con el derecho de los trabajadores a sindicarse. «Los cuestionarios en particular son una herramienta notablemente débil para comunicarse con los empleados y comprender sus preocupaciones, en un ambiente en la cual impera el miedo a las represalias. Los cuestionarios tienen poca probabilidad de evaluar correctamente la situación laboral, dado que no existe la estabilidad laboral y los empleados pueden ser despedidos por cualquier razón incluyendo por evaluar negativamente a su empresa en un cuestionario interno», afirmó el representante de los trabajadores estadounidenses ante Ana Patricia Botín.

Las medidas que adoptó el Santander ante las denuncias expresadas por sus empleados en el Capitolio tienen déficits tanto normativas como de gestión, y así las expuso Di Cristo en la Junta General: «Primero, no se adhiere al compromiso de Santander  de cumplir con los principios internacionales de derechos humanos, porque, como  bien saben, estas normas del derecho laboral en los Estados Unidos son inferiores en protecciones a los derechos fundamentales a las de otras regiones del mundo, como Europa, por ejemplo. Segundo, contraviene los Principios Rectores sobre empresas y derechos humanos de la ONU, que Santander se ha comprometido a aplicar y los cuales explícitamente requieren a las empresas a respetar los derechos humanos internacionalmente reconocidos en todas sus operaciones independientemente de que los países donde operan cumplen o no su obligación de proteger dichos derechos».

Los propios trabajadores y ex empleados del Santander en diferentes países han confirmado a Diario16 que lo afirmado en la Junta de Accionistas por Angelo Di Cristo es absolutamente cierto, lo que contrasta con la imagen que pretende vender banco como que es una de las mejores empresas para trabajar.

En España y en Brasil el Santander ha recibido condenas por acoso laboral, tal y como hemos informado en Diario16. Empleados (que por razones lógicas quieren mantenerse en el anonimato para no perder su trabajo) y ex trabajadores coinciden en el hecho de que el ambiente laboral es nefasto por un miedo generado por unas evaluaciones totalmente subjetivas y que, en ocasiones, vienen pre-notadas desde las direcciones regionales.

Sin embargo, Ana Patricia Botín, ante estas acusaciones, siempre ha defendido que el Santander respeta los derechos de los trabajadores. Tal vez, la presidenta debería hacer como el Enrique V de Shakespeare, disfrazarse y darse una vuelta por las sucursales del banco que preside para ver lo que realmente ocurre.

1 COMENTARIO

  1. Los despidos que se han producido es en muchas ocasiones por no regalar más horas extras no remuneradas y acosos laborales disfrazados que consuman con cartas de despido desproporcionadas llenas de injurias y calumnias que en muchos casos los está llevando al juzgado. Una verdadera vergüenza tanto directivos del popular como los del Santander por permitir estas prácticas ilícitas.

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