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Los ecologistas exigen más medidas de seguridad en la central nuclear de Vandellós II

El Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA), del que forma parte Ecologistas en Acción, considera que el desafío de Vandellós II al CSN es inaceptable

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análisis

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La crisis del gas provoca que muchos países estén mirando de nuevo a la energía nuclear. Sin embargo, la pregunta es: ¿están las centrales españolas adaptadas al nuevo reto que se pide de ellas o se han quedado obsoletas e inseguras? El Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA) considera inaceptable que se rebajen los criterios de seguridad en cualquier central nuclear. Una de las instalaciones que están en el ojo del huracán es Vandellós II, en Tarragona. “La resistencia del titular de la central de Vandellós II a cumplir los requerimientos de seguridad que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) le impuso hace ya un año ha puesto a prueba la firmeza del regulador nuclear español”, denuncian Ecologistas en Acción.

En realidad, el problema existe desde hace nada menos que catorce años, desde que en 2008 saltara la alarma por la fuga de partículas radiactivas de la central de Ascó.  Entonces el CSN exigió que el resto de las centrales nucleares españolas tomasen medidas para evitar nuevos accidentes, mediante cambios en ciertos sistemas de filtración. La instrucción dirigida a Vandellós II es del 13 de mayo de 2008 pero, a diferencia del resto de centrales, no cumplió el mandato, según los ecologistas.

Después de inspecciones en 2014 y 2016,  la respuesta final de Vandellós II en 2017 fue que, dada la complejidad de las modificaciones de diseño necesarias, había decidido no implantar el filtrado exigido en ninguno de los sistemas de ventilación de los edificios donde se manipulaban residuos radiactivos.

El verano pasado, el CSN retomó el tema y el Pleno del 28 de julio de 2021 resolvió emitir una nueva Instrucción Técnica Complementaria (es decir, un mandato obligatorio para el titular de la central) para Vandellós II, en el que se le exigía que introdujera, como las demás nucleares, los sistemas de filtrado necesarios.

“Pero Vandellós II no ha acatado la autoridad del regulador nuclear. Y finalmente el CSN ha decidido reducir la exigencia inicial del filtrado completo de la ventilación, permitiéndole instalar solo filtros HEPA para evitar la fuga de partículas. De esta forma, Vandellós II no está obligada a instalar filtros de carbón activado que capturen radioyodos en los cinco edificios donde se pidió instalar la filtración. Además, ya no se le comunica mediante una Instrucción Técnica, sino mediante una carta”, añade Ecologistas en Acción.

Ecologistas en Acción asegura: “Para el consejero Francisco Castejón [consejero del Consejo de Seguridad Nuclear] este proceder no es aceptable por dos motivos: Las implicaciones legales del modo de comunicación de la decisión a la central. Se transmiten las nuevas instrucciones mediante una carta, no una Instrucción Técnica Complementaria. Por  tanto, no obliga al receptor y no se le podría sancionar en caso de incumplimiento. De los cinco edificios donde habría que instalar los sistemas de filtrado, hay dos en los que se manipulan residuos que pueden contener yodo radiactivo y donde sería factible que se produjera una fuga. Como medida de seguridad, además de los filtros HEPA, sería necesario instalar los filtros de carbón activo en esos dos edificios, para garantizar que no se produzca ningún escape radiactivo, incluso en circunstancias de fallo de otras protecciones”.

En 2021, cuando el anterior director técnico de Seguridad Nuclear, Rafael Cid, llevó este tema al pleno, en el informe que presentó, se reconocía explícitamente: “Este tema no ha sido analizado en profundidad en la reciente revisión periódica de la seguridad”. Se refería a la revisión del estado de la central con la que se le concedió la renovación del permiso de explotación por 10 años más, hasta 2030.

El Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA), del que forma parte Ecologistas en Acción, considera que el desafío de Vandellós II al CSN es inaceptable. Para el nuevo equipo directivo, encabezado por el presidente Lentijo, con también una nueva directora técnica de Seguridad Nuclear, María Teresa Vázquez, “debería ser una buena oportunidad de mostrar su independencia de la industria que debe vigilar”. Y si la central ya no necesita instalar el equipamiento que era imperativo hace tan solo un año, “por cumplimiento de su obligación de transparencia con la ciudadanía, tienen que explicar qué ha cambiado”.

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