De repente me doy cuenta que estamos en el día de San Valentín. Quizá sea uno de esos inventos del Corte Inglés, una coartada para vender cosas inútiles, hacer caja lo más alta posible otra vez. Pero en el mundo, en mi país, en mi ciudad, seguro que hay mucha gente, muchas mujeres maravillosas a quienes nadie va a felicitar en San Valentín.

Así que paso por una floristería y compro trece rosas. Trece, porque es un número que tampoco suele amar nadie. Y me pongo a repartirlas. Se las voy a regalar a trece mujeres que no conozca, las trece primeras mujeres que me cruce por la calle, y al verlas me den la impresión de que nadie las ha felicitado, ni comprado una rosa, o un ramo de margaritas, en el día de hoy.

La primera me cuesta un poquito, me frena una inesperada timidez. Pero a partir de la quinta ya es sencillo. Estoy lanzado.

“Toma chica guapísima de cincuenta años” “Esta es para ti, adolescente con los ojos tristes” “Que tengas un muy feliz día de San Valentín, valiente luchadora”.

Y antes de darme cuenta ya las he repartido todas; sólo me queda una.

Vuelvo sobre mis pasos, contento de mi generosa extravagancia, cuando oigo que alguien me llama. Es un hombre pequeño, grueso, con abrigo gris y bufanda del mismo color.

“Eh tú”, me increpa. Me vuelvo y sonrío.

“Te voy a partir la cara, ¡le has regalado una rosa a mi mujer! Querías aprovecharte de ella, ¿verdad?”

Si su mujer era de esas chicas de cara compungida seguro que ese tipo no la cuida lo suficientemente bien. Me planto firme sobre los pies, me coloco la rosa que me queda entre los dientes, a lo Jack Lemmon en Con faldas y a lo loco, y subo los puños como lo hacía Jack La Motta.

Acércate, capullo. Intenta algo y te rompo la nariz. Pero el hombre se para, sorprendido. Doy un paso hacia él. Dos. Se da la vuelta y comienza a correr. Cretino. Pero no importa. Feliz día, también para él.

Y la rosa que me queda se la brindo a todos los lectores de Diario16. Sin discriminaciones sexuales. Feliz, para todos, día de San Valentín. Tigre Manjatan os quiere, y os desea lo mejor.

 

Rosas rojas, y otro burbon, por favor.

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