Los contratos indefinidos de la reforma laboral de Sánchez están marcados por la temporalidad y la parcialidad

Los datos del paro registrado muestran que se han firmado menos contratos indefinidos y, además, los empresarios se están acogiendo a la figura del «fijo discontinuo», que ha crecido más de un 500% en el último año, para mantener la temporalidad y la parcialidad

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Reforma Laboral

Siempre es buena noticia que baje el desempleo. Sin embargo, no todo vale para aumentar el número de personas trabajando porque entonces se caería en el mantra neoliberal de «mejor un mal trabajo que no tener trabajo». España está creando empleo, pero de muy mala calidad por más que haya aumentado el volumen de contratación indefinida.

Los datos del paro registrado de noviembre no justifican que el gobierno, empezando por Pedro Sánchez, estén exultantes, porque haciendo un análisis de esos mismos datos se ve con no son tan buenos como puede parecer.

En noviembre ha bajado el volumen de contratación, con una reducción interanual de cerca de 600.000. Respecto a los contratos indefinidos, es cierto que se firman muchos más que la misma fecha de 2021. Sin embargo, estos contratos están marcados por la temporalidad y la parcialidad. La primera queda encubierta en los «fijos discontinuos», con un incremento superior al 500% respecto a la entrada en vigor de la reforma laboral. Respecto a la parcialidad, los contratos fijos parciales han subido en un 200%.

Estas cifras demuestran el fracaso de la reforma laboral de Pedro Sánchez, puesto que, aunque este tipo de contratos sirve para rebajar el desempleo, no tienen ningún tipo de incidencia en los verdaderos problemas del mercado de trabajo español.

Además, la contratación indefinida se está frenando a medida que pasa el tiempo. Según los datos de paro registrado de noviembre, los contratos fijos descendieron un 2,6% respecto al mes de octubre.

El empleo en España no puede servir para dar estadísticas porque hay mucho en juego. Lo principal, el bienestar de las familias. El mercado de trabajo no puede estar cimentado en la temporalidad ni, desde luego, no hay que hacer propaganda respecto al empleo de calidad cuando, en realidad, lo que se ha hecho ha sido un mero cambio de denominación de la tipología de los contratos.

Los sindicatos firmantes de la reforma laboral se esfuerzan en intentar demostrar que en España se está creando empleo de más calidad. Sin embargo, no es así, porque la precariedad no se focaliza en la tipología de los contratos sino en las condiciones laborales y salariales. Mientras no se incrementen las relaciones laborales a tiempo completo con un salario digno, es decir, con el que poder vivir con desahogo, la reforma laboral de Pedro Sánchez estará fracasando estrepitosamente.

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