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Los caminos y las pillerías de las mentiras

José Repiso Moyano
José Repiso Moyano
Escritor español de larguísima trayectoria nacido en Cuevas de San Marcos, Provincia de Málaga, que ha publicado miles de obras en 50 años (literarias, de conocimiento,etc), y ha obtenido premios y reconocimientos por su participación en concursos, periódicos, revistas, recitales, programas de radio, acciones humanitarias y eventos literarios en todo el Mundo.
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análisis

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Toda crueldad que ha habido a lo largo de la historia ha sido creada por una mentira: la mentira de la especulación, la mentira de la superioridad de la raza aria, la mentira de la superioridad del colonizador o de la superioridad del dogma islámico o católico, la mentira del mismo patriarcado, la mentira del dictador de ideologías, la mentira del crear un miedo para que sea más fácil la demagogia, la mentira del frivolizador (o del ser materialista), la mentira del nacionalismo a toda costa, la mentira del negador de evidencias reales o de la mismísima razón.

Pero, ¿cuáles son siempre los pasos del servidor de la mentira?

1/. Representar (en superioridad) a una mayoría o a Dios o a unos intereses que se imagina generales; o sea, el hablar por una mayoría o el hablar por el pueblo.

2/. Crear un miedo o un enemigo que nunca es él, ya que él es el salvador o el magnífico salvapatrias o el «amiguito» de la patria o de «todos».

3/. Frivolizar sobre los que sufren vejaciones, sobre todo en sus derechos o en sus libertades que él ha causado directa o indirectamente; o sea, frivolizar los daños que él ha causado a los demás o a sus víctimas.

4/. Ocultar a quienes ponen en evidencia sus errores, por eso distrae y exalta causas muy generales o abstractas o vacías. Su obsesión un día y otro es vetar a cualquier disidencia o a la misma verdad que a él le puede ser una molestia.

5/. Servirse de una superioridad o de un bien común (como la cultura, la patria, etc), sí, con el fin de rentabilizar o crear un gran protagonismo social y así excluir dignidades a los demás por sumarse él casi todos los merecimientos.

6/. Ningunear, silenciar, impedir y destruir la dignidad de quienes solo demuestran en sus esfuerzos desprotegidos por aportar razón o dignidad.

7/. Discriminar a los disidentes o a los que son éticos, pues son sus enemigos o molestias.

Asimismo, muy por seguro todo poder necesita mentira para permanecer y toda mentira lo primero que hace es simpatizar con un poder (con servicios de obediencia y de montar bien mediáticamente su imagen) para ser protegida y repartirse, luego, siempre seguros beneficios.

Sí, ¡cierto!, una mentira (que siempre da beneficios) reforzada por algún poder es invencible; por eso en exactitud los escritores de alma vendida, los mediocres, los que viven a costa de los demás (de engañarlos), los especuladores, los demagogos que venden rápidamente su falta de principios, etc., «le hacen la pelota» y muy bien utilizan el elogio general (al no oponerse a injustos ni a nada, pues se alinean sin condiciones obedeciendo siempre a las sinrazones que dan buen abrigo de alma vendida y de negocio).

Ya es sabido que cientos de millones de personas FUERON CONVENCIDAS (casi plenamente) por Stalin, millones fueron convencidas por Hitler, millones fueron convencidas por Ayatolá Jomeini, millones fueron convencidas por Mao, millones fueron convencidas por Bush, etc.; pero, tan solo dos o cuatro fueron convencidas por Miguel Hernández o, incluso, por Galileo. ¡Así es!, se repite y se repite, hay un FONDO HORRIBLE en el cual cae la mayoría (que mueven todo): el ser convencidos plenamente por el irracional dulcificador de la crueldad (a solo mediación de estupideces demasiado emocionadas  o sublimadas por las demagogias).

Las emociones del esclavo de la mentira están siempre guiadas (DIRIGISMO), y no por la valoración libremente crítica o racional, sino desgraciadamente por la imposición mediática de la alineación, por la imagen o por un bla-bla recurrente de pensamientos únicos (irracionales) muy sobreprotegidos.

No obstante, el mentiroso tiene sus trucos:

1/.  Negar los hechos y sus evidencias.
2/.  Silenciar (con un sentirse ofendido o molesto) a los que hablan de sus hechos corruptos, o el pedir que «la gente no hable», acosarla, atemorizarla con denuncias o querellas.
3/.  El restar importancia o el aparentar que no se siente preocupado sobre un asunto.
4/.  El sentirse inocente a través del un conseguir la inocencia legal pero nunca afrontar si tiene ya inocencia moral o ética. Se autoengaña.
5/.  Dar a entender a todos que está siendo duramente perseguido o es víctima de un complot (victimismo).
6/.  Protegerse mucho por la mediación y por unos recursos de un gran poder en el cual él está incluido (corporativismo).

7/. Desinformar o confundir todo lo que se pueda (que eso le será siempre rentable en egolatría).

 En fin, la mentira crea injusticias que, en el fondo, son muy útiles para él y para todo lo que va consiguiendo en la sociedad. Se sustenta en eso, sin más,¡fríamente!

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