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Los árbitros actúan como Rajoy con la Gürtel

Los árbitros profesionales han emitido un comunicado, publicado en los medios oficiales de la Federación Española de Fútbol, en el que no aparece ni una sola palabra de autocrítica y, por supuesto, hablan de persecución y campañas contra ellos, tal y como hizo Mariano Rajoy saltó el escándalo de la Gürtel

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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El 11 de febrero de 2009, Mariano Rajoy, rodeado por toda la plana mayor del Partido Popular, comparecía en la sede de la calle Génova y afirmó que la trama Gürtel «no es una trama del PP, como algunos pretenden, esto es una trama contra el PP que es una cosa muy distinta». Los procesos judiciales que se han instruido, juzgado y sentenciado han demostrado que Rajoy no dijo la verdad.

La comparecencia del entonces presidente del Partido Popular estuvo plagada de excusas y de ataques, pero ni un atisbo de autocrítica sobre lo que era un secreto a voces y un caso más de corrupción de la formación conservadora.

Ayer sucedió lo mismo con el colectivo arbitral español. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) publicó un comunicado en el que realizaban muchos reproches pero no entraban en el meollo de la verdadera razón por la que se ha creado un clima de crispación hacia este colectivo: el nivel del arbitraje español es pésimo, la gestión del VAR en España es maquiavélica, y, en consecuencia, los árbitros españoles son muy malos. Lo peor de todo es que, además, son los mejor pagados de Europa y, quizá, del mundo.

El comunicado señala que «desde el arbitraje profesional del fútbol español queremos trasladar nuestra profunda preocupación por la lamentable situación que se ha generado en torno al colectivo que representamos y que se impulsa y promueve desde diferentes frentes del fútbol profesional en lo que consideramos una campaña perfectamente medida y organizada». Es decir, miran la paja en el ojo ajeno pero no ven la viga en el propio.

Evidentemente, el Caso Negreira está haciendo mucho daño a los árbitros, porque ha generado un halo de sospecha sobre un colectivo que, por su mediocridad, ya estaba en el punto de mira de los clubes, los jugadores, la prensa y, por supuesto, de los aficionados. Las decisiones arbitrales están perjudicando a prácticamente todos los equipos. Bueno, a unos más que a otros. Esta situación es responsabilidad absoluta de los propios árbitros y del nivel mediocre que demuestran en cada partido, tanto de los que están en el césped como de los que se encuentran en el VAR.  

Además, el comunicado está plagado de contradicciones. «Queremos dejar clara nuestra autonomía, que debe serlo y lo será siempre de La Liga y de los clubes a pesar de la confusión en la que se ha tratado de sumergir al aficionado. Las federaciones son los entes encargados de organizar el fútbol en cada país y nuestro estamento trabaja con autonomía y profesionalidad por el bien del arbitraje y del fútbol. Urge una profunda reflexión ante comportamientos tan irresponsables que deben detenerse cuanto antes por el buen nombre del fútbol español».

Es decir, afirman que son autónomos respecto a LaLiga y a los clubes pero están reconociendo que esa independencia no existe con la RFEF. En consecuencia, vuelven a colocarse la sospecha encima porque los intereses de la Federación, o los favores a pagar, pueden condicionar las decisiones arbitrales. Así sucedió, tal y como demuestran los datos, cuando Villar tuvo que pagar la traición de Laporta al resto de clubes.

El colectivo arbitral tampoco hace mención en su comunicado de la dictadura que se ha impuesto sobre jugadores, dirigentes y entrenadores para impedir las críticas contra las decisiones erróneas que adoptan y partido sí y otro también. No hay más que ver los resúmenes de las jornadas de LaLiga para comprender que los árbitros no están cualificados para impartir justicia en los terrenos de juego. Parafraseando a Cristóbal Montoro, «pandilla de inútiles, estáis arruinando…».

Los organismos federativos están actuando como Vladimir Putin en Rusia contra la disidencia o la oposición. Las críticas a los árbitros se están castigando con sanciones ejemplarizantes. Uno de los últimos ejemplos lo ha sufrido el Real Betis Balompié con Canales, uno de sus jugadores más importantes. Esta normativa es un atentado al derecho a la libre expresión recogido en la Constitución Española y una nueva mordaza contra la crítica legítima a unas actuaciones incomprensibles. Un comportamiento absolutamente dictatorial, aunque, por suerte, todavía no están usando polonio.

Y luego está el VAR. Tienen todas las imágenes y unos días se pita una cosa y a la semana siguiente la contraria. Es muy difícil jugar contra el VAR, pero eso es lo que realmente están haciendo los árbitros en España: los equipos juegan contra los criterios incongruentes de una herramienta que debería cerrar los debates, no abrir más polémicas.

En primer lugar, el VAR no está para rearbitrarlo todo, sino los errores más garrafales que pudiera cometer el árbitro. Por esa razón, lo que está ocurriendo en España es que se está utilizando mal, lo que adultera la competición, y, en consecuencia, se convierte en un modo de corrupción.

En segundo término, el Vídeo Arbitraje se utiliza en otros deportes y, en ninguno de ellos está generando tanta polémica, a pesar de que en algunos casos el contacto y la velocidad de juego hacen que sea mucho más difícil para los árbitros acertar en sus decisiones: rugby, baloncesto, tenis (ojo de halcón) o fútbol americano son algunos ejemplos.

En tercer lugar, la decisión del uso del VAR no puede corresponder en exclusiva al equipo arbitral, sino que deben ser los clubes los que decidan, en un número concreto de ocasiones, y, sólo en jugadas con error flagrante que entre de oficio el VOR. Pongamos un ejemplo muy sencillo de entender, incluso para el sevillista Medina Cantalejo: la NFL lleva décadas utilizando la revisión por vídeo. Son los entrenadores los que tienen la potestad de reclamar, en dos ocasiones como máximo, que el árbitro revise una jugada lanzando un pañuelo rojo. El equipo arbitral no entra de oficio. Y no se genera ningún tipo de polémica.

Por tanto, la RFEF mejor haría en formar mejor a sus árbitros, los trencillas tienen que saber arbitrar, que no saben. Menos comunicados y más acierto, por favor, porque lo que están haciendo es encubrir un problema gravísimo sin buscar soluciones y, como hacen los mediocres, no buscar soluciones escudándose en lo que otros hacen. Primero arregla tu casa y luego mira la de los vecinos.

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