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Los árabes en América XXI

Jorge Zavaleta Alegre (Lima)
Jorge Zavaleta Alegre (Lima)
Corresponsal en Latinoamérica
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análisis

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Las letras, fotografías  y la música son tres elementos que siguen siendo fuentes de comunicación entre los pueblos desde hace siglos. Los árabes  aparecen como los primeros grupos que emprendieron enlaces con Europa y después con América del Sur (Chile,  Argentina,  Brasil, Perú…) y llevaron consigo la medicina, matemática y arquitectura.

Los atentados del 11 de septiembre 2001, crearon un clima  de conmoción en los Estados Unidos que se tradujo después en llamados a la venganza. Las voces de indignación y dolor se convirtieron en guerra contra el terrorismo, que se extendió  por el mundo. Y 20 años después,  muchos de la ciudad de Nueva York todavía están inmersos en ese sentimiento de rechazo contra los árabes en general.

Un trauma colectivo difícil  de ser superado. Pues la retirada de Occidente de Afganistán significa que hay mucho en juego para China, Rusia, Pakistán e Irán. Pues las heridas de ese hecho perduran para neoyorquinos árabes y musulmanes.

La situación geográfica de Afganistán ha convertido en un lugar de encuentro de imperios y civilizaciones, así como espacio de intercambio y comunicación de importantes polos culturales y comerciales, entre ellos destaca la ruta de la seda y los conocimientos vinculados a las ciencias médicas y la estética urbana.

France Press, Efe y Diario comentan que aunque los atentados hayan tenido lugar hace veinte años, los recuerdos aun producen  lágrimas en los ojos de no pocos ciudadanos y familias. Incluye testimonios de varias familias que en Nueva York promovieron acciones de bien social para la ciudad.

Información de la policía revela que 762 personas, entre ellas casi 500 neoyorquinos, fueron detenidas por el FBI y otras autoridades en los meses posteriores al 11-S por sospechas de apoyo a grupos terroristas.  Una inspección del Departamento de Justicia realizada en 2003 descubrió que la «abrumadora mayoría» fue detenida por cargos de inmigración no relacionados.

Los grupos comunitarios estiman que en la ‘Gran Manzana’ viven unos 20.000 afganos, de los 250.000 que hay en todo Estados Unidos, lo que la convierte en el tercer centro afgano-estadounidense más grande del país, después de California y Virginia.

Agencias de prensa europeas incluyendo el Diario 16 de Madrid trasladan su mirada a Afganistán mientras el gobierno talibán asume nuevamente al poder.  Investigaciones revelan que ninguna de las personas que participaron  el 11-S era afgana, nadie de todo ese equipo. Y, por desgracia, los afganos han sido los que han sufrido esta guerra de 20 años…

Adaptarse al cambio de poder en Afganistán. Esa es la premisa que varios países, entre ellos China y Rusia, han optado   en el país asiático. Varias capitales del mundo  han realizado una oleada de intercambios diplomáticos, desde Moscú hasta Pekín, pasando por Berlín e Islamabad, incluyendo a Estados Unidos.

En Chile, octubre del 2021, su juventud universitaria y sindicatos de trabajadores mantienen una relación fraterna con la comunidad árabe.  De unos 10 millones de palestinos en el mundo, se estima que varios cientos de miles viven en la nación sudamericana. Según la Fundación Konrad Adenauer  después de Chile no existe otro lugar fuera del mundo.

Foto. Diccionario Qoran/ Biblioteca Roberto Camerieri.

La nueva película ‘Resurrection’ que se estrenó en EEUU en marzo de este 2021, justo a tiempo para la Pascua. La actriz y productora nominada al Emmy Roma Downey está lanzando una nueva película que produjo con su esposo Mark Burnett llamada Resurrection.

La película aparece durante la pandemia y porque la plataforma está interesada en ofrecer entretenimiento enfocado en la familia.

Un guerrero turco del siglo XIII acepta luchar contra los enemigos de un sultán a cambio de nuevas tierras para proteger su clan. El programa Resurrection: Ertuğrul fue publicado en 2017 y ahora es uno de los espacios más visitados por los usuarios de Neflix.

La inmigración palestina, desde fines del siglo XIX cuenta con la presencia de refugiados en Chile. Llegaron en 2008 y fueron recibidos en la casa presidencial de La Moneda. Cuando el alcalde de la ciudad palestina de Beit Jala, Nael Salman, visitó ese pais  en 2013 aseguró que en Chile vivían 400.000 palestinos con raíces en su ciudad, es decir, 20 veces más que en la propia Beit Jala. Se calcula que hoy hay más de 500 mil migrantes palestinos en Chile.

No obstante que historiadores y expertos afirman que la integración palestina en Chile ha sido «tremendamente exitosa», también hubo momentos complejos. Los provenientes del mundo árabe debieron soportar una actitud de rechazo de parte de los chilenos que se prolongó por largo tiempo y que hizo difícil su estadía, sobre todo durante los primeros años del flujo migratorio.

El impulso comercial se retrata en empresas como Parque Arauco, asociado a la familia Said, con centros comerciales en Chile, Perú y Colombia; o el Banco de Crédito e Inversiones, fundado en 1937 por Juan Yarur Lolas y todavía uno de los más grandes de la plaza.

La emigración desde el Oriente Medio hacia Argentina y Chile, vemos que fueron los palestinos los protagonistas principales de la misma en Chile, al igual que en Perú. En el caso de la diferencia de  Argentina, fueron los sirios – libaneses los protagonistas principales.

En los últimos años del siglo diecinueve no más de ochenta familias de origen palestino llegaron al Perú. El viaje en barco se iniciaba generalmente desde la ciudad de Haifa y se hacía escala en Génova o Marsella, según fuera la compañía de viaje francesa o italiana.

Otras fuentes indican que los sirio-libaneses no llegaron al Perú desde las costas chilenas, ni desde su país arribando en Buenos Aires, sino que ya estaban asentados en la Amazonía brasileña trabajando el caucho, que tuvo su apogeo entre 1850 y 1920. 

Parece ser que desde ahí, los sirio-libaneses llegarían al Perú remontando el río Amazonas hasta instalarse en la ciudad de Iquitos entre 1890 y 1900, o tal vez en el periodo comprendido entre 1900 a 1920.

Los emigrantes que llegaban al Perú desde Oriente Medio, eran generalmente agricultores en sus países de origen, que se convirtieron en comerciantes a su llegada a Sudamérica. Comenzaron trabajando en la venta ambulante, aprovechando el desarrollo del ferrocarril en el interior peruano que comenzó en el año 1876, cuando llegó a Arequipa y Puno, y que fue ampliándose paulatinamente hasta su culminación en el año 1906, cuando llegó a Cusco.

Los conocidos como “turcos” (hay que recordar que tanto los palestinos, como los sirio-libaneses que llegan a Perú son parte del Imperio Otomano). La región andina peruana no estaba cubierta comercialmente, a diferencia de la costa, debido a que era una zona mucho más difícil acceso.

 Y los palestinos recorrían pueblos, casa por casa, comercializaban  a menores precios sobre todo telas y herramientas para talleres de carpintería y ejemplares de revistas del Brasil como O Cruzeiro y libros de matemática, literatura de la editorial  Valdor de Cuba y TOR de Argentina con libros a muy bajo precio, sacando el beneficio al vender en cantidad.

La aceptación de los mal llamados “turcos” por parte de la sociedad peruana fue en general muy buena y provocó que el asentamiento de los palestinos y sirio-libaneses fuera mucho más fácil de lo que cabía esperar.

Diversa bibliografía indica que   la sociedad peruana de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX era una sociedad muy clasista por el color de la piel, esto es, los negros e indígenas no estaban bien visto y si lo estaban los europeos de piel blanca.  Por tanto, los palestinos y sirio-libaneses, con una tez mucho más blanca que otros grupos sociales, eran bien aceptados por el peruano.

Por otra parte, como estos eran cristianos ortodoxos y los peruanos católicos, la religión no supuso ningún problema en su aceptación y asentamiento en el país.

El segundo periodo de esta emigración transcurre entre 1919 y 1940. En el caso palestino, el efecto llamada es clave para entender la llegada de nuevos contingentes poblacionales desde ese país hacia Perú con  la idea de volver a vivir en su país de origen está cada vez más lejana. Los primeros emigrantes palestinos musulmanes llegaron al Perú tras la finalización de la Primera Guerra Mundial, algo más tarde que en Argentina o Chile.

También tenemos la llegada desde 1910 y sobre todo desde 1920 de palestinos cristianos llegados directamente desde Palestina y que se asentaron en la costa peruana, en  las ciudades de Chincha, Pisco y principalmente Chiclayo.

La tercera y última fase de esta emigración comenzaría tras acabar la Segunda Guerra Mundial. En el caso palestino, los motivos que llevaban a emigrar habían cambiado por completo. La implantación en su zona del Estado de Israel en 1948 supuso la aparición de una gran tensión entre israelíes y palestinos. Esto hacía además que los emigrantes residentes en Perú abandonaran por completo la idea de volver a su país debido a la inestabilidad política reinante en la zona desde ese momento.

En ambos casos tenemos que a partir de 1950 en adelante la emigración de Oriente Medio hacia Perú es una emigración mayoritariamente de religión musulmana, que llega al país por el efecto llamada de otros familiares que ya están asentados en el Perú y que se instalan en los principales núcleos urbanos del país, sobre todo en Lima, ya que a partir de 1940 hubo una intensa emigración desde el campo a la ciudad en el Perú.

Geopolítica iberoamericana.  A partir de principios del siglo XX,  la llegada de inmigrantes de Medio Oriente a América Latina -mayoritariamente sirios, libaneses y palestinos-  muestra una nueva realidad social.

Esta población, muy representativa de la diversidad religiosa de la zona, incluye musulmanes, cristianos y judíos. El cine  arabe es sin duda una de las artes que mejor ha sabido retratar ese escenario.

Justo a tiempo para la Pascua, la actriz y productora nominada al Emmy Roma Downey lanzo  una nueva película que produjo con su esposo Mark Burnett llamada Resurrection, que cuenta la historia de lo que sucedió después de la crucifixión de Jesús. La TV norteamericana ha estrenado «Resurrection» el 27 de marzo debido al cierre del cine durante la pandemia Covide19.

Por qué América Latina es la única región del mundo donde no crecerá el islam. Argentina es el país de América Latina con mayor número de musulmanes. Es la religión que más rápidamente crece en el mundo.

En América Latina, sin embargo, el islam no parece tener el mismo auge que vive en otras partes. En América del Norte, concretamente en Estados Unidos y Canadá, la población musulmana no es muy numerosa, pero vemos una tendencia migratoria en marcha con grandes cantidades de personas que están llegando procedentes de países con mayorías musulmanas.

Otro de los grandes motores que está impulsando el crecimiento del número de musulmanes en el mundo es su alta tasa de fertilidad.

«En África, donde está muy fuerte el islam, cada mujer tiene 4, 5 o 6 hijos lo que acelera el ritmo de crecimiento de la población allí tanto en el caso de los musulmanes como de los cristianos. Pero, en América Latina, aunque la región tuvo altas tasas de fertilidad en el pasado, en muchos países ahora las mujeres están teniendo 1, 2 ó 3 hijos».

Países de América Latina con más musulmanes: Argentina 400.000. Venezuela 90.000. Brasil 40.000. Panamá 30.000. Colombia 10.000. Honduras 10.000

Los árabes reinterpretaron el pasado y el sentido de historia, ampliaron la perspectiva bíblica por la cual se tomaba literalmente el origen de las razas después de Noé, y se dedicaron al estudio sistemático de la influencia de la cultura islámica que fue trasmitida a la cultura latinoamericana durante el proceso de transculturación que tuvo lugar de España a sus colonias.

El Islam nace en el S. VII en la zona de Arabia y en la actualidad es la segunda religión más practicada del mundo con más de 1.300 millones de musulmanes.

La historia de esta religión desde su nacimiento hasta ahora, es un convulso relato que alterna épocas de esplendor y hegemonía mundial en todos los órdenes, con otras de oscurantismo y fundamentalismo. Por eso, se hace necesaria una obra como Breve Historia del Islam que explica no sólo la crónica de la creación y difusión de este credo por la mayor parte del mundo, sino también los dogmas y prácticas de esta religión que, lejos de ser el monolito integrista que se quiere presentar, es una religión llena de matices, con diversas facciones e incluso una versión mística llena de poesía y amor por la vida en todas sus formas.

La obra de Ernest Bendriss parte de la Arabia preislámica, caracterizada por el politeísmo religioso y la división política en tribus analiza que tras la muerte del profeta Mahoma comenzará el proceso de expansión, inigualable, pero también comienzan las primeras disensiones y fracturas, tras la campaña de estos cuatro primeros califas:

Con los Rashidhûn, llegará la dinastía de los Omeyas que gobernarán un territorio que se extendía desde los pirineos hasta el valle del Indo, Los Omeyas serán derrocados por la dinastía Abassí y, con ellos llegará el esplendor artístico y científico pero también la división política con el nacimiento de fuertes califatos como ” el Omeya en al-Ándalus”.

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