El 9 de marzo de 1959 una joven promesa de la moda (y de todos los oficios habidos y por haber) hacía su entrada estelar en la Feria Internacional del Juguete de Nueva York arrancando suspiros de envidia, y exclamaciones de admiración. Su nombre era Barbie.

Lo hacía de la mano de la diseñadora Ruth Handler, quien la creó movida por unos motivos más personales que económicos. Tal y como ha asegurado en numerosas entrevistas, siempre veía a su hijo jugar con muñecos que se parecían a él y le hacían sentirse fuerte, mientras que cuando su hija jugaba con muñecos, lo hacía siempre representando el rol de madre o cuidadora.

Ruth quiso dar a su hija la oportunidad de jugar con una muñeca que pudiera ser una prolongación de sí misma, capaz de cuidarse sola y alejada del cánon anterior. Así surgió Barbie, una pequeña figura de 29,21 centímetros, pelo largo y sonrisa perenne.

60 años más tarde, Barbie sigue siendo uno de los pocos juguetes para niñas (y niños) que apuesta por la diversidad: es común encontrar muñecas de diferentes razas, colores, tipos de peinado, profesiones y actividades.

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre