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Los 500.000 millones anuales del abuso fiscal de millonarios y multinacionales son sólo la punta del iceberg

El Fondo Monetario Internacional ha estimado que la carrera a la baja entre los paraísos fiscales ha causado pérdidas indirectas adicionales al hacer bajar las tasas impositivas globales, y el impacto indirecto del abuso fiscal por parte de las corporaciones multinacionales es al menos tres veces mayor que las pérdidas directas

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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Los gobiernos de todo el mundo están perdiendo cada año cerca de medio billón en ingresos fiscales debido al abuso fiscal global de las grandes fortunas y de las multinacionales.

Según el informe El Estado de la Justicia Fiscal 2021, publicado por Tax Justice Network (TJN), la Alianza Global para la Justicia Fiscal y la federación sindical mundial Public Services International, al que Diario16 ha tenido acceso, los países pierden 312.000 millones anuales debido al abuso fiscal de las corporaciones multinacionales y 171.000 adicionales a través de la evasión fiscal de las grandes fortunas.

El problema está en que, según un comunicado de TJN, esas cifras, representan pérdidas directas por parte de los gobiernos y, por tanto, probablemente sean solo la punta del iceberg.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha estimado que la carrera a la baja entre los paraísos fiscales ha causado pérdidas indirectas adicionales al hacer bajar las tasas impositivas globales. Por tanto, el impacto indirecto del abuso fiscal por parte de las corporaciones multinacionales es al menos tres veces mayor que las pérdidas directas, según indica el informe.

En medio de la pandemia del Covid19, el documento enmarca el alcance de la elusión fiscal y el impacto dispar en los países de bajos ingresos, a través de la salud pública. Utilizando datos sobre el costo de la entrega de vacunas, TJN estima que los 483.000 millones en pérdidas fiscales globales serían suficientes para vacunar al mundo entero tres veces. Y aunque los países de ingresos más bajos pierden mucho menos en ingresos fiscales (40.000 millones de dólares) que las naciones más ricas, esa cifra representa casi la mitad de los presupuestos de salud pública de esos países.

El informe identifica a los países ricos que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) como la fuente de la mayor parte del abuso fiscal global. Los miembros de la OCDE y sus dependencias son responsables del 78% de todas las pérdidas fiscales globales, incluido más del 90% de la evasión fiscal individual.

El informe pide a las Naciones Unidas que intervengan y asuman el papel de la OCDE como organismo que establece los estándares fiscales globales, una recomendación que refleja los hallazgos publicados en febrero por el Panel de Alto Nivel de la ONU sobre Transparencia Financiera, Responsabilidad e Integridad (FACTI).

Acuerdo de la OCDE y Estados Unidos

En octubre de este año, 136 países y territorios firmaron un acuerdo encabezado por la OCDE y los Estados Unidos que instituiría una tasa impositiva corporativa mínima global del 15% y exigiría que las empresas multinacionales que paguen sus impuestos en los países donde hacen negocios. Sin embargo, Alex Cobham, director ejecutivo de TJN, ha denunciado que las medidas se diluyeron y mantuvieron incentivos considerables para que las multinacionales transfieran las ganancias.

Por otro lado, el informe de TJN descubre cómo Estados Unidos es responsable de que otros países pierdan casi 20.000 millones al año en ingresos fiscales, una cifra superada solo por las Islas Caimán y el Reino Unido

Impuesto a las grandes fortunas

Además de pedir a la ONU que asuma un papel más importante en la fiscalidad global, el informe también recomienda que los gobiernos introduzcan un impuesto a las ganancias excesivas para las empresas multinacionales y un impuesto sobre el patrimonio a las grandes fortunas para abordar la creciente desigualdad que ha sido exacerbada por la pandemia.

Los impuestos pueden ser la herramienta más poderosa para abordar la desigualdad, pero en cambio se han hecho completamente opcionales para los superricos. Según Cobham, «Es hora de que rindan cuentas».

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