No hay tertulia de radio y televisión, o portada de prensa que no destaque como noticia el enfrentamiento en Podemos entre Pablo Iglesias e Iñigo Errejón. Curiosamente, el choque de pareceres de ambos políticos  resulta más impactante aún a los medios y líneas editoriales que siempre nos vendieron que los podemitas iban, si tenían más fuerza  y protagonismo en la política española, a romper -¡qué digo romper!- a destrozar España.  Pues éstos representantes de la Prensa como Dios manda,  que podrían celebrar con champan francés –ya saben que cava no porque son los que boicotean los productos catalanes- lo que ocurre en Podemos, son los que informan del tema como si nuestro futuro dependiera realmente del coletas y su contrincante o compañero de escaño, o lo que sean esos dos.

 Nada que ver, parece ser, lo que ocurre en el partido morado con lo que en su día ocurrió entre Felipe González y Alfonso Guerra, o entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón o con lo que actualmente pasa dentro del PSOE con Pedro Sánchez y sus seguidores, algunos de la trayectoria de Odón Elorza. Nada es comparable ni más importante para España que el duelo entre pablistas y errejonistas.

 Vamos, que no se habla de otra cosa en las oficinas, en los mercados (de abastos digo, pero seguro que en los de finanzas tampoco), entre las familias en torno a la mesa de las fiestas navideñas y hasta en los casinos (lo mismo me dan los de juegos, los sociales y hasta los obreros, que de todo hay).

 Porque nunca será comparable este sangriento enfrentamiento con lo que realmente ocurre en nuestro país: la corrupción endémica entre los partidos protagonistas del bipartidismo y los nacionalistas que se han perpetuado en el poder; tampoco vamos a comparar con la noticia que esta semana daba Diario16 respecto a que España es el segundo país de Europa con mayor número de pobres; y, por supuesto, a años luz en importancia está que nuestros jóvenes, los mejor preparados de la historia, emigren a otros países donde un alto porcentaje ocupan puestos y sueldos muy por debajo de lo que indica su preparación académica. A quién le importa realmente el paro, la corrupción y el futuro de nuestros hijos, por no hablar del terrorismo internacional. A nadie le importa, está claro, porque todo se ha quedado pequeño ante el notición del espectáculo en redes sociales que dan los de Podemos.

Tampoco es comparable a la violencia de género, ni  a los 35 conflictos armados que hoy hay en el mundo –que como siempre tan bien nos recuerda el gran periodista de Cruz Roja Española, Miguel Ángel Rodríguez (@Marodriguez1971), y, desde luego, nada que ver, pero nada de nada, con lo que está sucediendo en Alepo y con los niños refugiados que se van quedando en el camino.

Papelón, de verdad, no es el de Iglesias y Errejón, que, sin lugar a dudas, pagarán por sus errores políticos, sino el que están dando estos medios informativos, los de siempre. Y que, seguramente, no pagarán nunca por lo que están haciendo a nuestra sociedad. Un poco de por favor!!!

2 COMENTARIOS

  1. Bueno, efectivamente, quien tiene la sartén por el mango da vuelta la tortilla cuando gusta, y es incuestionable que estamos sometidos a un bombardeo de información interesada de la que es difícil escabullirse. pero también es un hecho que disponemos de canales plurales para informarnos, claro que igual no nos interesa tanto…

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