Santiago Abascal asegura que el PSOE ha sido, históricamente, un partido criminal. Ortega Smith, en una de las sentencias más infames que se recuerdan, añade que las 13 Rosas “torturaban, asesinaban y violaban vilmente” en las checas de Madrid. Son solo dos ejemplos, sangrantes eso sí, de cómo la nueva ultraderecha española trata no ya de revisar la historia, sino de modificarla radicalmente, a su antojo, por intereses electorales.

Sin embargo, es fácil rebatir las mentiras y bulos de los fascistas. Basta con acercarse a cualquier librería, abrir un libro de historia de los grandes especialistas en franquismo (los hay y muy buenos), y comprobar que el único régimen genocida que ha habido en España en el último siglo ha sido el que instauró Franco ilegítimamente. Es cierto que la Guerra Civil fue un compendio de atrocidades cometidas por ambos bandos (siempre sin olvidar que la confrontación fue fruto del levantamiento armado de un grupo de golpistas). Pero fue tras el triunfo militar del Ejército nacional en 1939 cuando el régimen de Franco puso en marcha en todo el país una macabra y monumental maquinaria represora con el fin de aislar, encerrar y liquidar a todo aquel sospechoso de haber apoyado a la Segunda República.

La “limpieza” de lo que quedaba del enemigo comenzó pronto, en 1939, cuando el país todavía se hallaba en guerra y el dictador promulgó leyes de represión inspiradas en el odio y la venganza como la llamada Ley de Responsabilidades Políticas destinada a enjuiciar a “quienes contribuyeron con actos u omisiones graves a forjar la subversión roja, a mantenerla viva durante más de dos años y a entorpecer el triunfo providencial e históricamente ineludible del Movimiento Nacional”. La propia ley (más bien un acta oficial de la venganza ciega que se iba a llevar a cabo con miles de personas) reconoció que “la magnitud internacional y las consecuencias materiales de los agravios son tales que impiden que el castigo y la reparación alcancen unas dimensiones proporcionales”. Es decir, ya se avisaba de que no habría compasión con el “preso político”.

Así fue cómo se crearon los tribunales militares para juzgar a civiles y cómo se extendió la responsabilidad con carácter retroactivo, llevándola atrás en el tiempo, hasta 1934. La persecución de los republicanos se incrementó en los años inmediatamente posteriores al final de la contienda, sobre todo entre 1939 y 1942, sin duda los más duros y letales. La tarea de control y purga de todos aquellos reductos disidentes fue implacable. Los estudios historiográficos cifran en 270.000 el número de españoles encarcelados en 1940. Muchos de ellos terminaron siendo ejecutados por vía del juicio sumarísimo y sus cuerpos arrojados a cunetas y fosas comunes. A muchos los sepultaron en el Valle de los Caídos sin que sus familias lo supieran, como complemento perfecto y relleno a la obra faraónica del megalómano dictador. Ni que decir tiene que los Consejos de Guerra que se montaron a tal efecto no reunían unas mínimas garantías legales para los acusados. En la mayoría de los casos la sentencia ya estaba dictada de antemano, puesto que bastaba y sobraba con la declaración de algún testigo que odiaba al preso y declaraba en su contra, con el informe secreto de algún cura resabiado que hacía las veces de confidente franquista o simplemente con el atestado de la Guardia Civil. El peor delito era el de rebelión, que la mayoría de las veces conllevaba pena capital. A fecha de hoy, decenas de miles de juicios sumarísimos, las farsas con las que el Gobierno franquista trataba de justificar y dar apariencia de legalidad a sus fusilamientos indiscriminados, aún no han sido derogados.

A falta de estudios más exhaustivos −precisamente unos de los aspectos más positivos de la Ley de Memoria Histórica es que apoya con fondos públicos a los historiadores y asociaciones de familiares que quieren llegar a la verdad con datos científicos− se da por hecho que entre fusilamientos y “paseos” el número de muertos pudo alcanzar los 50.000 solo entre 1939 y 1943. A esa macabra cifra había que sumar los miles de españoles que perdieron la vida entre rejas en ese período duro del franquismo, es decir, el otro genocidio, el silencioso, no el provocado por el pelotón de fusilamiento sino el que tuvo lugar a causa del hambre y la enfermedad en las lóbregas prisiones y en los macabros campos de concentración repartidos por todo el territorio nacional.

Pero si crueles fueron las sentencias que condenaron a miles de españoles a la pena de muerte, no menos lo fueron las penas por “delitos inferiores”. Antes del estallido de la Guerra Civil el número de presos encarcelados en España por cualquier tipo de actividad delictiva rondaba las 10.000 personas, y eso contando con las graves tensiones políticas y el clima de conflictividad social que caracterizaron los primeros años del régimen republicano. A finales de 1939, ya terminada la guerra, el número de encarcelados superaba los 270.000, lo que da una idea de la intensa y frenética labor represiva a la que se consagraron los vencedores.

Numerosos historiadores creen que tal nivel de población reclusa exigía fuertes inversiones del Estado en comida, seguridad, atención médica, etcétera, un dispendio que el Gobierno de Franco, en aquellos años de posguerra en los que todo era ruina y carestía, no estaba dispuesto a asumir. Y mucho menos con el enemigo. Resultaba más barato fusilarlos o dejarlos morir de hambre. Los expertos consideran que además del factor de la represión ideológica y la venganza, probablemente la cuestión económica  (lo caro que resultaba mantener entre rejas a medio país), llevó a Franco a promover políticas inhumanas en los penales fascistas. Julián Marías ha narrado en sus Memorias la situación de los presos políticos en la España franquista. Según el escritor, las garantías procesales eran poco menos que nulas: los tribunales militares solían liquidar entre 12 y 15 juicios a la hora. No se daba por supuesta la inocencia, sino la culpabilidad, de modo que era la primera la que debía ser probada. El hecho de estar en la cárcel presuponía no solo ser culpable, sino haber perdido cualquier derecho, incluso la profesión. Las depuraciones fueron masivas en todas las actividades, la política, la función pública, la docencia, la diplomacia…

Tres años después, en 1942, la cifra de presos se había reducido a 124.000. Pero el número de encarcelados no bajó drásticamente hasta 1945, cuando el censo de población reclusa apenas llegaba a los 43.000 internos. La “limpieza” masiva de rojos siguió hasta 1950, cuando todavía se registraban 30.000 personas en las cárceles de Franco. A partir de ese momento el rostro del dictador trató de mostrar su lado más amable y humano para recabar el reconocimiento internacional, sobre todo de Estados Unidos. No obstante, las persecuciones continuaron en mayor o menor medida hasta la muerte del tirano.

Los datos que manejan los historiadores confirman que poco a poco el régimen de terror instaurado por Franco fue dando sus frutos y después de la victoria de 1939 cada vez menos españoles participaban en actividades de disidencia. El precio por plantar cara al genocida era demasiado elevado. Por supuesto, los datos de tal genocidio fueron debidamente ocultados por el régimen, igual que son silenciados por Abascal y Ortega Smith, los herederos directos de aquella masacre.

26 COMENTARIOS

  1. Vale. Estamos de acuerdo que hubo muchísimos asesinatos entre 1939 y 1943. Pero la historia es una concatenación de sucesos. Por tanto, ¿por qué este período no estudia también los asesinatos que hubo entre 1930 y 1936, durante la Segunda República, sobre todo a las «otras rosas» que tampoco hicieron nada malo, solo ser religiosos y religiosas católicos y que encima no tuvieron juicio alguno? Ahí lo dejo.

  2. Hablamos del pasado porqué no tenemos futuro.
    Hasta los aguacates de la momia.
    De tu mataste y el otro mas.
    Intentemos vislumbrar el fututo, para
    Ser mejores y solidarios.
    Dejemos de ser borregos.

  3. Lo que pasa es que seguimos insistiendo con opiniones políticas actuales sucesos de hace más de 80 años. En mi familia hubo muertos de ambos bandos, como en casi todas las familias actuales, incluido Zapatero y sus dos abuelos. Medir con objeciones morales los sucesos del pasado es la mayor aberración histórica que se puede hacer.

  4. Que pesados sois con la guerra civil, si tanto os gusta a los periodistas la guerra iros a pegaros tiros a oriente y dejarnos vivir en paz al resto.

  5. La gran diferencia que no ilustra este articulo es que, el PSOE sigue siendo PSOE EN 1934 Y 2019 y Francisco Franco no tiene nada que ver con FRANCO, una pastillita de almax no le vendría mal

  6. En todos los regímenes se cometen atrocidades, es cierto. Pero la represión institucionalizada del franquismo supera cualquier precedente anterior. Y no vale afirmar hasta el ridículo que los republicanos «mataban monjas» o » quemaban conventos», porque semejantes acciones fueron llevadas a cabo por muchedumbre furiosa, no fueron orden de la República. La República fue laica, libertaria y justa cuando pudo, un verdadero estado democrático al que muchos estados actuales no le llegan ni a la suela del zapato.

  7. Muy tendencioso el artículo
    Imaginemos una posguerra estalinista. Si Stalin liquidó a 100 millones, equivaldría a unos 10 millones en España, muy por encima.
    El odio y rencor de la izquierda es tremendo. Yo siempre supe que un tío mío murió en la guerra pero sólo hace unos años me enteré que fue asesinado por catolico. Esa es la diferencia del rencor y la reconciliación.
    Otro dato: mi abuelo fue ministro en la República y cobró toda su vida la pensión de exministro, eso sí, bastante inferior a las actuales.

  8. La foto con la que dais argumento a esta noticia resulta que corresponde a los ejecuciones de Paracuellos. Ejecuciones las cuales fueron perpetradas por el bando republicano, las cuales no fueron hechas por Franco y además no corresponde a los años del titular de la noticia. Ya puestos también decir, que en dichos años las ejecuciones solo se aplicaron a los que tenían delitos de sangre y con un juicio previo.

    • Curioso que ilustren la noticia con una foto de las ejecuciones de Paracuellos por parte del bando republicano. Esa es la credibilidad que tiene lo demás. Manipulan, manipulan y vuelven a manipular.

  9. El relato de los Frente Populistas está plagado de inexactitudes y falacias para desprestigiar al «régimen». Mientras no modifiquen sus errores y mentiras, no ganarán verosimilitud. Los rojos eran salvajes analfabetos e ignorantes. Y punto.

  10. Hace unos años le pregunté a mi abuelo,antes de fallecer,el luchó en la guerra con los rojos.Le pregunté despectivamente sobre franco,yo era un niño aún,su respuesta fue que ni unos ni otros,que nunca más volviera a suceder lo que pasó.

  11. Los rojos comenzaron matanzas antes de declararse la guerra. Me pregunto cuántas más habrían llevado a cabo estos sanguinarios contra los fascistas, los religiosos, los derechistas, y todo aquel que no luchó en su bando, si hubieran ganado la guerra.

    Por otro lado, si hubiera habido tal genocidio como dice el artículo, ¿cómo se explica que haya tanto tijeras a día de hoy? Sed honestos si queréis credibilidad. No contéis verdades a medias.

  12. El artículo peca de inexactitudes y de un estilo totalmente panfletario y escorado a la izquierda. Deduzco de el artículo que en la España de la época no había más que 540000 habitantes («la mitad del país» eran, según el 270000).
    Todo se basa en las afirmaciones del autor, que no se molesta en fundamentar el origen de sus cifras, salpicando el texto de fórmulas vagas, tipo «Los estudios historiográficos cifran» «A falta de estudios más exhaustivos» y así todo el tiempo. Seguiría rebatiendo esto, pero no tengo tiempo.

  13. Que ganase la guerra Franco es lo menos malo que pudo pasar, si gana el frente popular estamos ahora como Rumanía o Cuba y con más muertes en las cunetas

  14. Iros a tomar por culo con lo que pasó en la guerra.. Fue hace 80 años. Olvidenlo ya coño. Si queda algún resentido que aprenda a vivir con ello. Nadie culpable o asesino queda vivo a quien ajusticiar.
    Pasemos pagina yaaa

  15. Yo creía que estás cosas eran tema del pasado, de la oscura historia de España, pero veo que no hemos aprendido absolutamente nada. Lo más triste de todo es ver cómo los que que quieren dirigir este país el siglo 21, siguen sacando trapos sucios para sacar un puñado de votos. Tienen algún proyecto de futuro para nuestro pais? Saben algo de lo que pasa fuera de aquí, y en qué medida nos afecta? Me merezco tanta ineptitud e incompetencia?

  16. Dais asco con vuestras manipulaciones. La foto es de Paracuellos. Y las checas, los paseos, las cunetas …. ¿son obra de los fascistas?. Miles de víctimas de los milicianos comunistas y anarquistas os estarán juzgando desde la Historia. Lo dicho, dais asco. Y pena.

  17. Pasar página es no decir ni mu a la exhumación de Franco que es el dictador fascista que estuvo 40 años en el poder y que haya una Ley de Memoria Histórica. Aquí no hay nadie resentido y sí mucho ignorante, y gente que todavía odia como Vox. En la República como hoy en la democracia no fue todo perfecto, pero primero: lo eligió el pueblo y hubo gobiernos tanto de derechas como de izquierdas. Lo que pasa es que con la iglesia y el ejército se topó: que había más generales que soldados… entre otras cosas… Luego en las guerras pues pasa de todo. No sabemos como habría sido todo con la República, lo que sí sé es que toda la intelectualidad de la época, todo el talento, se exilió. No hay más que coger cualquier periódico de la época para ver la opinión diversa de entonces o leer las obras de cualquier autor. Aquí se quedó Lola Flores…

  18. Abascal no apoya el franquismo y tampoco nos has contado las barbaries que propició la republica por igual (hay mayor índice de asesinatos hacia el franquismo que al inreves) Ningún bando actuó bien, hay que empezar a olvidar el pasado y mirar hacia delante

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