Sin lugar las elecciones generales del 20 de Diciembre han venido a traer al escenario político un nuevo tiempo en lo que a la configuración de las mayorías de gobierno se refieren. Un espacio en donde los partidos emergentes llaman con fuerza a las puertas de un bipartidismo que aguanta dicho empuje aún con el peor de sus resultados en la historia de la democracia. Y es que, las urnas han venido a decir de manera clara que algo está pasando en nuestro país. La pérdida de la confianza de la ciudadanía en los partidos mayoritarios – hoy ya menos que antes- PP y PSOE unida a la concentración de los nuevos votantes en los partidos emergentes obliga a los primeros ha llevar un análisis profundo, real y sincero de los errores cometidos para que hoy nuestro congreso sea el de mayor ingobernabilidad en la historia reciente. Así, el éxito de los nuevos partidos como PODEMOS y en menor media de CIUDADANOS no es tanto que también consecuencia de una estrategia acertada de estos, sino más bien de una falta de visión política de los que hasta ahora ocupaban todo el espacio político en nuestro país.

Sería así un grave error tanto para el PP como para el PSOE intentar correr un tupido velo irreal de triunfalismo sobre lo acontecido en la noche del 20-D,no por menos la ceguera ante una realidad palpable en esta ocasión no sería más que el paso previo al abismo más profundo en las próximas elecciones. Máxime cuando ambos partidos han logrado el peor resultado electoral desde 1978, resultado que en el caso del PSOE lo sitúa por primera vez por debajo de la barrera de los 100 diputados.

Y es que en este escenario complejo, nuevo y de cambio es el PSOE quien debe de tomar las medidas más urgentes para no seguir los pasos de partidos como el PASOK, un partido centenario del socialismo europeo que paso de ser opción de gobierno en la izquierda a ser una fuerza política sin relevancia con la eclosión de un partido Syriza. Similitudes estas las que hoy parece puede estar viviendo un PSOE en deja vu griego que a priori se muestra incapaz de analizar de manera profunda el delicado momento que hoy atraviesa. Resulta así cuanto menos incomprensible escuchar hablar a destacados líderes del PSOE de históricos resultados en positivo cuando la realidad no es otra que las urnas arrojan la pérdida de más de un millón de votantes socialistas, el hundimiento del voto urbano en todas las ciudades mayores de doscientos mil habitantes o el retroceso de un PSOE que se convierte en tercera e incluso cuarta fuerza política en comunidades tan importantes como Madrid, comunidad esta en donde de manera estrambótica las elecciones dejan por decisión directa de la propia comisión ejecutiva federal del PSOE en el congreso a políticas como Irene Lozano –Ex de UPYD- y que antaño fuera azote del socialismo español en sustitución de alguien tan fundamental e imprescindible en este momento para el socialismo español como Eduardo Madina que alcanzo un 36% de los votos de la militancia socialista en unas primarias y que relegado al séptimo puesto por la lista de Madrid no alcanza acta de diputado en la debacle electoral en la que el PSOE ha sido sumido.

Por lo tanto, tomar decisiones se muestra como fundamental para un PSOE que escucha ya en su espalda el aliento de un partido PODEMOS que se nutre en gran media de muchos electores socialistas contrariados y con quienes no se conecta hoy como se conectaba antaño. Y es que, no por menos sin los magníficos resultados de Andalucía o Extremadura, hoy el PSOE en España sería tercera fuerza política y el espacio de referencia de la izquierda estaría hoy ocupado por el tsunami morado.

Pero aún en este complicado puzle político de la segunda transición el PSOE tiene ante la sí la oportunidad de volver a ser un partido de mayoría de gobierno, lo puede ser porque conserva aún lo mejor de su esencia y la posibilidad de recuperar la confianza de su electorado que aun habiendo votado a PODEMOS lo ha hecho con el deseo de que el PSOE vuelva en gran medida a conectar con ellos. Por ello las decisiones que hoy se tomen por parte del Comité Federal socialista marcaran un antes y un después en el presente y futuro de un partido centenario que fue capaz de sobrevivir a una Guerra Civil y a una dictadura. Decisiones que deberán circunscribirse a tres acciones necesarias: En primer lugar, evitar gobiernos múltiples con opciones de ultraizquierda e independentistas que no aportan ni estabilidad ni seguridad para el desarrollo de un país como el nuestro. En segundo lugar, decir no de manera clara a la opción de un gobierno a la alemana tanto por activa – diciendo si a la investidura de Mariano Rajoy y entrando en el gobierno- como por pasiva – absteniéndose el PSOE para facilitar la investidura y el gobierno del PP-, lo contrario sería una traición directa al electorado aún fiel del PSOE y a las propias bases socialistas. Y por último, la celebración de un congreso federal cuando toca de manera ordinaria – 4 años después del celebrado en Sevilla- y el que el PSOE deberá de llevar a cabo una reflexión profunda sobre su presente y futuro, reflexión que tendrá que tener una consecuencia lógica la conformación de un nuevo equipo de hombres y mujeres que sumando desde la pluralidad del socialismo español sirva para en las próximas elecciones generales el PSOE presente un programa de gobierno de mayorías que haga posible el cambio político en nuestro país. Lo mejor está por llegar , pero depende de la certeza y la firmeza de quienes hoy tienen en sus manos el futuro del PSOE y en buena medida el de España.

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