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Libertad, “ir por libre”, y “libre incompetencia”

Julián Molina Illán
Julián Molina Illán
Psicólogo, Fisioterapeuta, Enfermero, Filólogo, e Historiador del Arte.
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análisis

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Dijimos en un artículo anterior que hablaríamos algo más sobre la Libertad. A colación saldrán otros temas, como el Liberalismo, o el oligopolio de las eléctricas.

La Libertad es la quintaesencia de la civilización. Es un lujo. Solo está al alcance de sociedades muy desarrolladas y con altas tasas de “igualdad de oportunidades” y de “justicia social”. Lo que sí hay son muchas “expectativas de Libertad”, o “ensoñaciones fantasmagóricas de Libertad”, que es lo que tenemos en España. Hemos dicho que la Libertad es la quinta “esencia”. Sí, pero antes hay cuatro “esencias”: La primera es la vida, el derecho a la vida, puesto de manifiesto en un Sistema Sanitario de verdad garantista, desarrollado, igualitario, moderno y desarrollado; la segunda es la protección, el derecho a la integridad, la intimidad y el desarrollo personal, puesto de manifiesto en el derecho a una vivienda digna, y a una protección efectiva por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad y los poderes públicos; la tercera es la supervivencia y el desarrollo social, puestos de manifiesto en el derecho al trabajo digno y bien remunerado; la cuarta “esencia” es la eficiencia en la convivencia social, puesta de manifiesto en el derecho a la educación, positivista, laica, moderna y emancipadora. Después, vendría la Libertad, ahora sí, ejercida plenamente. En los países donde la gente teme por su vida, no tiene vivienda, trabajo ni educación, créanme, no se habla de Libertad. Vayan a Haití, y pregunten. La Libertad es algo que en España vemos de lejos, o de oídas. Es algo de lo que hablan algunos, los que tienen salud, vivienda, trabajo y educación. Pero no todo el mundo está en las mismas condiciones, y por eso no a todo el mundo interesa el debate de la Libertad de la misma manera. Unos debaten, y otros asisten al debate.

Ha habido un poco de revuelo en Cuba debido, no a la falta de Libertad, sino a la escasez de materiales básicos debido al embargo criminal de EEUU y los países de su entorno, acentuado por la Pandemia. Se da la paradoja de que el Sistema Sanitario cubano es tan bueno que han desarrollado su propia vacuna ¡y no tienen jeringuillas para administrarla! ¿Dónde está “el amigo americano”? Podría echar una mano…

Los liberales de este país, instrumentalizados políticamente en PP, Ciudadanos y Vox, han aprovechado para “cargar contra todo lo que huela a rojo”. Pero, ¿qué entienden los liberales por Libertad? Desde luego no la quintaesencia de la civilización. No; para ellos la Libertad es “ir por libre”. Por eso odian las normas y el control. Es lo que más les duele y de lo que más se quejan: “la izquierda siempre quiere controlarlo todo”, dicen. Los liberales necesitan ausencia de control para poder hacer sus “negocios”. Es decir, llevárselo crudo y no pagar impuestos. Cuando por falta de ingresos el sistema es deficiente dicen que lo público no funciona y hay que privatizar (para beneficiarse ellos del negocio…), y si el sistema se sostiene con subidas de impuestos entonces dicen que “la izquierda lo que hace es esquilmar a los ciudadanos y arruinar los países en los que gobierna”. Eso díganselo a los franceses, a los holandeses, a los alemanes, que pagan muchísimos más impuestos que nosotros ¡y defraudan menos!, independientemente de quien gobierne. No, a los liberales no les importa la Libertad, ni tampoco la entienden. Solo les interesa el negocio, y como la Libertad conlleva límites, en realidad les molesta y se sienten mucho más cómodos con la falta de ella. Donde el Liberalismo se mueve con más comodidad es en los países, precisamente, que hay menos Libertad. Ahí es donde se hacen grandes negocios, no por la falta de Libertad en sí misma, sino por la falta de controles que el ejercicio de la Libertad conlleva.

Abogan los liberales por la “libre competencia”, como ejercicio de Libertad. Nada más lejos de la realidad. El Liberalismo a lo que lleva, por su falta de controles es a los oligopolios y al abuso sobre la ciudadanía, lo que redunda en “libre incompetencia”, que no es lo mismo. El sistema eléctrico español es tremendamente incompetente. Pagamos la electricidad total al precio del productor más caro (gas y carbón) para asegurar la supervivencia de esos sectores y la continuidad del suministro. Ya, ¿y por qué no abonan la diferencia el resto de los productores que disponen de los recursos ya amortizados y producen la electricidad casi a coste cero? Porque entontes el negocio no sería multimillonario, como de hecho, lo es. Entonces, simplemente, ganarían dinero. Este es el motivo por el que ministros de distintos partidos que han podido, y debido, arreglar el asunto, terminan en Consejos de Administración de grandes empresas del sector: por no hacer nada y dejar las cosas como están. Le llaman Libertad de Mercado, y no lo es. Es un fraude a la ciudadanía, un abuso, y un déficit democrático.

Mientras las cuatro “esencias” a las que hemos aludido (Salud, Vivienda, Trabajo y Educación) no estén bien resueltas en este país, hablar de Libertad será un debate de ideólogos tomando café.

Un saludo a todo el mundo.

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