Foto: Casa Real

Letizia Ortiz presidió el acto de entrega los Premios Sociales del Banco Santander. Es muy grave el hecho de que la Casa Real se pliegue a los intereses o a las campañas de blanqueo de imagen de una entidad privada o de su presidenta, porque su papel es el de representar a todo el pueblo español y, desde luego, quien menos lo representa es la entidad cántabra.

El Santander es el reflejo de todo lo que no debería ser la institución a la que representa la señora Ortiz. Mi compañero José Antonio Gómez ya expuso en un exclusivo artículo publicado en este medio una serie de hechos que lo demuestran.

Sin embargo, la reina Letizia debería tener una serie de cosas claras cuando se encuentre frente a Ana Patricia Botín, porque el evento que presidió no será el último. Por un lado, si ella hubiese seguido con su carrera periodística, es más que seguro que su presencia junto a la presidenta del Santander no iba a ir más allá de un canutazo en alguna presentación de resultados del banco o, si tuviera suerte, de realizarle alguna entrevista. Nada más. Los Botín son como son, clasistas y escrupulosamente respetuosos de las distancias que les separan del pueblo llano por más que en los últimos tiempos la presidenta del Santander no haga más que hablar de la igualdad de oportunidades, aspecto éste, por cierto, que confunde con el feminismo. La igualdad de oportunidades es un termino acuñado por la derecha española de los últimos años de la dictadura intentando anular el termino igualdad efectiva, económica o de resultado que la izquierda de la época defendía. En todo caso la igualdad de oportunidades es una expresión joseantoniana, del sindicato vertical paternalista propia de Abascal y Vox. Actualmente, en democracia, está muy lejos de la conciencia social colectiva y de la igualdad real.

Por otro lado, la presencia de la reina Letizia en actos del Santander no es más que la incorporación de la más alta institución del Estado español al marketing de una entidad privada. De igual manera que Felipe VI separó a Cristina de Borbón y a Iñaki Urdangarín de la Casa Real por el Caso Nóos para evitar el daño reputacional que ello pudiera causar, el hecho de que Letizia Ortiz presidiera el acto de los premios del Santander no es otra cosa que acercar la Monarquía al capital deshumanizado referente de las dictaduras privadas. ¿Eso es coherencia?

Bastante tiene la Casa Real con Juan Carlos I o con las investigaciones de la Fiscalía al rey y a la reina emérita, con sorpresas pendientes, por utilizar tarjetas opacas con dinero procedente del exterior.

Señora Ortiz, su origen es de clase media urbana, clase muy digna. Por mucho tiempo que dure su matrimonio con Felipe VI, su sangre seguirá siendo roja, jamás se teñirá de azul, por más que en muchas ocasiones actúe con la altanería propia de reyes. No se confunda, Doña Letizia o, si lo prefiere, majestad. Su lugar está con los hombres y mujeres que un día creyeron que iba a ser la reina del pueblo, no al lado de quienes sólo utilizan a la ciudadanía para teñir de verde sus cuentas de explotación.

La situación que vive actualmente la Casa Real, con la incertidumbre del futuro más cercano, sobre todo por el crecimiento del desapego popular y la reclamación de un referéndum, provoca que, tal vez, piense que acercándose a los poderosos éstos servirán de muralla frente a la justa reivindicación del pueblo. No se engañe, señora Ortiz. El bisabuelo de Felipe VI también lo pensó y terminó en el exilio. ¿Están ya planificando ese momento? Tal vez, sí.

Majestad, usted coincidió en un viaje oficial con Pablo Iglesias Turrión. Durante el vuelo, el vicepresidente segundo del Gobierno, con el fin de darle conversación y romper el silencio que reinaba en el momento, le confesó que, una vez que abandone la política, él y su familia tenían ya pensado instalar su residencia y educar a sus hijas, definitiva o temporalmente, fuera de España. A lo que, al parecer, le respondió escuetamente que «usted esa posibilidad la tendría más difícil». ¿De verdad lo cree?, es cuestión de conciencia y libertad.

4 COMENTARIOS

  1. Una vergüenza para España que la reina se preste a actos del Santander,sabiendo que es un banco sin escrupulos,y que su presidenta robo a más de 1200.000 españoles en colaboración con el gobierno de Rajoy y las más altas instituciones del estado.

  2. Es lo que es, pues eso, una vulgar, a las órdenes del banco cántabro.
    Como para solicitarla ayuda los Damnificados del Banco Popular Español.
    Hay que vivir del rastreo, por aquello de la pasta.
    Pertenece a la misma cofradía.

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