El Presidente en funciones es ya Presidente a secas. ¿Loados sean los que con su voto lo han permitido? Al menos, dejaremos, por fin, de oír que el Partido Popular ha ganado las elecciones. Fin de etapa. A otra cosa, mariposa.
Leí no hace mucho, en un librito muy instructivo “ las pequeñas virtudes” que para educar a los jóvenes no hay que explicarles que en la vida hay que actuar bien puesto que la virtud es recompensada, ya que pocas veces es cierto, es más, en muchas ocasiones quien obra egoístamente, quien arrolla al prójimo, triunfa sin paliativos.
El asesino- protagonista, en la memorable película Match Point de Woody Allen, siguió su vida como marido ejemplar y padre amoroso porque la suerte, la casualidad, los hados o quién sabe qué, le acompañaron.
Mariano Rajoy es, también, un tipo con suerte, o con lo que sea, no hay duda. Sus circunstancias y su inacción no le han pasado factura en absoluto. Su arrogancia, su indiferencia, acaso astucia, le han servido para seguir donde estaba, pegado como una lapa al sillón. A su alrededor, han acabado todos maltrechos, todo parece dinamitado y él ha salido victorioso.
Ufano, el Señor Presidente ha dejado ya claro que va a seguir haciendo lo que le venga en gana y que los otros tendrán que seguir diciendo amén, que para eso están. Y hace bien, si le dejan, más tonto. ¡Palo, mano dura! Decía la esposa facha del marqués de Leguineche en la divertidísima película de Berlanga “Patrimonio Nacional”. ¡Os vais a enterar! parece decir, con esos ojitos entre picarones y de una suficiencia infinita, el Señor Presidente. No dice cuádrense porque no es militar, pero al tiempo. Hasta se ha permitido en el Congreso hacer una “gracieta” con el asunto de los correos a Bárcenas: se maneja bien con el e. mail, afirma. Toda una declaración de intenciones.
Y se ha permitido tomarse unos días para desvelar su nuevo gobierno. Para poner nerviosos a algunos, para aumentar el suspense, ¡qué sé yo!: los designios del Señor son inescrutables. Se hacen ya quinielas. En alguna se dice que la Cospedal va a ir a Justicia: lo más apropiado. Sí Señor, con dos cojones: la que inventó la categoría jurídica del “finiquito en diferido” destinada a calibrar la balanza de la justicia. Otra virtuosa. Habita hace ya tiempo en las alturas, por la gracia de dios. Ahora ya tendrá un asiento de primera, a la derecha del padre.
Mientras, los socialistas han cavado su tumba ellos solitos. Con dedicación y esmero. La han preparado a conciencia para tenerla lista para el día de difuntos. Cada actuación ha ahondado más la sepultura. Ya caben todos y, sin embargo, Sánchez aún sigue cavando para echar una mano. Todo el verano en la playa sin decir esta boca es mía y ahora empieza a largar por esa boquita. Por el bien del socialismo, dice. Y se abraza a Iglesias con fruición. Y llora. Habría que recordarle aquella frase memorable pronunciada por Aixa, madre de Boabdil, tras la rendición de Granada:“Llora – “no llores”, dicen otras versiones- como mujer lo que no supiste defender como hombre”. Ha aportado las plañideras a este entierro.
Habrá que llevar mañana un ramo hermoso de rosas rojas Tendrá que llevarlo Borrell, uno de los pocos vivos que quedan, y encender una velita, con tulipa roja, en la tumba: igual hay vida después de la muerte y la luz guía a algunos por el camino de la verdad y la vida. Así sea.