La dicatablanda priísta que bautizara Vargas Llosa no murió con la alternancia, el arribo de Vicente Fox a la presidencia de la república en el año 2000, más que ser un parteaguas en la historia de México significó la mimetización de los partidos políticos, el PRI les contagió su forma de hacer política tanto a la derecha gobernante cómo a la izquierda opositora, preservó sus dominios en los Estados de la República y su sede de poder económico es el Estado de México.

Desde esa entidad tomó el impulso para devolverse a los pinos, regresó a la presidencia sin mayor resistencia gracias a su complicidad con Acción Nacional que para aferrarse en la presidencia en 2006 replicó la práctica priísta del fraude, para cerrar el paso a la izquierda encabezada por López Obrador que pese a la campaña negra ganó la presidencia de la República.

Álvaro Delgado, el destacado escritor de la revista Proceso, en su libro El amasiato da cuenta de estos inconfesables pactos entre los grupos de poder del PRI y del PAN, respectivamente encabezados por Enrique Peña como miembro del poderoso grupo Atlacomulco y Felipe Caderón Hinojosa, son más que aliados, los negocios los unen y tienen el compromiso de turnarse la presidencia, lo que esta elección del Estado de México confirma es que el PRI no jugará con seriedad la elección presidencial, tal como el PAN no lo hiciera en 2012.

Esta alternancia restringida se sostiene de reglas electorales que se aplican en los hechos, las elecciones se resuelven en gobernación, la gente sólo va a votar para legitimar los acuerdos de la presidencia con la supuesta oposición, una de esas reglas impone al opositor que contravenga los resultados de Bucareli -sede de la secretaría de gobernación- ganar con claridad, con una amplia ventaja de lo contrario el fraude es válido.

Esta regla no escrita está soportada por el precedente de la elección del 2000, en la que salió el PRI de los pinos al ser derrotado por más de 6 puntos, así que para revertir un resultado pactado tendría que hacerlo por una victoria no menor a 5 puntos.

Otro precedente del derecho consuetudinario de su alternancia restringida es el dejado en 2006 por el entonces presidente electo Felipe Calderón que en una entrevista al ser cuestionado por el uso exagerado de recursos, el uso de dinero público, la campaña negra y de odio contra López Obrador, la intervención del presidente Fox, de la iglesia y de los empresarios; la manipulación de los resultados preliminares, el 0.56% de diferencia, al preguntársele si permitiría el recuento de los votos respondió como dicen en mi pueblo haiga sido como haiga sido.

Desde ahí el resultado electoral acordado en Gobernación, debe llevarse hasta las últimas consecuencias sin sujeción a la ley electoral, sólo aplicable al que insista en subvertir resultados el día de la elección. Esa mesa en la que se acuerdan las elecciones tiene su fundamento en la concertacesión instaurada en los tiempos de Salinas de Gortari otro que con todo y ser derrotado en las urnas por el Frente Democrático encabezado por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, buscó ser reconocido por el PAN con el que transó las elecciones de Baja California y Guanajuato.

Así que la mafia se arroga el derecho del fraude con sus reglas y principios que han dejado a México una peculiar democracia, una en la que el ciudadano sólo puede ir a votar bajo la certeza de que su voto se contará si y sólo sí lo hace de conformidad con lo acordado en gobernación y su resultado previo, que es aquel que se da con anterioridad al día de la elección y se anuncia formalmente a manera de conteo rápido el mismo día de la jornada electoral.

En las elecciones negociadas, de esta segunda generación de concertacesiones hay un nuevo ingrediente, el PRD, anteriormente reconocido como la oposición de izquierda, sólo que al pelearle la dirigencia del Partido a Obrador se pertrechó en negociaciones con el gobierno hasta construir el llamado Pacto por México, que fue un paquete con la última generación de reformas privatizadoras que el régimen selló con sus nuevos colaboradores.

En las concertacesiones al PRD le asignaron Michoacán y en éstas últimas le concedieron Tepic, capital de Nayarit. No le alcanzó para gubernatura, aunque en las que cedido al PAN va por añadidura. En su participación en el Estado de México sirvió de esbirro de Peña Nieto para atacar a López Obrador, al que reconocen como enemigo común, esperando con ello preservar Ciudad Nezahualcóyotl y formar parte del gobierno de coalición en 2018 en alianza con el PAN.

Contra esta mafia y su democracia sin elecciones auténticas, es contra lo que votaron los mexiquenses que más que una elección de Estado, vivieron una inédita elección del crimen, porque además de no aplicarse más ley que las reglas del fraude, incursionaron abiertamente prácticas de la delincuencia organizada con la aparición de narcomantas, mensajes con animales recien sacrificados, grupos armados, levantones y desapariciones.

Pese a todo este crimen democrático la ciudadanía mexiquense decidió dar su voto a la maestra de Texcoco, Delfina Gómez ganó en las urnas y con morena defenderemos la voluntad de los ciudadanos del Estado de México, en el 2018 con todo y sus reglas venceremos: la esperanza vive.

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