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Las puertas giratorias a pleno rendimiento: más de 80 cargos públicos se pasan a la empresa privada

Desde que Mariano Rajoy fue apartado del poder en la moción de censura de junio de 2018, el trasvase de cesantes del sector público al privado ha sido constante

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análisis

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Desde que Mariano Rajoy fue descabalgado del poder en aquella histórica moción de censura de junio de 2018, más de 80 altos cargos han pasado a trabajar en empresas privadas. Aunque todos ellos han contado con la preceptiva autorización de la Oficina de Conflicto de Intereses, que vigila el paso del sector público al privado durante los dos años siguientes a dejar estos cargos, resulta inevitable pensar que las “puertas giratorias” han funcionado a pleno rendimiento en este año y medio de vorágine política. Los cesantes, como ocurría ya durante la época de la Restauración borbónica en el siglo XIX, se han ido colocando cómodamente, de tal manera que vuelve a reabrirse el viejo debate sobre la oportunidad de que un cargo político que ha ostentado importantes tareas de responsabilidad se lleve sus secretos de Estado a la empresa privada.

El reciente acuerdo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias contempla hacer frente a los poderes económicos subiéndoles los impuestos, crear una empresa pública que logre bajar el precio de la luz a la oligarquía que maneja las grandes compañías energéticas y acabar con las puertas giratorias que permiten que ministros y presidentes terminen su carrera en sillones de consejos de administración de flamantes multinacionales. Sin embargo, el Gobierno progresista que ponga freno a las prebendas todavía parece lejano y mientras tanto las puertas giratorias siguen funcionando a todo gas entre los cargos de nivel alto e intermedios.

Según informa Europa Press, el Portal de Transparencia ha actualizado esta semana toda la información relativa a los puestos importantes de la Administración del Estado, datos desde 2013 de los miembros del Gobierno y de otros órganos del Estado que tras su cese han solicitado fichar por empresas privadas.

La Ley reguladora del ejercicio del alto cargo de la Administración General del Estado, que entró en vigor a finales de marzo de 2015, impide a estos directivos, durante los dos años siguientes a dejar el puesto, “prestar servicios en entidades privadas que hayan resultado afectadas por decisiones en las que hayan participado”. Para vigilar que esto se cumple, quienes quieran dar el paso deben pedir permiso a la Oficina de Conflicto de Intereses, que revisa cada caso y da o no su autorización. La mayoría de las respuestas son favorables y apenas se rechaza un 2% de media, según los datos del último año facilitados por el Gobierno al Congreso de los Diputados.

La moción de censura provocó la salida del Gobierno del PP de numerosos altos cargos que fueron sustituidos por la llegada de los dirigentes del PSOE. Unos 80 de ellos pidieron y obtuvieron permiso para un cambio al sector privado, entre los que se encuentran casos ya conocidos como el de la propia vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que fichó por el bufete de abogados Cuatrecases.

Desde la convocatoria de las elecciones de abril, sólo hay siete altos cargos cesados y que han presentado una solicitud a la Oficina de Intereses. Destacan Marcos Peña Pinto, ex presidente del Consejo Económico y Social, que ha entrado en el consejo de administración de la farmacéutica Rovi, y José Luis Urcelay, segundo Jefe del Estado Mayor de la Defensa, autorizado para prestar servicios de asesoría en Abengoa, Everis Aeroespacial y Oesia, siempre según la información de Europa Press.

La última autorización concedida es para Cristina Ysasi-Ysasmendi, que fue directora adjunta del gabinete de Mariano Rajoy en Presidencia del Gobierno y ahora es directora senior en Llorente y Cuenca. Se trata de la misma empresa de consultoría por la que también fichó su jefe en Moncloa, el director de gabinete de Rajoy José Luis Ayllón, así como el ex ministro de Economía Román Escolano.

También aparece en la información publicada por Transparencia otro exministro de Rajoy, Pedro Morenés, que dejó Defensa en 2016 pero que hasta el año pasado tenía aún que comunicar sus movimientos en la empresa privada.

Figuran dos autorizaciones concedidas en septiembre y julio de 2019 para presidir el consejo de administración de Amper Ingenio, dedicada al sector de datos en las redes de energía eléctrica, y el consejo asesor de la consultora Talengo.

Aparecen además otros altos cargos como la directora de gabinete de Sáenz de Santamaría en Vicepresidencia, María González Pico, quien en septiembre ha recibido permiso para ofrecer “asesoría estratégica en temas de comunicación” por cuenta propia. En 2018 fue autorizada a trabajar en Tinkle Communications.

Y finalmente destaca el caso de José María Lasalle, ex secretario de Estado para la Sociedad de la Información, que ha obtenido cinco permisos entre agosto y octubre para distintos trabajos: asesorar a la empresa Y Kratos 3000, colaborar con la consultora Ideograma, dirigir el Foro sobre humanismo tecnológico de Esade, publicar en prensa e impartir clases universitarias.

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3 COMENTARIOS

  1. Pablo Iglesias?
    Será Pablo-Manuel Iglesias Turrión
    Porque se le llama a este individuo por ese nombre.
    Y encima en las papeletas de votaciónes le ponen el nombre de Pablo Iglesias Turrión, y encima se le publica igualmente en el B.O.E., el ilegal.
    Son dos personajes diferente, oh no.
    Vaya periodistas.

    Le agradecería, don José Antequera, me informara al respecto, si llevo razón.

    Pablo Iglesia Posee, fue un político español, de ideología marxista, fundador del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y de la Unión General de Trabajadores (UGT).

  2. Como es posible que toda esta banda, que no sirvieron para dirigir en el Estado, sirvan para dirigir Empresas Privadas.
    Especialmente a la tal Soraya, colaboradora del caso Banco Popular, por decir una elementa solamente, sin mencionar al resto de sus elementos compañeros desfalcadores.

  3. Anonimo excelente tu comentario. .
    Esos no solo no sirvieron. Tambien se jactan de sembrar el odio y el desconcierto en Cataluña. Dandoselas de impecables. En B

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