Una de las cosas que más me gusta de esta época del año es la apertura de los cines de verano. Ver una película al aire libre con las estrellas como acompañantes siempre me hace feliz. Supongo que también me fascinan los cines de verano porque me retraen a mi infancia. Una sonrisa melancólica se dibuja en mi rostro al recordar esas sesiones dobles en las que pude disfrutar de todo tipo de cine y que se convirtieron en el Netflix de mi juventud. Ya os hablé anteriormente de la importancia que tuvo en la línea argumental de mi vida ver Tesis en un cine de verano. Sentado en una incomoda silla de plástico, y comiendo una cantidad obscena de pipas, vi películas que han cimentado mi cultura cinematográfica: Blancanieves, Mira quién habla, Seven, Ace Ventura, Showgirls,  La Lista de Schindler, Regreso al Futuro III, Porco Rosso, Mi chica, Terminator 2, Los Picapiedra, Boca a boca, Doble Impacto

Ya convertido en un adulto, o por lo menos intentando ser uno de ellos, mi afición por los cines de verano ha continuado. Una experiencia que sé que nunca olvidaré es aquella ocasión en la que tuve la suerte de ver Con faldas a lo loco en un parque de Berlín. Con faldas a lo loco (Some like it hot) es  una de mis películas favoritas y está dirigida por el único dios en el que yo creo, me refiero a Billy Wilder. El final de Con faldas y a lo loco, quizás el mejor cierre de la historia del cine, termina con la célebre frase que pronuncia el personaje de Osgood: “Nadie es perfecto”. Esa afirmación es una realidad que nos ayuda a vivir sin tanta presión; nadie es perfecto y menos mal que el mundo funciona así. Lo que sí tengo claro es que esa proyección en un parque de la capital alemana fue un momento perfecto.

En los últimos años me ha alegrado mucho la proliferación de cines de verano en la ciudad de Madrid; nuevas propuestas que se suman a los cines al aire libre más míticos. La oferta de estos cines es muy variada, y podremos ver desde películas comerciales de estreno a grandes clásicos en blanco y negro. Durante todo el verano los lugares para disfrutar del séptimo arte bajo las estrellas son: Fescinal (Parque de la bombilla), Casa Natal de Lope de Vega, Solar Maravillas, Sunset Cinema (Palacio de Cibeles), Cine Garden (Conde Duque), La Casa Encendida, El Cine Doré o el Centro Cultural Paco Rabal. El Ayuntamiento de Madrid también ha instalado otros cines de verano por los distintos distritos de la ciudad para acercar “la gran mentira” del cine a todos los madrileños.

El ordenador portátil o el IPad se han convertido en los soportes en los que vemos series y películas. Devorar cine en el ordenador con mi cuenta de Filmin es uno de mis hobbies favoritos, pero es cierto que no es una experiencia cinematográfica completa. Yo tengo claro que no hay nada comparable a ver una película en una sala de cine, y si esa sala de cine se encuentra en mitad de una noche de verano la experiencia es simplemente perfecta.

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Licenciado en Comunicación Audiovisual, ha sido analista de guiones y también ha trabajado en el departamento de dirección en cine, televisión y publicidad. El trabajo como ayudante de dirección le ha permitido trabajar con directores y directoras de amplia trayectoria dentro del mundo audiovisual. Juan ha cosechado varios premios y más de doscientas selecciones en festivales nacionales e internacionales con sus cortometrajes como director y guionista. Durante un año se mantuvo en la cartelera madrileña la obra de teatro El día que decidí olvidarte, con texto y dirección suyos, una experiencia de la que guarda gran recuerdo. Actualmente, trabaja principalmente como realizador de publicidad para marcas como Bosch, Yves Rocher o Fundación La Caixa, a la vez que busca financiación para sus proyectos de largometraje.

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