Hay quien prefiere llevar razón. Quedar por encima del aceite. Y si hace falta hasta pegarse un tiro en el pie con tal de sentirse ganador de una batalla que, aunque no se entere o no se quiera enterar, tiene perdida de antemano: la de la igualdad. Ese “alguien” no es capaz de reconocer que hierra en algo tan justo y necesario como es el respeto a la otra mitad de la población. Esa mitad con la que convive en su casa, con la que trabaja codo con codo en su oficina o con la que se topa por las calles cada día. Su respuesta retrata su machismo y misoginia.
Ejemplos los hay, como sus genitales, a pares cada día. Y lo peor es que en muchos casos esas muestras retrógradas nacen, crecen y se reproducen desde el amparo de un medio de comunicación. Esos medios que son los altavoces de una opinión pública a la que a la mitad de su público le demuestra no le importa ofender.
Como muestra que sirva este botón: el de la XVIII edición los premios de @DiarioSUR a los “Malagueños” más distinguidos. Un galardón que volvió a dejar claro, no solo por el nombre que lleva y que demuestra que solo tiene valor aquello que acaba en “o” (absténganse por favor quienes quieran hablar ahora del masculino genérico), sino que también deja patente que en Málaga no debe haber malagueñas insignes y brillantes. Y si no hay mujeres insignes no vamos a hablar de las mujeres corrientes que levantan sus casas y sus familias cada día y que trabajan dentro y fuera del hogar. Nos borran del mapa.
Y es que salvo, Flor de Torres (Fiscal Delegada de Violencia contra la Mujer en Málaga y Fiscal Delegada de Andalucía de violencia contra la mujer y contra la discriminación de género), la única mujer premiada, y de la que dejo aquí dejo su impresionante cv http://www.malaga.es/diputacion/6102/flor-torres-porras, el resto eran “oes”. Seis hombres y una sola mujer. Viendo el cartel y a posteriori la foto de los premiados (Dani Rovira, Hotel Miramar, Aurelio Martín, Miguel Ángel Arráez, Manuel Santana y Alejandro Davidovich) a una le queda la triste sensación de que incluso esa única mujer fue propuesta cual “cuota” http://www.diariosur.es/malaga/premios-malaguenos-celebran-20171211133253-nt.html Flor es pura fuerza, vida y coraje. A buen seguro no se sintió sola porque estaba acompañada por todas aquellas mujeres a las que representaba, y por sus compañeras y amigas también allí presentes. Creo que no me equivoco si afirmo que ella, consciente del fotograma y de la situación, se sintió aún más fuerte, más feliz y más libre, porque con su presencia y su posterior discurso, era la voz de todas. Pero verla en esa foto, junto a Susana Díaz, es constatar la soledad diaria de la mujer.
Por eso, y sin entrar hoy en el debate del espanto que produce la falta de sensibilidad en la mayoría de los medios a la hora de informar con perspectiva de género y que tanto ayuda a seguir reforzando la propaganda patriarcal, quiero hablar de algo tan sintomático de la sociedad en la que vivimos, como que en este caso una cabecera, (hoy hablo de esta pero por desgracia hay más casos) se empeñe, año tras año, en ocultar el talento femenino cuando quiere dar un galardón.
Y que si eso no fuera suficiente sea prepotente cuando se le afea y se denuncia eso mismo desde las redes sociales. Bastaría educación, y no me refiero solo a la de las buenos modales, si no educación en valores para responder como nos merecemos.
Cuando pueda, que @DiarioSUR premie a algún hombre… https://t.co/3OBJ7fz5Cq
— Ana Bernal-Triviño (en casa) (@anaisbernal) December 11, 2017
Bastaría que alguien que es la voz y la imagen de este medio como su community manager @AngeldelosRios en lugar de reconocer esta falta de sensibilidad dejase de acostarse machirulo.
Hoy me acuesto machirulo. Mañana Dios dirá pic.twitter.com/idUfbRazHx
— Á𝕟𝕘𝕖𝕝 𝕕𝕖 𝕝𝕠𝕤 ℝí𝕠𝕤 (@AngeldelosRios) December 12, 2017
Mientras él, y a quien representa se acuestan y se levantan con tan triste vestimenta, yo aún espero su respuesta sobre la cantidad de mujeres premiadas en todas las ediciones frente a la de los hombres. Debe estar muy ocupado buscando datos. Nada más que añadir.
