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Las mujeres cobran 5.726,30 euros menos que los hombres por la brecha salarial

La diferente presencia de mujeres y hombres en el mercado laboral, confirma la desfavorable participación en el mismo que, históricamente, han protagonizado las mujeres

Agustín Millán
Agustín Millánhttp://pompona22.wixsite.com/agustinmillan
Foto periodista especializado en manifestaciones y actos sindicales. Desde 2011 fotografiando la crisis más dura de la historia moderna. Responsable de redes sociales de la Cumbre Social España. Fotógrafo con 5 campañas electorales entre ellas la de Manuela Carmena y la de Enrique Santiago en IU Madrid.
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análisis

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Las mujeres ganan 5.726 euros menos de media que los hombres en un año: esta cifra representa el 21,41% del salario de los varones. Esta desigualdad, denominada ‘brecha salarial no desaparecerá hasta 2060, a pesar de que este porcentaje apenas se ha reducido medio punto en un año, lo que aleja el horizonte de la igualdad salarial casi medio siglo.

La diferente presencia de mujeres y hombres en el mercado laboral confirma la desfavorable participación en el mismo que, históricamente, han protagonizado las mujeres. A pesar del aumento de la tasa de empleo en los últimos años, las mujeres continúan estando en situación de inferioridad en aspectos como la presencia en el mercado laboral, la brecha salarial, el riesgo de pobreza…, situaciones que ponen de manifiesto que las mujeres continúan teniendo menos oportunidades profesionales, perciben sueldos inferiores y sufren mayores dificultades de integración sociolaboral.

Evolución de la brecha salarial en los últimos once años

Los datos muestran que el salario medio anual en 2018 fue de 24.009,12 euros, sin embargo, el salario medio de las mujeres se estableció en 21.011,89 euros y el de los hombres en 26.738,19 euros, una diferencia en euros que como ya hemos mencionado es de 5.726,30 euros al año, en detrimento de las 7.752.600 asalariadas. Esa diferencia asciende a más de 44.394 millones de euros, el 3,69 % del PIB de ese mismo año. Si el trabajo de las mujeres se valorara de forma equivalente al de los hombres, y percibieran salarios más equitativos, aumentarían las cotizaciones a la Seguridad Social y las contribuciones a Hacienda. Con la brecha salarial que encubre la discriminación económica hacia las mujeres, perdemos las mujeres, pierde el Estado y perdemos todos. 

El horizonte está en 2064 según el sindicato UGT, que la calcula en su último informe La igualdad salarial cerraría las brechas, con motivo del Día de la Igualdad Salarial en nuestro país. Los principales sindicatos del país se han volcado en los últimos días y han presentado varios documentos que analizan este fenómeno.

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), si el salario medio en 2018 -el último año con datos oficiales- fue de 24.009 euros, las mujeres ganaron 21.012 euros frente a los 26.738 ganados de media por los varones. La diferencia es contundente: 5.726 euros menos en el bolsillo de las mujeres.

Los números de la brecha varían según la metodología empleada por los sindicatos, aunque las cifras empleadas son las mismas. UGT utiliza la diferencia sobre el sueldo de los hombres para calcular lo que separa a ambos: un 21,41%. 

CCOO, por su parte, compara los salarios medios de ambos y concluye que las mujeres deberían aumentar sus retribuciones un 27% para equilibrarlo con lo que se embolsan los hombres.

Desde CCOO se pone el punto de mira en la injusticia manifiesta que es la brecha salarial, que castiga económicamente a las mujeres por estar expuestas a las discriminaciones y barreras de género que persisten. Les castiga en el presente a salarios menores y a salarios más bajos. Les castiga en el futuro a menores prestaciones y pensiones más bajas. Así, el 75% de las personas que trabajan con jornada parcial son mujeres. En 2018, casi el 58% de los contratos temporales a tiempo parcial realizados fueron a mujeres. Tener empleo no garantiza evitar situaciones de pobreza.

Las empresas deben cumplir la legislación porque la igualdad salarial cerraría las brechas

Para UGT es imprescindible establecer los recursos necesarios para el desarrollo de las medidas en materia de igualdad porque si el trabajo de las mujeres se valorara de forma equivalente al de los hombres aumentarían las cotizaciones y los ingresos a las arcas públicas.

Debemos asegurar que las empresas cumplen la legislación porque de llevarse a cabo la aplicación del contenido del Reglamento de Igualdad Retributiva en todas las empresas, estaríamos muy próximos a reducir y eliminar las brechas salariales.

Es fundamental derogar una reforma laboral que perjudica, en mayor medida a las mujeres porque genera una feminización de la precariedad a través de la temporalidad o la parcialidad involuntaria y poner de relieve el papel de la negociación colectiva en la reducción de las brechas salariales.

Como cada 22 de febrero, la Unión General de Trabajadores presenta un informe con el análisis de la brecha salarial entre hombres y mujeres que este año titula “Las empresas tienen que cumplir la Ley. La igualdad salarial cerraría las brechas”. El documento, realizado a partir de los últimos datos oficiales desagregados por sexo publicados por el Instituto Nacional de Estadística, subraya que la última brecha salarial, que corresponde a 2018, se sitúa en el 21,41% y es la más baja de los últimos once años.

El sindicato señala que, a pesar de ese descenso, las mujeres cobran de media al año, 5.726,30 euros menos que los hombres y que si el descenso de medio punto en la brecha salarial en 2018 respecto a 2017, se mantuviera constante en el tiempo, se necesitarían 43 años para que la brecha salarial entre sexos desapareciera en España. 

El 60,70 % de las mujeres asalariadas, casi cinco millones de mujeres, cobran como máximo 1.471,70 euros mensuales brutos. Tres de cada cinco mujeres no superan esos salarios a pesar de tener mayor cualificación que los hombres asalariados. En el caso de los hombres el elevado porcentaje del 44 % supone que dos de cada cinco hombres asalariados perciben como máximo al mes dos veces el SMI.

Los salarios más altos sufren reflejan menos diferencia salarial entre mujeres y hombres, la brecha salarial se ceba en los salarios más bajos. La actividad económica que presentó el mayor salario en 2018 ‐como viene siendo habitual‐ fue suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado, donde las mujeres perciben 44.395,92 euros anuales de media y los hombres cobran al año 53.379,93 euros.

Les separa una brecha del 16,83 %, al tratarse de los salarios más altos del mercado, suponen 8.984,01 euros al año de diferencia, que dejan de percibir las 22.600 mujeres asalariadas en este Sector de Actividad.

La siguiente actividad con el salario más elevado fue Actividades financieras y de seguros, donde las mujeres perciben 39.662,45 euros anuales de media y los hombres 51.843,11 euros, les separan 12.180,66 euros al año que perciben de menos las mujeres, una brecha salarial del 23,50 %.

En este Sector de Actividad trabajan 166.800 asalariadas y 649.500 asalariados

En cuanto a los tramos de edad, las mujeres de más de 65 años, están afectadas por una brecha salarial del 32,86%, la brecha más elevada al analizarlas en relación a la edad. Se inicia la vida laboral con una brecha elevada del 20,19%, que aumenta en el siguiente tramo de edad y desciende al 15,24 % para la franja de edad entre 25 y 29 años, y a partir de esa edad la brecha va aumentando y solo se reduce en la franja de 60-64 años. No hay tramo de edad en el que las mujeres sean reconocidas en sus trabajos económicamente en la misma medida que los hombres. 


Si cruzamos las variables modalidad de jornada y edad, las mujeres más afectadas por diferencias salariales en relación a los hombres son las trabajadoras a tiempo parcial con 45 o más años que están afectadas por una brecha del 26,37% y las menos perjudicadas, las trabajadoras a tiempo completo con edades de entre 25 y 34 años, con una brecha del 7,75%. 

Las variables edad y modalidad de contratación arrojan brechas más elevadas para los contratos indefinidos en todos los grupos de edad, con una disminución para el tramo de 25 a 34 años hasta el 18,12%, y se dispara hasta el 27,51% para el grupo de 55 y más años. En la contratación temporal, al contrario, con un leve aumento para el tramo de menos de 25 años, la brecha salarial desciende hasta el 3,88% para las personas de 55 y más años.

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1 COMENTARIO

  1. Soy machista: lo reconozco. Creo que los hombres y las mujeres deben ser iguales ante la ley, y si fuera empresario y tuviera una trabajadora que trabajara más y mejor que ningún otro hombre o mujer de mi plantilla, seguramente la pagaría más que a ninguno. Pero es que, que ocurra eso es raro.
    Los hombres y mujeres tenemos naturaleza y características diferentes. Eso no hace superiores a los hombres o las mujeres, pero sí debo reconocer que las características masculinas son una ventaja para el mercado laboral. Las empresas se dan cuenta, incluso las mujeres empresarias, de ahí la brecha salarial, entre otras cosas.
    La mujer está más volcada hacia su familia, sobre todo sus hijos. El hombre lo está más hacia el mundo «exterior a la familia». Eso explica que se oigan cosas como que cuando un hombre se convierte en padre, que eso será un estímulo para ser más responsable en el trabajo. Pero cuando una mujer se convierte en madre, que eso hará que se desconcentre del trabajo y esté más pendiente de sus hijos.
    Por supuesto, esto es una generalidad. Hay mujeres muy feministas que desprecian la familia y se concentran sólo en su profesión. Pueden ser las feministas más radicales. Cuando llegan a viejas, pueden lamentar la decisión que tomaron.

    A lo mejor les parece escandaloso lo que he escrito. Pero también puede ser escandaloso culpar de una conspiración anti-mujer la realidad social y económica. Y desde luego, si todas las mujeres españolas decidieran olvidarse de la familia y renunciaran a tener hijos, tendríamos un serio problema.
    No todo es el dinero y el éxito profesional.
    Muchas veces en la vida, uno consigue lo que persiguió con todo su empeño. Si una persona persigue el éxito profesional, probablemente tenga más éxito que otra que se consagró a su familia, algo también muy necesario aunque no sea considerado éxito personal ni dé dinero.
    Más leyes de ayuda a las familias numerosas y menos leyes anti-hombre y proigualdad laboral.

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