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Las graves y falsas acusaciones de Xabier Lapitz

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análisis

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Escribo estas líneas, que espero sean breves, ante las gravísimas y falsas acusaciones realizadas por el periodista y presentador de la televisión pública vasca, Xabier Lapitz sobre mí en redes sociales.

Es largo el camino que viene recorriendo este periodista, que se inició en el momento en que, durante la pandemia, decidió atacarme públicamente. En sus comentarios siempre una misma línea: lanzar la piedra y esconder la mano, como se suele decir. Acusar sin pruebas, pero sí con la clara intención de desprestigiar a una persona por el hecho de no compartir un supuesto punto de vista.

Lapitz ha realizado en varias ocasiones comentarios públicos en los que da a entender que la que suscribe estas palabras comparte bulos, información falsa o incluso desinformación que puede poner en peligro la salud pública -nada más y nada menos- de la gente que me lee. Acusaciones todas de ellas sin fundamento, rotundamente falsas, pero que persiguen, como he indicado, generar una imagen pública de mi muy negativa.

Lapitz presenta en la televisión pública vasca un programa informativo. En él hemos podido ver cómo ha llegado a tener intervenciones, por las que después se ha tenido que disculpar, en las que ha afirmado que el cuerpo humano no es capaz de generar anticuerpos por sí mismo, y llegando a insultar a televidentes sin ningún tipo de problema.

Evidentemente, queda claro que su punto de vista supera a la opinión plural y a los distintos enfoques que se pueden dar sobre una cuestión como ha sido la gestión de la pandemia del coronavirus. En este sentido su deliberada puesta en escena y el enfoque de los debates e informaciones viene a ser la que ha tenido lugar en la mayoría de los platós de televisión, tanto públicos como privados.

Esta es una cuestión que tanto los espectadores como el tiempo pondrán, o no, en su lugar. Yo desde luego considero que la información durante la pandemia ha tenido un marcado sesgo, demonizando voces expertas en ámbito de la ciencia, de la medicina y la investigación que han sido sistemáticamente silenciadas. Así como documentos provenientes de las propias compañías farmacéuticas que no se han mostrado al público puesto que podrían poner en duda los mensajes dados con demasiada contundencia y sin pruebas.

Sin embargo, este escrito es para dejar claro un hecho que, por lo que tiene que ver conmigo, me resulta grave y no puedo ni quiero dejar pasar. No me parece que contestar mediante un tuit (o los que sean) se la manera adecuada. He preferido extenderme un poco más para dejar claros algunos puntos. Sobre todo por la repercusión que pudieran tener las graves afirmaciones que Xabier Lapitz ha realizado de manera pública y que, en mi opinión, pudieran incluso ser constitutivas de un delito por su falsedad y por su gravedad.

Afirmaba ayer Lapitz que yo he llegado a decir, incluso recomendar, públicamente el uso de «agua con azucar» para curar el cáncer. Evidentemente ha pretendido con esta afirmación acusarme de algo terriblemente grave además de incierto. Jamás he dicho semejante barbaridad, ni por lo más remoto. Y me gustaría que este señor públicamente retirase esas palabras y pidiera disculpas. Dudo que lo haga.

Pretende también generar la imagen, como otros tantos, de que yo soy una defensora de la homeopatía, incluso tergiversando el concepto hasta el punto de pretender hacer creer que yo pueda recomendar algún tipo de tratamiento. Vuelve usted, Señor Lapitz a mentir deliberadamente. En mi caso, lo que defiendo es el derecho de autodeterminación del paciente: el derecho al consentimiento informado y a que sean médicos, farmacéuticos colegiados y ejercientes quienes diagnostiquen a sus pacientes y determinen conjuntamente el mejor tratamiento aplicable. Defiendo también que exista la posibilidad de plantear tratamientos complementarios (no alternativos) que pueden ayudar, y de hecho ayudan en muchos casos, a miles de personas cada día.

Pretender tergiversar la información que compartí hace años, en la que un artículo señalaba las declaraciones de un premio Nobel que denunciaba que en algunos casos no resultaba rentable para las farmacéuticas invertir dinero en investigaciones para la cura de algunos tipos de cáncer es el argumento sacado de contexto que ha intentado utilizar en alguna ocasión, tanto él como otros, para intentar dar a entender que yo afirmo que existe «una cura contra el cáncer pero que no se quiere desarrollar». Semejante barbaridad es inasumible. Y sobre todo intentar endosármela es perverso y poco profesional, puesto que presentar como argumento un pantallazo cortado, donde no se puede ver que se hace referencia a un artículo de prensa que a su vez se refiere a las palabras de un experto, es una trampa muy sucia.

Por si es de su interés, le invito a revisar hemeroteca y comprobar que lo que aquel científico denunciaba, por desgracia, ha sido denunciado por otros tantos investigadores que afirman no disponer de recursos económicos en proyectos muy prometedores contra el cáncer. Nada de agua ni azúcar, nada de rituales extraños. Una verdad dolorosa la que se esconde por desgracia: la falta de recursos económicos destinados a proyectos que no son «rentables» en términos económicos para las grandes industrias. Algo que sigo denunciando.

Por si quedan dudas: jamás he dicho de ninguna manera que el cáncer se cure ni con agua con azúcar ni con homeopatía. Nunca. Jamás. Por la gravedad de la acusación he visto necesario hacer este escrito. Porque además, es inaceptable este ataque, deliberado y esta absoluta falta de profesionalidad y rigor a la hora de no contrastar en absoluto las cosas antes de hacer semejantes comentarios. Especialmente de un periodista que trabaja en un medio público.

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3 COMENTARIOS

  1. El paso necesario es la denuncia. Existe la opción de una demanda o juicio verbal, que no requiere procuradores ni abogados si se reclaman 2000e. Y reclamar la restitución del honor imagino que también puede exigirse. Pero estos perros del capital y adalides de la desinformación deben recibir palos reales, no basta con artículos aclaratorios.

  2. Apreciada Beatriz, como dice el refrán:
    «A palabras necias oídos sordos», no merece la pena perder el tiempo con mentirosos, el tiempo se ocupará de ponerlos en su lugar.

    Esta estirpe de la telebasura se alimenta de la publicidad negativa, mejor ni nombrarlos.

    Lo que ocurre es que tu trabajo reluce de dignidad y honestidad, por eso despierta celos y recelos entre aquellos que vendieron su alma al diablo por una deshonesta popularidad.

    Los hechos, la Realidad es una, Es lo que Es, aunque cada cual la explica o la intérprete a su manera, desde su perspectiva o interés.

    Pero no se puede tapar el Sol con un dedo, y todo termina saliendo a Su Luz reveladora.

    Por ejemplo, en el tema de la Pandemia, analizando los datos de MoMo, el exceso de muertes por todas las causas es desalentador, y si nos vamos a rangos de edad, a los niños y jóvenes, es criminal, nunca hubo antes de la vacunación tal exceso de muertes de jóvenes y niños, en todo Occidente desde la segunda guerra mundial. Nos los están matando con venenos.

    Pero si tocamos el tema del cáncer, es que ya venian practicando estas politicas venenosas con ancianos, adultos y niños, con su quimioterapia asesina, y sus protocolos dementes hace décadas, tienen muy entrenados todos los sistemas de salud para orientar a la población a una salvaje y anticientifica estrategia de deprimir el sistema inmune con veneno para que la dieta y remedios naturales No funcionen.

    El cáncer como toda enfermedad infecciosa se cura estimulando al sistema inmunológico, y no deprimiendolo o arruinandolo, como hacen la quimio y las kakunas.

    Lo que ha hecho la BigFarma es aplicar sus estrategias siniestras de terror y muerte de esta enfermedad fácilmente curable de forma natural, a sus protocolos de pandemia.

    Su infraestructura criminal en el tratamiento de enfermedad cancerígena, les ha permitido amplificandolo, crear esta crisis internacional, para enriquecerse aniquilando inocentes.

    Donde vivo, en mi barrio, la gente se cura tumores y cáncer con dieta cetogenica y terapias naturales. Pero si la persona se deja intimidar por los médicos oficiales, soldados de las Bigfarmas, y se aplica el veneno químico, al igual que las Kakunas, las terapias naturales ya no funcionan.

    Cuando un terapeuta natural comienza a tener mucho éxito y se corre la voz, lo atropellan, o fingen un asalto y se lo cargan. Tratan el cáncer en secreto, asi de siniestro esta el asunto con estas Mafias.

    Licencia para Matar, eso es lo que tiene esta gentuza en nuestra sociedad.

    Si si, agua y Azúcar como dice el sarcástico es lo que tiene el suero y el menú, de cada hospital, con decenas de estudios que aclaran que el cáncer se alimenta sobre todo de azucares, de que sirve la Ciencia si los soldados de la BigFarma hacen todo lo contrario.

    Lo dicho estimada Bea, ni caso.

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