El Instituto Americano del Petróleo (API, por sus siglas en inglés) es un organismo que representa todos los segmentos de la industria del petróleo y el gas natural de Estados Unidos, que sustenta más de 11 millones de empleos. Sus cerca de 600 miembros producen, procesan y distribuyen la mayor parte de la energía del país.
API se formó en 1919 como una organización de establecimiento de estándares y ha desarrollado más de 700 estándares para mejorar la seguridad, eficiencia y sustentabilidad operativa y ambiental.
El 7 de enero de 2022 API hizo público un informe en el que, en esencia, culpa a las protecciones ambientales de los altos precios de la energía. Así, a dolor.
El informe además incluye una serie de acusaciones que no se corresponden con la realidad y que demuestran que el sector del petróleo y del gas natural es insaciable a la hora de lanzar proyectos que atentan contra el medio ambiente y ponen en peligro zonas de extremadamente protegidas.
En concreto, incide en el hecho de que las protecciones ambientales tienen la culpa de los altos precios de la energía para el consumidor. No obstante, la industria del petróleo y el gas disfrutó de decenas de miles de millones de beneficios en 2021.
Las petroleras, además, se benefician del aumento de los precios del petróleo. Tal y como publicó el New York Times, el aumento de la producción nacional de petróleo en los últimos años significa que el aumento de los precios del petróleo ya no es un negativo inequívoco para la economía estadounidense: los precios más altos son malas noticias para los conductores y los consumidores, pero buenas noticias para las compañías petroleras y sus trabajadores, y la amplia red de fabricantes de equipos y proveedores de servicios que los suministran.
Además, según Bloomberg, las petroleras estadounidenses están ganando más dinero que en cualquier otro momento desde que comenzó la revolución del esquisto hace más de una década.
«La industria petrolera estadounidense de tendencia derechista tiene poca voluntad política para ayudar al presidente Joe Biden a bajar los precios de la energía aumentando la producción. Pero hay otra razón por la que los ‘salvajes’ de Texas se niegan a ayudar: el statu quo es tan rentable. Los exploradores de petróleo de Estados Unidos están ganando más dinero que en cualquier otro momento desde que comenzó la revolución del esquisto hace más de una década, según Deloitte LLP. Y esto puede ser sólo el comienzo. El flujo de caja libre, la métrica clave observada por los inversores, probablemente aumentará un 38 % el próximo año, suponiendo que los precios del petróleo se mantengan elevado», señaló Bloomberg Intelligence.
El documento del Instituto Americano del Petróleo, titulado «Estado de la energía estadounidense» y que está publicado en su página web, señala que la industria del petróleo y el gas se vio perjudicada por la moratoria de arrendamiento de tierras públicas de la Administración Biden. Sin embargo, la producción de petróleo y gas en tierra ha tenido una tendencia al alza desde la Administración de Obama y la industria tiene acumuladas millones de hectáreas en arrendamiento.
Desde la orden del presidente Biden de pausar nuevos arrendamientos de petróleo en tierras públicas, los beneficios de los arrendamientos existentes han establecido máximos históricos. Entre enero y abril de 2021, por ejemplo, las regalías de la producción federal de petróleo y gas en tierra totalizaron más de 900 millones de dólares, lo que supone una cantidad muy superior cualquier otro período de enero a abril registrado.
Por otro lado, la industria del petróleo y el gas tiene una reserva de 7.700 arrendamientos no utilizados. Según las estadísticas de los departamentos gubernamentales, en tierra y en alta mar, la industria del petróleo y el gas tiene aproximadamente 7.700 permisos aprobados y sin usar para perforar.
Además, el sector de combustibles fósiles tiene una reserva de arrendamientos no utilizados que cubren 5,6 millones de hectáreas de terrenos públicos. Es decir, de las más de 10,5 millones de hectáreas arrendados a la industria del petróleo y el gas en tierra, casi 5,6 millones, el 53%, no se utilizan y no producen.
